BALONCESTO / Serbia, a un triple de forzarle la prórroga a Estados Unidos

Juan Jiménez
Rio de Janeiro, As
Serbia dio un ejemplo admirable este viernes. Honrando al deporte, y despreciando lo que podría haber sido un comportamiento de lo más humano, abandonarse ante Estados Unidos, la mejor selección del mundo, mucho más después de un 21-5 de salida, exploró sus límites e hizo sudar tinta a los de Kryzwzewski hasta el punto de llegar al último segundo con opciones de forzar la prórroga. Bogdan Bogdanovic falló con 94-91 un triple que hubiera llevado un partido memorable de los serbios hasta el tiempo extra. La jugada no resultó como pretendía Sasha Djordjevic, el maestro serbio. Pidió tiempo muerto y planeó la estrategia pero Teodosic, que se había marcado un partidazo como Markovic, Jokic y otros cuantos, no recibió el balón, que fue dando tumbos hasta caer en manos de Bogdanovic. Era, eso sí, un tiro liberado. Sencillo a primera vista. Los estadounidenses contuvieron la respiración hasta que el aro escupió el balón. Su invulnerabilidad desde el fiasco de Saitama sigue estando a salvo. Veremos hasta cuándo.


Australia y Serbia han abierto los ojos de Estados Unidos, que se ha topado con una realidad olímpica distinta a la de su aterrizaje en Brasil. Es el favorito indiscutible, se mueve en ventajas relativamente confortables (hasta este viernes) y, con casi toda probabilidad, se bañará de nuevo en oro en las playas de Río. Pero debe mantener la luz de posición puesta y estar bien alerta. Ya ha comprobado que su camino hacia sus terceros Juegos consecutivos no será el paseo que se dio ante China y Venezuela. Serbia, selección orgullosa y más bajo el mandato de Sasha Djordjevic, se negó a firmar su rendición. La finalista en el Mundial 2014 (entonces cayó 129-92) tomó la opción de honrar el deporte y competir con sus armas. Su respuesta fue bellísima.

Milos Teodosic hizo magia en el parqué. El base del CSKA de Moscú, uno de los pocos fenómenos del baloncesto europeo que aún no ha pisado la NBA, aunque podría hacerlo cuando expire su contrato en el CSKA en 2017, se marcó un serial de asistencias espectaculares antes del descanso, además de su habitual catálogo de triples y recital en el manejo de balón. Serbia le ganó el parcial del segundo cuarto a Estados Unidos y, como Australia, descubrió ciertas grietas en su estructura. Raduljica se movió como pez en el agua en la pintura como días antes Baynes y Bogut. Radujica terminó la primera parte con 14 puntos pero cometió una cuarta falta absurdísima nada más empezar el tercer cuarto.

Ni eso acomplejó a Serbia, que en el minuto 26 de partido ya estaba 58-53 con momentos brillantes de Markovic o Nedovic y con Jokic en perfecto punto de cocción. Estados Unidos se vio obligado a exprimirse en defensa pero se sentía incomodísimo. Aprovechando algunas pérdidas de los serbios llegó al último cuarto arriba (72-62), en esa zona de confort comentada poco arriba. No había capitulación, sin embargo, de los serbios, que volvieron a acercarse a cinco. En ese momento, Raduljica hizo la quinta falta. A Estados Unidos se le detectaba a leguas la preocupación. Aunque estaba en ventaja, jugó crispado. Tenía la sensación, como todo el Carioca Arena, que Serbia era una amenaza real. Lo fue tanto que pese a un ataque mal jugado ya con 94-91, llegó vivo al último al ataque. Djordjevic sonrió, a él le encantaba moverse en esos umbrales de máxima emotividad. Dibujó la jugada en la pizarra pero salió un garabato y Bogdanovic no acertó. Los periódicos amanecerán sin embargo mañana, o pasado ya, en Belgrado, hablando de la gran Serbia.

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