Detenido un policía de Washington por ayudar al Estado Islámico
Es el primer agente de la ley de EE UU acusado de terrorismo
Silvia Ayuso
Washington, El País
El FBI ha arrestado este miércoles a un agente del cuerpo de policía que vigila el sistema de transporte público de Washington por intentar proporcionar ayuda material al autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Es la primera vez que en Estados Unidos un agente de la ley es acusado de cargos relacionados con el terrorismo, según la agencia AP.
Nicholas Young, un hombre de 36 años del condado de Fairfax, en Virginia, fue detenido en la mañana del miércoles en la comisaría central de la policía de tránsito de la capital estadounidense, para la que trabajaba desde 2003. Esta misma tarde tenía prevista su primera comparecencia ante una juez del distrito este de Virginia, que le leerá los cargos por los que podría afrontar una pena máxima de 20 años.
Young está acusado, según la fiscalía, de haber comprado tarjetas de recarga móvil por 245 dólares que pretendía entregar al ISIS, que usa este procedimiento para reclutar terroristas en todo el mundo. A finales de julio, el agente ahora detenido envió 22 códigos de este tipo de tarjetas a quien creía era un miembro del grupo extremista, pero que en realidad era un agente encubierto del FBI. “Responde para verificar su recepción”, escribió Young a su falso contacto, reveló la fiscalía en un comunicado. El detenido también explicó su intención de destruir su teléfono tras completar el envío de las claves “para evitar que se puedan ver los datos en caso de que suceda algo desafortunado”.
“Este caso refleja los desafíos que afrontan las autoridades ante la peligrosa expansión de la radicalización violenta que amenaza a nuestras comunidades, tanto en el extranjero como en casa”, dijo el subdirector de la oficina del FBI en Washington, Paul Abbate.
Según The Washington Post, que adelantó la noticia, las autoridades locales han asegurado que no hubo en ningún momento una amenaza creíble o específica para la red de metro de la capital estadounidense.
Young llevaba en el radar de las autoridades desde 2010. Fue su propio departamento de policía el que manifestó su inquietud respecto de Young al FBI, que empezó a vigilar al joven agente.
En septiembre de 2010, fue interrogado por primera vez por agentes del FBI en relación con un conocido suyo, Zachary Chesser, que un mes más tarde se declaró culpable de proporcionar ayuda material a terroristas, de acuerdo con la fiscalía. Chesser, que también había amenazado a los creadores de la serie animada satírica “South Park” por retratar a Mahoma, cumple 25 años de cárcel por intentar unirse a una filial de Al Qaeda en Somalia.
Otro de los conocidos de Young, Amine El Khalifi, también se declaró culpable de intentar perpetrar un atentado suicida en el Capitolio de Washington en 2012. En 2011, Young viajó dos veces a Libia y, según declaró al FBI, estuvo en contacto con los rebeldes que intentaban derrocar al dictador Muamar el Gadafi.
En 2014, Young contactó hasta en 20 ocasiones con quien creía que era un reservista estadounidense originario de Oriente Próximo que “sentía cada vez más atracción por la religión y quería abandonar el Ejército por haber tenido que luchar contra musulmanes durante su despliegue en Irak”. En realidad, se trataba de un informante del FBI, y Young picó el anzuelo. En esos encuentros, siempre según la versión de la fiscalía que ha presentado los cargos contra Young, este “le dio consejos (al informante) sobre cómo no ser detectado por las autoridades utilizando métodos de viaje específicos”. Young también le advirtió al confidente del FBI que estuviera alerta ante posibles informantes y que no discutiera sus planes con otras personas. En el otoño de ese año, el colaborador del FBI hizo creer a Young que había logrado salir de EE UU y que se había unido al ISIS.
A partir de ese momento, y aunque Young creyó siempre que seguía en contacto con esa persona, en realidad estaba comunicándose con agentes del FBI. En 2015, Young les pidió consejo sobre cómo sacar dinero al extranjero sin ser detectado, y dijo ser consciente de que sus actividades, “incluso comprar un billete de avión”, eran vigiladas. Aun así, el pasado 18 de julio, Young volvió a comunicarse con quien creía estaba ya combatiendo junto al ISIS para discutir la compra de las tarjetas de recarga móvil. El 28 de ese mes, envió las claves a su contacto. Seis días más tarde, este miércoles, lo que creía era una colaboración con el ISIS concluyó de forma definitiva con su arresto.
