La economía británica sufre el mayor retroceso desde 2009 tras el ‘Brexit’
El PIB caerá un 0,4% en el tercer trimestre, según un estudio de la consultora IHS Markit
Pablo Guimón
Londres, El País
La economía británica empieza a sentir el impacto del Brexit, con la mayor desaceleración desde el pico de la crisis financiera hace siete años. La actividad del sector privado en Reino Unido ha sufrido en julio su mayor contracción desde abril de 2009, según un estudio de la consultora IHS Markit publicado este viernes, que habla de un “deterioro dramático” en la confianza empresarial. El índice Markit Flash UK PMI, que recopila datos de 650 empresas y es una referencia para los mercados, muestra un descenso en la actividad de todos los sectores productivos menos el de la exportación, que se ha beneficiado por la depreciación de la libra. Se trata del primer estudio significativo que mide las reacciones de las empresas al resultado del referéndum del pasado 23 de junio, en el que los británicos decidieron abandonar la Unión Europea.
La actividad ha caído en las semanas siguientes a la consulta, hasta alcanzar en julio su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2009. "La encuesta apunta a una contracción de la economía del 0,4% en el tercer trimestre", ha indicado Chris Williamson, economista jefe de Markit. “Las únicas otras veces que hemos visto a este índice caer hasta estos niveles han sido la crisis financiera global de 2008-2009, el pinchazo de la burbuja tecnológica y la crisis financiera asiática de 1998. La diferencia esta vez es que todo es de origen doméstico, lo que sugiere que el impacto en la economía británica puede ser mayor que en las otras ocasiones. Esto es exactamente lo que la mayoría de los economistas decía que iba a suceder”, ha declarado Williamson en la BBC.
La contracción se explica por la mayor cancelación de pedidos desde 2012 y por una caída de la confianza en el sector de los servicios, motor de la economía británica, según la consultora. La publicación del estudio ha provocado una nueva caída de la libra.
Williamson ha pronosticado que habrá un empeoramiento de la situación a corto plazo, pero también ha destacado que existen señales de que la confianza comenzó a mejorar desde que se formó el nuevo Gobierno. El sector servicios es el que más ha sufrido, aunque la caída de confianza es también importante entre las empresas fabricantes. El informe redobla la presión sobre el Banco de Inglaterra para recortar los tipos de interés.
La autoridad monetaria decidirá en su reunión de agosto si cambia la política monetaria para hacer frente a esta ralentización de la economía de la isla. En la última reunión, el 14 de julio, la entidad emisora pronosticó un debilitamiento de la actividad económica en el corto plazo pero decidió mantener los tipos de interés en el 0,5% y la cuantía del programa de compra de activos, cifrado en 375.000 millones de libras. En esa ocasión, aclaró que la mayoría de los miembros del Comité de Política Monetaria consideraban necesario aumentar las medidas de estímulo, pero preferían esperar hasta agosto para definir la "el tamaño y la naturaleza" de las mismas.
El nuevo ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, de visita oficial en China, ha reconocido que el informe muestra que el voto por el Brexit ha perjudicado a la confianza y ha creado un periodo de incertidumbre. Pero ha pedido cautela ante lo que constituye “una medida del sentimiento, no de la actividad real de la economía”. “Esto indica que la confianza de la gente y de las empresas se ha hundido”, ha dicho el canciller del Exchequer. “Nuestro trabajo será restaurar toda la certidumbre que podamos, lo más rápido posible”.
El resultado de índice PMI refuerza la idea de una flexibilización monetaria, según Samuel Tombs, economista de la consultora londinense Pantheon Macroeconomics. El analista ha explicado a Bloomberg que a pesar de que espera que la confianza de los consumidores se mantenga en los próximos meses, los empresarios están postergando las decisiones de inversión y eso ha golpeado a la economía.
El Brexit frena a la Zona euro
Los expertos en previsiones consultados por el Banco Central Europeo (BCE) prevén un menor crecimiento de la zona euro para 2017 y 2018. La entidad ha dado a conocer este viernes las proyecciones de los especialistas, que calculan que el crecimiento será del 1,4% en 2017, dos décimas menos que en los pronósticos anteriores, y de 1,6% en 2018, una décima menos. "Estas revisiones reflejan el impacto negativo esperado en la zona del euro por resultado del referéndum en el Reino Unido", ha precisado la autoridad monetaria.
El presidente del BCE, Mario Draghi, anunció el jueves que está dispuesto a ofrecer más estímulos monetarios en septiembre, por el aumento de los riesgos económicos derivados de la decisión de Reino Unido de salir de la UE. Draghi reconoció que el Brexit supone un riesgo para el crecimiento económico de la zona del euro, pero el consejo de gobierno consideró que todavía no tenía información suficiente para valorar el impacto y tomar nuevas decisiones. Por ello decidió mantener la tasa de interés rectora en el 0 % y seguir cobrando a los bancos un 0,4 % por sus depósitos en el BCE.
