Rajoy forzará al PSOE a decidir en julio para evitar elecciones
El líder del PP no ofrecerá un programa concreto de reformas hasta la segunda fase de la negociación y solo a los partidos que muestren su disposición a dialogar
Javier Casqueiro
Madrid, El País
Gobierno de Mariano Rajoy a finales de julio con la abstención del PSOE o se convocan otras elecciones. Ese es el dilema y la estrategia de presión con la que acude el líder del PP a las últimas citas, este martes con Ciudadanos y Podemos y el miércoles con el PSOE, de su ronda exploratoria para conseguir su investidura. Rajoy planteará a sus interlocutores esa exigencia sin precisar a cambio su programa de reformas. Esa concreción la reserva para los que muestren mejor disposición a dialogar. Todas esas reuniones se celebrarán en el Congreso de los Diputados. En este periodo se organizará también un contacto secreto y discreto con el portavoz del nuevo Partido Democrático Catalán (PDC antes CDC), Francesc Homs, que ha sido el que ha pedido que se haga sin publicidad.
El PP esperó casi dos semanas a que el PSOE celebrara el pasado sábado su Comité Federal en el que se confirmó el no a Rajoy para dar tiempo a ese partido y a su líder, Pedro Sánchez, a reflexionar sobre su resultado electoral y lo que consideran el subsiguiente e inevitable panorama de posibles pactos. Las conclusiones del cónclave socialista les han parecido “profundamente decepcionantes”, según apostilló este lunes el vicesecretario nacional de Organización del PP, Fernando Martínez Maillo, tras la reunión semanal del comité de dirección del partido con Mariano Rajoy. No aguardaban una rectificación total y que el PSOE se entregase sin más a la demandada gran coalición. Quizá tampoco ahora un pronunciamiento claro a favor de la abstención del PSOE a la posible investidura de Rajoy. Pero sí alguna señal de viraje, un tono menos agrio, una puerta entreabierta.
Rajoy había retrasado cualquier contacto con el PSOE y Sánchez para darle ese margen. Cerró la semana pasada sus citas de este martes con los candidatos de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Podemos, Pablo Iglesias y reservó para el secretario general del PSOE un hueco diferente. Pero la distancia que aún les separa es enorme. Durante la mañana de este lunes sus gabinetes contactaron para programar al fin el encuentro el miércoles a las 11.00 horas en el Congreso pero con pocas esperanzas de acuerdo por ambas partes.
“Voy a reiterar una obviedad, para que haya oposición tiene que haber antes gobierno y no se puede ser oposición de manera preventiva a que haya gobierno”, señaló Martínez Maillo. Y agregó el aviso: “Son dos cosas incompatibles entre sí, el no a Rajoy y que no haya unas terceras elecciones, uno de los dos noes no va a suceder, no es verdad, porque no existe alternativa y por tanto o Gobierno de Rajoy o vamos a terceras elecciones”.
Martínez Maillo lanzó luego varios mensajes de “mano tendida” para negociar estos días pero sin mucha fé: “En esa reunión con Ciudadanos, como en las demás, no nos cerramos a nada y estamos abiertos a explorar todas las posibilidades y ésa es nuestra actitud y nuestra predisposición”. Y reiteró: “Queremos sentarnos a hablar y dialogar, Rajoy y el PP tienden la mano, con disposición al diálogo. En la primera reunión no se van a agotar todos los temas, se trata de mirarse a la cara y ver la predisposición al diálogo y a partir de ahí estamos abiertos a todo, mesas de negociación, de acuerdo, de reformas, estamos dispuestos a hablar de todo”.
El PP está preparando así el camino tanto para un primer rechazo contundente a la investidura de Rajoy con la abstención del PSOE y Ciudadanos como para achacar la responsabilidad de ese fracaso y de unas posibles nuevas elecciones sobre todo a los socialistas. Los argumentos y justificaciones están pensandos ya en clave preelectoral.
Martínez Maillo informó de que Rajoy no acudirá ahora a sus citas con los principales líderes políticos del país ni con un documento de trabajo ni con un catálogo de propuestas o reformas. Quiere sondear y ver primero cómo están. Y en el caso de Albert Rivera, que tantos vetos y acusaciones le ha lanzado en el pasado reciente, busca restañar algunas heridas y cimentar antes algún tipo de lealtad mutua. Si las reuniones salen bien, Rajoy nominará a partir del jueves una comisión negociadora del PP que entrará en los detalles pero solo con los partidos más proclives al pacto.
