Cristina Kirchner busca su lugar entre los más pobres
La expresidenta inaugura un canal de televisión en plena Villa 31
Ramiro Barreiro
Buenos Aires, El País
En abril pasado, y a pesar de estar involucrada en un puñado de causas judiciales, la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner reapareció en Buenos Aires y sus simpatizantes colmaron todos los lugares a los que asistió: los tribunales de Comodoro Py, el Instituto Patria y la Isla Maciel, en la localidad de Avellaneda, en donde se reunió con los sacerdotes del movimiento de curas de Opción por los Pobres. En los últimos días, sumó horas en público en el velatorio del sindicalista Raimundo Ongaro, asistió a la redacción del periódico Tiempo Argentino (atacado por una patota), participó de una charla en la Facultad de Filosofía y dijo presente en un plenario de militantes de colegios secundarios. Este lunes el turno fue para la Villa 31, un lugar emblemático de la Ciudad de Buenos Aires, donde inauguró un estudio de TV que lleva el nombre de Néstor Kirchner.
La oposición al gobierno de Mauricio Macri está disipada en Argentina. La pata del peronismo que hoy encabeza el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey se alineó con el oficialismo y hay otra, la del excandidato a presidente Sergio Massa, que se muestra independiente a pesar de coincidir en fotos e ideas con el presidente. En ese contexto, los simpatizantes del movimiento que creó Juan Perón en la década del 40 y que se han alineado detrás del kirchnerismo durante los últimos 12 meses están a la espera de un líder que los conduzca, pero claro, no abundan las figuras de peso que todavía respondan a Cristina Fernández y al parecer, será ella misma la que intentará construir una oposición a la actual gestión de gobierno. “Decime que dirigente político de la actualidad puede juntarse con estudiantes secundarios y universitarios y dar un acto en una villa”, dijo a EL PAÍS un importante allegado a la exmandataria.
Ese camino conduzco a Cristina Fernández a la Villa 31, la chabola más emblemática de la Ciudad de Buenos Aires, con más de 40 años de existencia. Hasta allí concurrió la exmandataria para inaugurar el nuevo estudio de Urbana TV, el canal que nació gracias a la Ley de servicios audiovisuales para contar la actualidad de los barrios más carenciados y que funciona en un tercer piso al cual Fernández accedió tras subir una compleja escalera caracol. Allí brindó una entrevista en la que cargó contra el gobierno nacional: “Un modelo como este funciona con dos dígitos de desocupación que disciplina a los trabajadores por temor a perder el empleo, que los obliga a aceptar cualquier condición de trabajo”. Luego evitó comparar a Mauricio Macri con el expresidente Carlos Menem, a quien siempre criticaron los Kirchner, al considerar que las actuales “no son las políticas de los 90. Es un modelo preperonista, agroexportador que intenta vincular el sector primario a las posibilidades de crecimiento del país”.
Luego, Cristina Fernández dio un sencillo acto en una de las calles principales del barrio que fue presenciado por una multitud que hizo lo imposible por acercarse a ella y que no dejó de tomarle fotografías, acercarle bebés y jurarle amor eterno. “Durante nuestro gobierno no expropiamos Clarín, como se hizo con La Prensa en tiempos de Perón y Evita (…) Los principales medios hacían periodismo de guerra. Fuimos hiperdemocráticos. Fue el período de mayor densidad y fortaleza en la libertad de expresión y en la participación popular”, dijo acerca de su gobierno, pidió “empoderar a la gente en formación intelectual para poder desentrañar un mensaje (el de los medios)” y se preguntó “¿Qué mecanismo hay en nuestras cabezas que nos hace desenganchar nuestros logros de lo colectivo?”.
Ramiro Barreiro
Buenos Aires, El País
En abril pasado, y a pesar de estar involucrada en un puñado de causas judiciales, la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner reapareció en Buenos Aires y sus simpatizantes colmaron todos los lugares a los que asistió: los tribunales de Comodoro Py, el Instituto Patria y la Isla Maciel, en la localidad de Avellaneda, en donde se reunió con los sacerdotes del movimiento de curas de Opción por los Pobres. En los últimos días, sumó horas en público en el velatorio del sindicalista Raimundo Ongaro, asistió a la redacción del periódico Tiempo Argentino (atacado por una patota), participó de una charla en la Facultad de Filosofía y dijo presente en un plenario de militantes de colegios secundarios. Este lunes el turno fue para la Villa 31, un lugar emblemático de la Ciudad de Buenos Aires, donde inauguró un estudio de TV que lleva el nombre de Néstor Kirchner.
La oposición al gobierno de Mauricio Macri está disipada en Argentina. La pata del peronismo que hoy encabeza el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey se alineó con el oficialismo y hay otra, la del excandidato a presidente Sergio Massa, que se muestra independiente a pesar de coincidir en fotos e ideas con el presidente. En ese contexto, los simpatizantes del movimiento que creó Juan Perón en la década del 40 y que se han alineado detrás del kirchnerismo durante los últimos 12 meses están a la espera de un líder que los conduzca, pero claro, no abundan las figuras de peso que todavía respondan a Cristina Fernández y al parecer, será ella misma la que intentará construir una oposición a la actual gestión de gobierno. “Decime que dirigente político de la actualidad puede juntarse con estudiantes secundarios y universitarios y dar un acto en una villa”, dijo a EL PAÍS un importante allegado a la exmandataria.
Ese camino conduzco a Cristina Fernández a la Villa 31, la chabola más emblemática de la Ciudad de Buenos Aires, con más de 40 años de existencia. Hasta allí concurrió la exmandataria para inaugurar el nuevo estudio de Urbana TV, el canal que nació gracias a la Ley de servicios audiovisuales para contar la actualidad de los barrios más carenciados y que funciona en un tercer piso al cual Fernández accedió tras subir una compleja escalera caracol. Allí brindó una entrevista en la que cargó contra el gobierno nacional: “Un modelo como este funciona con dos dígitos de desocupación que disciplina a los trabajadores por temor a perder el empleo, que los obliga a aceptar cualquier condición de trabajo”. Luego evitó comparar a Mauricio Macri con el expresidente Carlos Menem, a quien siempre criticaron los Kirchner, al considerar que las actuales “no son las políticas de los 90. Es un modelo preperonista, agroexportador que intenta vincular el sector primario a las posibilidades de crecimiento del país”.
Luego, Cristina Fernández dio un sencillo acto en una de las calles principales del barrio que fue presenciado por una multitud que hizo lo imposible por acercarse a ella y que no dejó de tomarle fotografías, acercarle bebés y jurarle amor eterno. “Durante nuestro gobierno no expropiamos Clarín, como se hizo con La Prensa en tiempos de Perón y Evita (…) Los principales medios hacían periodismo de guerra. Fuimos hiperdemocráticos. Fue el período de mayor densidad y fortaleza en la libertad de expresión y en la participación popular”, dijo acerca de su gobierno, pidió “empoderar a la gente en formación intelectual para poder desentrañar un mensaje (el de los medios)” y se preguntó “¿Qué mecanismo hay en nuestras cabezas que nos hace desenganchar nuestros logros de lo colectivo?”.