La OTAN replica a Trump que la solidaridad entre aliados “es clave”

El cuestionamiento de la defensa colectiva inquieta a la organización

Lucía Abellán
Bruselas, El País
La OTAN ve con enorme inquietud cómo un firme candidato a presidir Estados Unidos cuestiona los cimientos de la Alianza. Por eso la cúpula de la organización dejó ayer atrás el principio de no interferencia en debates políticos nacionales y optó por el contraataque. “La solidaridad entre aliados es un valor clave para la OTAN. Es bueno para la seguridad europea y para la estadounidense”, opuso el secretario general, Jens Stoltenberg, a la idea esgrimida por Donald Trump de condicionar esa solidaridad al compromiso presupuestario de los Estados.


Poner en duda el artículo 5 de la OTAN, que considera que un ataque a un miembro de la Alianza debe recibirse como un ataque contra todos, atenta contra la esencia misma de la organización, fundada sobre este principio de defensa colectiva. Fuentes aliadas recuerdan que ese artículo solo se ha invocado una vez en la historia. Fue tras los ataques terroristas del 11-S y ya constituyó una interpretación abierta del artículo 5, que habla de “un ataque armado” sobre uno o varios países. El impacto del 11-S, además, derivó en la misión de Afganistán, la mayor operación de combate desplegada nunca por la OTAN. Así que Estados Unidos conoce bien la utilidad de este principio. Más de 1.000 soldados no estadounidenses perdieron la vida durante los más de 10 años que se prolongó la misión (entre 2003 y 2014), añaden las mismas fuentes.

En su respuesta a Trump, Stoltenberg apeló a la historia para destacar el valor de la Alianza: “Dos guerras mundiales nos han enseñado que la paz en Europa también importa para la seguridad de Estados Unidos”. Y entró en la crítica de fondo de Trump —el hecho de que la mayoría de Estados europeos invierten en defensa menos del 2% de su PIB, como exige la organización— para demostrar que la tendencia está cambiando. “Por primera vez en muchos años, el gasto en defensa de los aliados europeos y de Canadá creció en 2015”, alegó.

Más que aumentar, lo que hicieron los presupuestos europeos de defensa fue dejar de caer (y registraron un mínimo avance del 0,79%). Para este año, se espera un incremento cercano al 3%, aunque, pese a todo, el volumen de gasto sobre el PIB no superará el 1,46% (lejos aún del 2%), según las previsiones oficiales.

Washington, el principal contribuyente de la Alianza, siempre ha presionado para que Europa gaste más en sus ejércitos. Pero nunca hasta el punto de cuestionar el compromiso hacia los Estados que invierten menos. La posición del candidato republicano a la presidencia estadounidense, que ya criticó a la Alianza por considerarla “obsoleta” y muy onerosa para su país, amenaza con debilitarla si gana las elecciones.

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