Dios y el Diablo tuvieron un hijo y su nombre es Jared Leto


Cine
Dios, el diablo y Natalie Portman. Todos ellos acudirían a la fiesta perfecta de Jared Leto, según las propias palabras del actor.
A sus 44 años, Leto no parece tener más de 30. Se encuentra en el mejor momento de su carrera, tanto la cinematográfica como la musical, y acaba de interpretar a uno de los mayores iconos de la cultura popular.

“No me importaría que El Joker fuera mi último papel. No me importaría interpretarlo un par de veces más y después retirarme”, ha reconocido durante la promoción de Escuadrón Suicida. Y eso que la competencia ha sido dura.
Jared Leto ha sido un enfermo de sida, un yonki rebelde, un participante de El Club de la Lucha y hasta el asesino de John Lennon. La crítica siempre le ha recibido bien, demostrando desde sus orígenes ser uno de los mejores actores de “El Método” y coprotagonizando películas de altísima calidad.
Nunca antes había actuado en una producción tan grande como Escuadrón Suicida, pero picando piedra ha conseguido hacerse un hueco entre los intérpretes más populares de Hollywood.
A su fiesta interior ya ha acudido el Diablo.
Ahora, se ha atrevido con el personaje más difícil de interpretar del mundo de los superhéroes; tanto por su personalidad como, por encima de todo, por el buen recuerdo que dejaron Jack Nicholson y Heath Ledger. No en vano, este último incluso ganó un Oscar por su actuación en El Caballero Oscuro.  
El secreto para hacer de su Joker una interpretación inolvidable ha sido justamente alejarse de quienes le precedieron. “ Tuve que dejar todo eso a un lado. El hecho de que todos hayan hecho grandes interpretaciones del Joker es una señal de lo que no debes hacer. Tienes que crear tu propio personaje”.
Tras el estreno de la película, las críticas han llegado y no parecen ser de lo más satisfactorias. Aun así, el papel de Leto ha sido muy breve y, más que para demostrarnos todo lo que puede hacer, ha servido como introducción de un nuevo personaje que parece que repetirá en más de una ocasión.
Con la barba afeitada y un aspecto terrorífico, Jared Leto ya lo ha conseguido: a su fiesta interior ha acudido el mismísimo Diablo.
II.
Un obsesivo-compulsivo metido a actor
Para internarse en la piel del peor de los villanos, el actor ha seguido una ardua disciplina que no ha abandonado durante todo el rodaje. “ No conocí a Jared Leto, solo al Joker”, ha reconocido Will Smith, asegurando no saber nada del actor por más que hayan pasado seis meses juntos.
Seis meses que Leto pasó reuniéndose con expertos, médicos, psiquiatras e incluso psicópatas que han cometido horribles crímenes. Quería entrar de lleno en la psicología del peor enemigo de Batman, y para ello decidió alejarse del mundo y concentrase únicamente en su trabajo.
Una de las prácticas de Leto fue dar extraños obsequios a sus compañeros de reparto. Regaló ratas, bolas anales, condones usados y hasta un cerdo muerto como método de presentación a sus compañeros, tal y como haría un gato... o un capo mafioso.
Incluso, promocionando el filme llegó a regalar una pequeña serpiente a Jimmy Fallon, ante la atenta mirada de un público horrorizado.
Pero esto no debería extrañar a nadie.
Leto ya había demostrado su valía como actor metódico al engordar más de 20 kilos para hacer de Mark Chapman en Chapter 27, lo que le hizo enfermar de gota. Poco después adelgazó 15, se afeitó las cejas y se depiló el cuerpo entero para interpretar a la travesti que le hizo ganar un Oscar.
Leto engordó más de 20 kilos para Chapter 27 y adelgazó 15 para Dallas Buyers Club.
III.
Lo suyo es la música, lo de ganar un Oscar es secundario
Jared Leto no se amedrenta ante los retos. Cualquiera hubiera huido despavorido, después de ganar un Oscar, ante el ofrecimiento de interpretar a un personaje que todo el mundo liga a Heath Ledger. Pero él se acogió a la determinación y tranquilidad que le caracterizan y decidió reformar al 100% la imagen que todos tenían del Joker.
Aun así, lo cierto es que no necesita su carrera como actor para nada. Gracias a su banda, 30 Seconds to Mars, Jared se ha convertido en una mediática estrella del rock.
A Leto no le importa rechazar películas dirigidas por Clint Eastwood si a cambio su grupo puede romper un Récord Guiness.
Fundado junto a su hermano Shannon en 1998, 30 Seconds to Mars comenzó siendo un dúo, pero pronto se amplió al ver que a la gente le molaba. Jared había decidido dedicarse a la actuación, por lo que la música era para él, más bien, como un hobby. Pero cuando una productora se interesó por ellos y en 2001 publicaron un disco que resultó ser un gran éxito, se dio cuenta de que podía cumplir otro de los sueños que tenía… y, bueno, de los sueños que cualquiera tendría.
Desde entonces, su carrera como músico ha estado por encima de la de actor. La banda rechaza actuar en cualquier lugar que utilice su nombre como actor para publicitarlos. Y a Leto no le importa rechazar películas dirigidas por Clint Eastwood si a cambio su grupo puede romper un Récord Guiness por hacer la gira con mayor número de conciertos: más de 300.
IV.
Un filántropo entre estrellas
Por si no le bastara con ser uno de los músicos y actores del momento, Jared sigue un modo de vida ejemplar. Es vegano – uno de los más sexys del mundo según PETA– y, tal y como hizo Leonardo DiCaprio el pasado febrero, dedicó su emotivo discurso como ganador de Oscar a los más necesitados:
En sus palabras hubo hueco para Venezuela, Ucrania y los 36 millones de personas que han muerto a causa del sida. Y, tal y como reconoció paraICON, hoy haría el mismo discurso.
Además, en sus canciones siempre deja un hueco para mensajes de esperanza y revolución:
A base de luchar por todo lo que no le fue dado, ha conseguido un éxito incomparable.
Sus causas como activista no tienen fin: campañas para reparar casas de barrios pobres, donaciones millonarias para afectados por desastres naturales, discursos de empoderamiento femenino y apoyo a minorías étnicas y sexuales…
No hay duda de que el actor es un buenazo y, además, una persona muy familiar. Apegado desde su nacimiento a su hermano dos años mayor, no se separó de él ni en la gala de los Oscars, donde también acudió junto a su madre.
Siendo huérfano de padre, el actor se mudó por todo el mundo durante años por el trabajo de su abuelo, llegando a vivir un año un Haití. Esta experiencia le ayudó a entender que para triunfar en la vida tenía que currárselo. Y, a base de luchar por todo lo que no le fue dado, ha conseguido un éxito incomparable.
V.
La fiesta perfecta
Antes de ser demonio, Jared Leto ya fue Dios. Leto es como el hijo que todo el mundo quiere tener, el hombre —y hasta la mujer — con el que todos quieren acostarse y el padre que cualquiera querría haber tenido. Pero también es uno de los mejores actores de la actualidad. Y, si tiene que ser el Diablo, se enfundará sus mejores tintes y tatuajes y reinventará al Joker haciendo que dé más miedo que nunca.
Así que ya tenemos a Dios y al Diablo para montar la fiesta. Ahora, ¿quién llama a Natalie Portman?
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