Más ruido que fútbol

Griezmann y Cristiano han quedado como los grandes solistas de un torneo con mucho jolgorio y poco juego. Francia solo se ha batido con un campeón; Portugal, con ninguno

José Sámano
París, El País
A un partido para el cierre de la Eurocopa solo una memorable final puede dar algo de posteridad a un campeonato con mucho jolgorio y escaso fútbol. Si no lo remedian Griezmann o Cristiano, los dos grandes solistas, Francia 2016 corre el riesgo de entregar el balón de oro a Will Grigg. El norirlandés no ha jugado un segundo, pero, sin muchas distracciones sobre el césped, ha sido la musa de la mejor banda sonora. Sin un cierre de altura mañana en París (Telecinco, 21.00), el epitafio del torneo se limitará al atrezo, no al juego: los aborrecibles hooligans, el extraño sentido del olfato de Joachim Löw, el griterío islandés, los críos galeses por el prado, el patético Zaza... Sin olvidar el folclórico Viva España con el que, ya en 2016, aún la organización amenizaba a La Roja.


Más que nunca ha prevalecido el azar. En buena parte, propiciado por el nuevo formato de la UEFA con la ampliación a 24 selecciones. Los finalistas, Portugal y Francia, solo han eliminado a un campeón de un gran torneo, Alemania. Barra libre. Los bachecillos por el camino fueron: Albania (42ª en la clasificación FIFA), Rumania (22ª), Suiza (15ª), Irlanda (33ª), Islandia (34ª), Austria (10ª), Hungría (20ª), Croacia (27ª), Polonia (27ª) y Gales (26ª). Salvo Rusia, que triunfó como la URSS en 1960, todos los campeones presentes se cruzaron entre sí al menos una vez: Alemania, España, Francia, Italia, República Checa y Bélgica. A Portugal, el equipo que más partidos ha disputado en la historia de la Eurocopa sin ganar el título (34), le ha girado la ruleta de tal modo que está a un día del trono habiendo sido tercero en la fase de grupos y después de haber ganado solo un partido en 90 minutos. Francia marcó sus tres primeros goles, para batir a Rumania y Albania, en los minutos 89, 90 y 96, dos Payet y otro Griezmann.

El evento ha dejado más brochazos que pinceladas. Los despuntes de Iniesta, Modric, Rooney y Hazard solo fueron migas. Los de Ibrahimovic, ni eso. Lo contrario que Bale, que con un envoltorio no mejor que el de Suecia, se afanó en tirar de Gales con fe, entrega y talento. También sobresalió Kroos, hilo conductor de una de las selecciones que mejor ha jugado. Alemania ha sido de lo más notable, junto con los primeros ratos de España y Croacia, y la interesante y científica Italia, cuyo primer tiempo contra España fue un tratado de pizarra digno de cátedra, por revolucionario y eficaz.

2,4 millones de espectadores, 107 goles y solo tres expulsados

En los 50 partidos disputados se han marcado 107 goles, una media de 2,14, con un porcentaje superior en las eliminatorias (2,7) que en la fase de grupos (1,9). Griezmann es, por ahora, el bota de oro, con seis tantos, y hasta seis futbolistas han anotado tres: Giroud, Payet, Cristiano, Nani, Bale y Morata. Se han mostrado 195 tarjetas amarillas (3,9 por encuentro) y tres rojas, solo una directa. Según la UEFA, los árbitros acertaron en el 94,2% de los fueras de juego.

En Francia 2016 han acudido a los estadios un total de 2,4 millones de personas. Como es lógico, los franceses han supuesto el 40,6% del aforo, seguidos de alemanes e ingleses con un 13,8%.

El partido con mayor audiencia televisiva ha sido el Francia-Alemania. En suelo germano lo vieron 29,8 millones y en territorio galo 19,2 millones. En Islandia, el duelo entre su selección e Inglaterra congregó al 99,8% de la audiencia.

El Bayern es el club con más ganadores de la Eurocopa, 18 jugadores. Le siguen el Barça (15) y el Real Madrid (14).

Como los torneos encajan las piezas a medida que tienen recorrido, cuesta reparar ahora en el mal despegue de Cristiano y Griezmann. El luso no marcó hasta el tercer encuentro, antes incluso falló un penalti frente a Austria. Socorrió a los suyos contra Hungría, cuando Portugal estuvo varios minutos eliminada. Griezmann, al igual que Pogba, fue condenado al banquillo al segundo partido y no renació hasta que Didier Deschamps le apartó del extremo y le situó a espaldas de Giroud. No han sido pocas las correcciones que han hecho Deschamps y Fernando Santos hasta lograr el estirón de sus dos estrellas.

Conviene subrayar que Cristiano y Griezmann también han provocado un desmentido. Llegaron al torneo con la lengua fuera tras el broche final de la Liga de Campeones a una temporada extenuante y un rodaje descomunal para ambos. Quizá por ello tardaron en arrancar, pero su actuación ha sido clave. CR ha necesitado 47 remates, 12 entre los palos, para anotar tres tantos. Griezmann le ha mejorado en puntería: 23 disparos, 12 entre los postes, para seis goles.
Un gol prodigioso

En un campeonato con mejores goles que juego, el cabezazo de Cristiano ante Gales ha sido el tanto supremo. Según las mediciones del Daily Mail, este marciano brincó 76,2 centímetros desde el suelo para elevarse a 2,61 metros, 17 centímetros por encima de la altura del larguero. Su frente hizo volar la pelota a 71,3 kilómetros por hora. Mucho más que extraordinario.

Sin otra esperanza que Griezmann y Cristiano, o algunos de sus respectivos colegas, solo cabe sumarse a una célebre causa del eterno Eduardo Galeano: “Yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece”. Amén.

Entradas populares