Theresa May se perfila como favorita para primera ministra británica

La retirada de Boris Johnson, traicionado por Michael Gove, coloca a la ministra de Interior como la candidata con más opciones a liderar al país en su salida de la UE

Pablo Guimón
Londres, El País
Boris Johnson, favorito hasta el jueves para convertirse en el próximo primer ministro británico, recibió dos puñaladas que acabaron con sus ambiciones: una por la espalda, obra de su supuesto aliado Michael Gove, y otra de frente. Esta última se la asestó Theresa May. La ministra del Interior, que conocía las intenciones de Gove cuando lanzó su candidatura y se mofó de las opciones del exalcalde, quien abandonaría la lucha poco después. La retirada de Johnson y el apoyo expresado a May por decenas de diputados tras la sorpresiva candidatura de Gove, colocan a la ministra como la más firme candidata a liderar el país en su salida de la UE que ella defiende como irreversible pero, para enojo de los socios europeos, no inmediata.


“Un partido en llamas y por qué tiene que ser Theresa”. El titular que ocupaba la portada del sensacionalista Daily Mail, la biblia de las bases conservadoras que serán las que en última instancia elegirán al nuevo primer ministro, daba este viernes una idea de cómo está la batalla. “En circunstancias normales, este periódico dudaría en mostrar sus cartas antes del final de una contienda como esta”, rezaba el editorial. “Pero sean lo que sean estos tiempos, lo que no son es normales”.

Cuando presentó ayer su propia candidatura, Michael Gove quiso distanciarse de May al señalar que el próximo primer ministro debía ser alguien que hubiera apoyado el Brexit. La ministra defendió la permanencia, aunque mantuvo un perfil bajo que la salva de la quema. Pero el discurso de Gove, empeñado en revertir su imagen de Judas apelando a la responsabilidad y resaltando sus propias debilidades, no logró una oleada de adhesiones como habría podido esperar. Nada que ver con el medio centenar de diputados que ovacionaron a May cuando presentó su candidatura el día anterior, poco antes de que Boris Johnson, el hasta entonces favorito, decidiera arrojar la toalla.

Ya antes de la retirada de Johnson, un sondeo entre la militancia tory colocaba a May como favorita, nueve puntos por delante del exalcalde. También las casas de apuestas la situaban en cabeza. Michael Gove, según publica The Daily Telegraph, llamó a May a primera hora del jueves para contarle sus intenciones. A las 9.30 la ministra pronunciaba su discurso y reservaba algunas puñaladas para Boris Johnson.

Ella no era una política “ostentosa” aficionada a los “trucos”, no frecuentaba los bares del Parlamento ni los platós de televisión, dijo May, mientras la imagen de Boris iba inevitablemente emergiendo, antes de citarlo textualmente. “Boris negoció en Europa. La última vez que llegó a un acuerdo con los alemanes, volvió con tres cañones de agua seminuevos”, soltó, para regocijo de los congregados, en referencia al equipamiento antidisturbios que adquirió el exalcalde por 200.000 libras y que nunca ha sido utilizado. Poco después, en la más frenética mañana que se recuerda en Westminster, Boris Johnson retiraba su candidatura ante un auditorio menguado por las deserciones que ya habían engrosado las filas de May.

El viernes por la mañana, mientras Michael Gove explicaba que su decisión de disputar la contienda por el liderazgo tory obedecía a la “convicción” y no a la “ambición”, se sucedían los llamamientos de destacadas figuras del partido para que retirara su candidatura y facilitara la unidad de los conservadores en torno a May.

La ministra, la persona que más tiempo ha portado cartera de Interior, se ofrece como la candidata de la unidad, la estabilidad y la experiencia. “Brexit significa Brexit”, sentenció, despejando cualquier duda sobre sus intenciones en la ardua tarea que el país tiene por delante. La candidata descartó unas elecciones anticipadas si resulta elegida y anunció que no disparará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que abriría formalmente el proceso de separación, antes del final del año.

Si las candidaturas siguen vivas, los diputados elegirán en una serie de votaciones a los dos finalistas. Y serán los militantes del partido quienes elijan a su nuevo líder y, por extensión, quien dirija desde el 10 de Downing Street la compleja labor que los británicos encomendaron a sus gobernantes en el referéndum del 23 de junio.


Las cuentas no cuadrarán para 2020, según Osborne

El ministro de Finanzas, George Osborne, ha renunciado a su objetivo de devolver las cuentas británicas al superávit para 2020. El canciller del Exchequer ha defendido que el Gobierno debe ser "realista", dada la incertidumbre generada tras la decisión el país de abandonar la UE. Cuadrar las finanzas públicas había sido el objetivo principal del Gobierno y la justificación de las duras medidas de austeridad de los últimos años. "El referéndum producirá un significativo impacto negativo en la economía", dijo ayer Osborne. "Debemos seguir siendo duros con el déficit pero también ser realistas sobre alcanzar un superávit para el final de la década".

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