Silvia Ayuso
Washington, El País
El FBI ha arrestado este miércoles a un agente del cuerpo de policía que vigila el sistema de transporte público de Washington por intentar proporcionar ayuda material al autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Es la primera vez que en Estados Unidos un agente de la ley es acusado de cargos relacionados con el terrorismo, según la agencia AP.
Nicholas Young, un hombre de 36 años del condado de Fairfax, en Virginia, fue detenido en la mañana del miércoles en la comisaría central de la policía de tránsito de la capital estadounidense, para la que trabajaba desde 2003. Esta misma tarde tenía prevista su primera comparecencia ante una juez del distrito este de Virginia, que le leerá los cargos por los que podría afrontar una pena máxima de 20 años.
Young está acusado, según la fiscalía, de haber comprado tarjetas de recarga móvil por 245 dólares que pretendía entregar al ISIS, que usa este procedimiento para reclutar terroristas en todo el mundo. A finales de julio, el agente ahora detenido envió 22 códigos de este tipo de tarjetas a quien creía era un miembro del grupo extremista, pero que en realidad era un agente encubierto del FBI. “Responde para verificar su recepción”, escribió Young a su falso contacto, reveló la fiscalía en un comunicado. El detenido también explicó su intención de destruir su teléfono tras completar el envío de las claves “para evitar que se puedan ver los datos en caso de que suceda algo desafortunado”.
“Este caso refleja los desafíos que afrontan las autoridades ante la peligrosa expansión de la radicalización violenta que amenaza a nuestras comunidades, tanto en el extranjero como en casa”, dijo el subdirector de la oficina del FBI en Washington, Paul Abbate.
Según The Washington Post, que adelantó la noticia, las autoridades locales han asegurado que no hubo en ningún momento una amenaza creíble o específica para la red de metro de la capital estadounidense.
Young llevaba en el radar de las autoridades desde 2010. Fue su propio departamento de policía el que manifestó su inquietud respecto de Young al FBI, que empezó a vigilar al joven agente.
En septiembre de 2010, fue interrogado por primera vez por agentes del FBI en relación con un conocido suyo, Zachary Chesser, que un mes más tarde se declaró culpable de proporcionar ayuda material a terroristas, de acuerdo con la fiscalía. Chesser, que también había amenazado a los creadores de la serie animada satírica “South Park” por retratar a Mahoma, cumple 25 años de cárcel por intentar unirse a una filial de Al Qaeda en Somalia.
Otro de los conocidos de Young, Amine El Khalifi, también se declaró culpable de intentar perpetrar un atentado suicida en el Capitolio de Washington en 2012. En 2011, Young viajó dos veces a Libia y, según declaró al FBI, estuvo en contacto con los rebeldes que intentaban derrocar al dictador Muamar el Gadafi.
En 2014, Young contactó hasta en 20 ocasiones con quien creía que era un reservista estadounidense originario de Oriente Próximo que “sentía cada vez más atracción por la religión y quería abandonar el Ejército por haber tenido que luchar contra musulmanes durante su despliegue en Irak”. En realidad, se trataba de un informante del FBI, y Young picó el anzuelo. En esos encuentros, siempre según la versión de la fiscalía que ha presentado los cargos contra Young, este “le dio consejos (al informante) sobre cómo no ser detectado por las autoridades utilizando métodos de viaje específicos”. Young también le advirtió al confidente del FBI que estuviera alerta ante posibles informantes y que no discutiera sus planes con otras personas. En el otoño de ese año, el colaborador del FBI hizo creer a Young que había logrado salir de EE UU y que se había unido al ISIS.
A partir de ese momento, y aunque Young creyó siempre que seguía en contacto con esa persona, en realidad estaba comunicándose con agentes del FBI. En 2015, Young les pidió consejo sobre cómo sacar dinero al extranjero sin ser detectado, y dijo ser consciente de que sus actividades, “incluso comprar un billete de avión”, eran vigiladas. Aun así, el pasado 18 de julio, Young volvió a comunicarse con quien creía estaba ya combatiendo junto al ISIS para discutir la compra de las tarjetas de recarga móvil. El 28 de ese mes, envió las claves a su contacto. Seis días más tarde, este miércoles, lo que creía era una colaboración con el ISIS concluyó de forma definitiva con su arresto.