Cualquier delantero es bueno si juega con Leo Messi

Munir se reivindica con dos goles gracias a las asistencias del argentino. También marcó el juvenil Mújica y Suárez se estrenó en la pretemporada. Impresionó el nigeriano Musa.

Santi Giménez
As
El Barça sigue transitando con paso firme en la pretemporada. Con un equipo formado con muy pocos titulares, algunos suplentes de lujo y mucho relleno que llegan del filial, el equipo de Luis Enrique liquidó al Leicester por 4-2 en un partido de altibajos, que es lo que se espera a estas alturas de año, pero al fin y al cabo un partido divertido, que es lo insólito en una época en la que los encuentros amistosos estivales tienden cada vez más a ser un ladrillo difícil de digerir.


El partido entre el campeón de la Liga y el de la Premier en Estocolmo fue atractivo y provechoso. Es más, siendo el segundo ensayo de un Barça provisional, sirvió para lanzar algunos retos a la secretaría técnica y al propio entrenador. El primero de ellos, claro está, la cuestión sobre si es necesaria la incorporación sí o sí de un cuarto delantero bajo el precepto de que vaya a acabarse el mundo si el equipo blaugrana no adquiere a un atacante para jugar los ratillos que le deje libre el tridente.

Dos imberbes como Munir y Mújica pusieron sus pesas en la balanza a favor de la opción de no fichar. El hispano marroquí marcó dos goles de muy buena factura (suma tres esta pretemporada en dos partidos) y el canario de solo 17 años cerró el marcador demostrando un axioma tan cruyffista como cierto: si hay confianza, hay cantera. Otra cosa es lo que piensen los expertos en márketing, el entrenador y diversos consultores.

La puesta en escena del Barcelona fue estupenda durante 45 minutos teniendo en cuenta la alturas de temporada en la que está el equipo. Una parte le bastó al equipo de Luis Enrique para borrar del campo al campeón de la Premier. No pasaba apuros el equipo catalán en defensa gracias a un Marlon (ojo al brasileño que puede ser el Varane del Barcelona) muy sólido, con un Denis suelto y un Messi en plan director de orquesta asistiendo a sus delanteros como si fuera un quarterback de la NFL. La versión del Messi distribuidor va tomando cuerpo en este equipo a cada día que pasa.

En la segunda parte se rehizo el Leicester gracias a la irrupción en el partido de Musa, un jugador desatado. La voracidad del nigeriano puso patas arriba el partido con una cabalgada sensacional que acabó con la izquierda y un remate seco con la derecha que apretaron un encuentro que acabó decidiendo Mújica, otro delantero que si fuera brasileño ya saldría en los papeles a cambio de millones.

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