Pablo Guimón
Londres, El País
La economía británica empieza a sentir el impacto del Brexit, con la mayor desaceleración desde el pico de la crisis financiera hace siete años. La actividad del sector privado en Reino Unido ha sufrido en julio su mayor contracción desde abril de 2009, según un estudio de la consultora IHS Markit publicado este viernes, que habla de un “deterioro dramático” en la confianza empresarial. El índice Markit Flash UK PMI, que recopila datos de 650 empresas y es una referencia para los mercados, muestra un descenso en la actividad de todos los sectores productivos menos el de la exportación, que se ha beneficiado por la depreciación de la libra. Se trata del primer estudio significativo que mide las reacciones de las empresas al resultado del referéndum del pasado 23 de junio, en el que los británicos decidieron abandonar la Unión Europea.
La actividad ha caído en las semanas siguientes a la consulta, hasta alcanzar en julio su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2009. "La encuesta apunta a una contracción de la economía del 0,4% en el tercer trimestre", ha indicado Chris Williamson, economista jefe de Markit. “Las únicas otras veces que hemos visto a este índice caer hasta estos niveles han sido la crisis financiera global de 2008-2009, el pinchazo de la burbuja tecnológica y la crisis financiera asiática de 1998. La diferencia esta vez es que todo es de origen doméstico, lo que sugiere que el impacto en la economía británica puede ser mayor que en las otras ocasiones. Esto es exactamente lo que la mayoría de los economistas decía que iba a suceder”, ha declarado Williamson en la BBC.
La contracción se explica por la mayor cancelación de pedidos desde 2012 y por una caída de la confianza en el sector de los servicios, motor de la economía británica, según la consultora. La publicación del estudio ha provocado una nueva caída de la libra.
Williamson ha pronosticado que habrá un empeoramiento de la situación a corto plazo, pero también ha destacado que existen señales de que la confianza comenzó a mejorar desde que se formó el nuevo Gobierno. El sector servicios es el que más ha sufrido, aunque la caída de confianza es también importante entre las empresas fabricantes. El informe redobla la presión sobre el Banco de Inglaterra para recortar los tipos de interés.
La autoridad monetaria decidirá en su reunión de agosto si cambia la política monetaria para hacer frente a esta ralentización de la economía de la isla. En la última reunión, el 14 de julio, la entidad emisora pronosticó un debilitamiento de la actividad económica en el corto plazo pero decidió mantener los tipos de interés en el 0,5% y la cuantía del programa de compra de activos, cifrado en 375.000 millones de libras. En esa ocasión, aclaró que la mayoría de los miembros del Comité de Política Monetaria consideraban necesario aumentar las medidas de estímulo, pero preferían esperar hasta agosto para definir la "el tamaño y la naturaleza" de las mismas.
El nuevo ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, de visita oficial en China, ha reconocido que el informe muestra que el voto por el Brexit ha perjudicado a la confianza y ha creado un periodo de incertidumbre. Pero ha pedido cautela ante lo que constituye “una medida del sentimiento, no de la actividad real de la economía”. “Esto indica que la confianza de la gente y de las empresas se ha hundido”, ha dicho el canciller del Exchequer. “Nuestro trabajo será restaurar toda la certidumbre que podamos, lo más rápido posible”.
El resultado de índice PMI refuerza la idea de una flexibilización monetaria, según Samuel Tombs, economista de la consultora londinense Pantheon Macroeconomics. El analista ha explicado a Bloomberg que a pesar de que espera que la confianza de los consumidores se mantenga en los próximos meses, los empresarios están postergando las decisiones de inversión y eso ha golpeado a la economía.
El Brexit frena a la Zona euro
Los expertos en previsiones consultados por el Banco Central Europeo (BCE) prevén un menor crecimiento de la zona euro para 2017 y 2018. La entidad ha dado a conocer este viernes las proyecciones de los especialistas, que calculan que el crecimiento será del 1,4% en 2017, dos décimas menos que en los pronósticos anteriores, y de 1,6% en 2018, una décima menos. "Estas revisiones reflejan el impacto negativo esperado en la zona del euro por resultado del referéndum en el Reino Unido", ha precisado la autoridad monetaria.
El presidente del BCE, Mario Draghi, anunció el jueves que está dispuesto a ofrecer más estímulos monetarios en septiembre, por el aumento de los riesgos económicos derivados de la decisión de Reino Unido de salir de la UE. Draghi reconoció que el Brexit supone un riesgo para el crecimiento económico de la zona del euro, pero el consejo de gobierno consideró que todavía no tenía información suficiente para valorar el impacto y tomar nuevas decisiones. Por ello decidió mantener la tasa de interés rectora en el 0 % y seguir cobrando a los bancos un 0,4 % por sus depósitos en el BCE.