Un trabajador del FBI se declara culpable de espiar para China

El acusado, que filtró información interna del cuerpo, ha sido puesto en libertad bajo fianza

Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Kun Shan Chun trabajó durante casi dos décadas como técnico en electrónica para la oficina federal de investigación de los Estados Unidos. Este lunes el antiguo empleado del FBI admitió ante un tribunal en Nueva York haber facilitado información sensible al gobierno chino. El agente encubierto de origen chino fue puesto en libertad bajo fianza a la espera de que se someta a juicio en diciembre.


El espía, de 47 años de edad, tuvo gracias a su posición acceso a información confidencial interna del FBI, de acuerdo con la información revelada por el fiscal neoyorquino Prett Bharara, que presentó cargos con Chun el pasado marzo. Si es considerado culpable puede enfrentarse a hasta diez años de cárcel. Pero al cooperar, su pena se verá rebajada a solo dos años de prisión.

De acuerdo con la investigación de Bharara, el infiltrado facilitó a las autoridades chinas información detallada sobre los planes de viajes de los agentes del FBI así como datos técnicos secretos sobre los dispositivos de vigilancia que utiliza la agencia federal estadounidense. En algunos casos la información era clasificada. El acto de espionaje se produjo entre los años 2011 y 2016.

Chun aceptó renunciar a su derecho a apelar la sentencia para rebajar la pena. "Siento lo que hice. Sabía que estaba actuando mal", declaró durante la audiencia previa. El acusado emigró a Estados Unidos en 1980. Antes de establecer su operativo viajó en numerosas ocasiones al extranjero para establecer contacto con directivos de una firma tecnológica china que tenía vínculos con Pekín.

Los funcionarios del FBI y de cualquier otra agencia de seguridad están oblicados a declarar cualquier tipo de relación que tengan con una entidad extranjera. Chun nunca comunicó esta relación de consultor con la filial china. Por este motivo se considera que falseó el cuestionario al que fue sometido y de haber adoptado una serie de triquiñuelas para cubrir sus acciones ilícitas.

Chun tenía autorización para acceder a documentos secretos. Su trama fue destapada por un agente encubierto que le facilitaba información clasificada. A cambio, le ofreció una parte de la retribución financiera que recibiera de las autoridades chinas.

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