Javier Casqueiro
Madrid, El País
Gobierno de Mariano Rajoy a finales de julio con la abstención del PSOE o se convocan otras elecciones. Ese es el dilema y la estrategia de presión con la que acude el líder del PP a las últimas citas, este martes con Ciudadanos y Podemos y el miércoles con el PSOE, de su ronda exploratoria para conseguir su investidura. Rajoy planteará a sus interlocutores esa exigencia sin precisar a cambio su programa de reformas. Esa concreción la reserva para los que muestren mejor disposición a dialogar. Todas esas reuniones se celebrarán en el Congreso de los Diputados. En este periodo se organizará también un contacto secreto y discreto con el portavoz del nuevo Partido Democrático Catalán (PDC antes CDC), Francesc Homs, que ha sido el que ha pedido que se haga sin publicidad.
El PP esperó casi dos semanas a que el PSOE celebrara el pasado sábado su Comité Federal en el que se confirmó el no a Rajoy para dar tiempo a ese partido y a su líder, Pedro Sánchez, a reflexionar sobre su resultado electoral y lo que consideran el subsiguiente e inevitable panorama de posibles pactos. Las conclusiones del cónclave socialista les han parecido “profundamente decepcionantes”, según apostilló este lunes el vicesecretario nacional de Organización del PP, Fernando Martínez Maillo, tras la reunión semanal del comité de dirección del partido con Mariano Rajoy. No aguardaban una rectificación total y que el PSOE se entregase sin más a la demandada gran coalición. Quizá tampoco ahora un pronunciamiento claro a favor de la abstención del PSOE a la posible investidura de Rajoy. Pero sí alguna señal de viraje, un tono menos agrio, una puerta entreabierta.
Rajoy había retrasado cualquier contacto con el PSOE y Sánchez para darle ese margen. Cerró la semana pasada sus citas de este martes con los candidatos de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Podemos, Pablo Iglesias y reservó para el secretario general del PSOE un hueco diferente. Pero la distancia que aún les separa es enorme. Durante la mañana de este lunes sus gabinetes contactaron para programar al fin el encuentro el miércoles a las 11.00 horas en el Congreso pero con pocas esperanzas de acuerdo por ambas partes.
“Voy a reiterar una obviedad, para que haya oposición tiene que haber antes gobierno y no se puede ser oposición de manera preventiva a que haya gobierno”, señaló Martínez Maillo. Y agregó el aviso: “Son dos cosas incompatibles entre sí, el no a Rajoy y que no haya unas terceras elecciones, uno de los dos noes no va a suceder, no es verdad, porque no existe alternativa y por tanto o Gobierno de Rajoy o vamos a terceras elecciones”.
Martínez Maillo lanzó luego varios mensajes de “mano tendida” para negociar estos días pero sin mucha fé: “En esa reunión con Ciudadanos, como en las demás, no nos cerramos a nada y estamos abiertos a explorar todas las posibilidades y ésa es nuestra actitud y nuestra predisposición”. Y reiteró: “Queremos sentarnos a hablar y dialogar, Rajoy y el PP tienden la mano, con disposición al diálogo. En la primera reunión no se van a agotar todos los temas, se trata de mirarse a la cara y ver la predisposición al diálogo y a partir de ahí estamos abiertos a todo, mesas de negociación, de acuerdo, de reformas, estamos dispuestos a hablar de todo”.
El PP está preparando así el camino tanto para un primer rechazo contundente a la investidura de Rajoy con la abstención del PSOE y Ciudadanos como para achacar la responsabilidad de ese fracaso y de unas posibles nuevas elecciones sobre todo a los socialistas. Los argumentos y justificaciones están pensandos ya en clave preelectoral.
Martínez Maillo informó de que Rajoy no acudirá ahora a sus citas con los principales líderes políticos del país ni con un documento de trabajo ni con un catálogo de propuestas o reformas. Quiere sondear y ver primero cómo están. Y en el caso de Albert Rivera, que tantos vetos y acusaciones le ha lanzado en el pasado reciente, busca restañar algunas heridas y cimentar antes algún tipo de lealtad mutua. Si las reuniones salen bien, Rajoy nominará a partir del jueves una comisión negociadora del PP que entrará en los detalles pero solo con los partidos más proclives al pacto.