ATLETISMO / Semenya reina en el 800 y aviva la polémica con récord personal (1:55.28)
José Antonio Diego
Río de Janeiro, EFE
La sudafricana Caster Semenya, campeona mundial de 800 metros en 2009, bajó su récord personal hasta 1:55.28 y se proclamó campeona olímpica con gran autoridad sobre el resto, avivando la polémica sobre el hiperandrogenismo que padece.
La burundesa Francine Niyonsaba llegó a continuación en 1:56.49 y la keniana Margaret Wambui completó el podio con 1:56.89, igualmente récord personal.
Invicta durante en ocho carreras este año, Semenya -plata en Londres 2012, tras la rusa Mariya Savinova- llego a Río con el título africano y la mejor marca mundial en diez años: 1:55.33, conseguida en Mónaco. Ahora la ha mejorado, incluso.
La burundesa Francina Yiyonsaba, campeona mundial en pista cubierta, y la keniana Margaret Wambui, bronce mundial en 2016 y campeona del mundo sub-20 hace dos años, aspiraban a la medalla de plata como horizonte máximo, dada la enorme superioridad de la sudafricana en el segundo giro.
Wambui, jugadora de voleibol, suscitó con su título sub-20 una polémica similar a la que rodeó a Semenya tras sus exhibiciones en 2009.
La burundesa Francine Niyonsaba, sexta en Londres 2012, marcó un fuerte ritmo durante vuelta y media (57.49 el 400, 1:26.72 el 600) y la sudafricana sólo compareció en la curva para salir ya por delante y alejarse incontenible hacia la meta.
Sus dos grandes marcas de este año son las mejores del mundo en el último decenio.
La ochocentista sudafricana de apariencia andrógina asombró en los Mundiales de Berlín 2009 por su rotunda superioridad.
La IAAF le impidió competir mientras abría pesquisas que detectaron en ella un tipo de hiperandrogenismo, lo que condujo a establecer en 2011 una norma sobre criterios para separar las categorías por sexos, obligando a quienes presentaban esta anomalía a reducir sus niveles de testosterona por debajo de 10 nanomoles por litro de sangre, tres veces por encima de lo normal entre las mujeres.
Con tales limitaciones su rendimiento bajó radicalmente aunque todavía fue subcampeona mundial en 2011 y subcampeona olímpica en Londres 2012, lejos de su asombrosa marca de Berlín (1:55.45). El año pasado no llegó a la final de los Mundiales de Pekín, pero el recurso ante el TAS de una atleta india, Dutee Chand, vino en su ayuda.
En julio del 2015, el TAS impuso una moratoria de dos años a las limitaciones de producción endógena de testosterona impuestas por la IAAF a las atletas, en tanto se sustancian investigaciones más concluyentes, y Semenia volvió a competir sin restricciones. La limitación sólo afecta a los transexuales.
Sus marcas han vuelto a ser inalcanzables para sus rivales y amenaza incluso el récord mundial, que lleva 33 años en poder de Jarmila Kratochvilova (1:53.28).
En abril, ganó los 400, los 800 y los 1.500 en las pruebas de selección olímpica sudafricanas, todo el mismo día, y el mes pasado en Mónaco acreditó esa marca de 1:55.33, la mejor del mundo desde 2008 e inalcanzable para sus rivales.
Río de Janeiro, EFE
La sudafricana Caster Semenya, campeona mundial de 800 metros en 2009, bajó su récord personal hasta 1:55.28 y se proclamó campeona olímpica con gran autoridad sobre el resto, avivando la polémica sobre el hiperandrogenismo que padece.
La burundesa Francine Niyonsaba llegó a continuación en 1:56.49 y la keniana Margaret Wambui completó el podio con 1:56.89, igualmente récord personal.
Invicta durante en ocho carreras este año, Semenya -plata en Londres 2012, tras la rusa Mariya Savinova- llego a Río con el título africano y la mejor marca mundial en diez años: 1:55.33, conseguida en Mónaco. Ahora la ha mejorado, incluso.
La burundesa Francina Yiyonsaba, campeona mundial en pista cubierta, y la keniana Margaret Wambui, bronce mundial en 2016 y campeona del mundo sub-20 hace dos años, aspiraban a la medalla de plata como horizonte máximo, dada la enorme superioridad de la sudafricana en el segundo giro.
Wambui, jugadora de voleibol, suscitó con su título sub-20 una polémica similar a la que rodeó a Semenya tras sus exhibiciones en 2009.
La burundesa Francine Niyonsaba, sexta en Londres 2012, marcó un fuerte ritmo durante vuelta y media (57.49 el 400, 1:26.72 el 600) y la sudafricana sólo compareció en la curva para salir ya por delante y alejarse incontenible hacia la meta.
Sus dos grandes marcas de este año son las mejores del mundo en el último decenio.
La ochocentista sudafricana de apariencia andrógina asombró en los Mundiales de Berlín 2009 por su rotunda superioridad.
La IAAF le impidió competir mientras abría pesquisas que detectaron en ella un tipo de hiperandrogenismo, lo que condujo a establecer en 2011 una norma sobre criterios para separar las categorías por sexos, obligando a quienes presentaban esta anomalía a reducir sus niveles de testosterona por debajo de 10 nanomoles por litro de sangre, tres veces por encima de lo normal entre las mujeres.
Con tales limitaciones su rendimiento bajó radicalmente aunque todavía fue subcampeona mundial en 2011 y subcampeona olímpica en Londres 2012, lejos de su asombrosa marca de Berlín (1:55.45). El año pasado no llegó a la final de los Mundiales de Pekín, pero el recurso ante el TAS de una atleta india, Dutee Chand, vino en su ayuda.
En julio del 2015, el TAS impuso una moratoria de dos años a las limitaciones de producción endógena de testosterona impuestas por la IAAF a las atletas, en tanto se sustancian investigaciones más concluyentes, y Semenia volvió a competir sin restricciones. La limitación sólo afecta a los transexuales.
Sus marcas han vuelto a ser inalcanzables para sus rivales y amenaza incluso el récord mundial, que lleva 33 años en poder de Jarmila Kratochvilova (1:53.28).
En abril, ganó los 400, los 800 y los 1.500 en las pruebas de selección olímpica sudafricanas, todo el mismo día, y el mes pasado en Mónaco acreditó esa marca de 1:55.33, la mejor del mundo desde 2008 e inalcanzable para sus rivales.