Isinbáyeva tira la toalla, no irá a los Juegos
EFE
La zarina de la pértiga Yelena Isinbáyeva ha decidido tirar la toalla después de que la IAAF frustrara sus últimas esperanzas de competir en los Juegos de Río e intentar colgarse un tercer oro.
"Hace 20 minutos recibí la respuesta negativa de la IAAF. Lamentablemente, no han hecho una excepción conmigo. No me han permitido competir en los Juegos. El milagro no ocurrió. No es mi destino competir en Río", escribió Isinbáyeva en su cuenta de Instagram.
Isinbáyeva reconoció que sus posibilidades de saltar en Río después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) diera la razón a la IAAF eran "míseras", pero decidió intentarlo animada por los dirigentes deportivos y los aficionados.
El Consejo de Dopaje de la IAAF "estudió detenidamente" la petición de la doble campeona olímpica y dictaminó que "no hay motivos para reconsiderar la decisión" de vetar al atletismo ruso debido a la connivencia de la federación rusa con el dopaje.
Otra posibilidad era entrar a formar parte de la comisión de atletas del Comité Olímpico Internacional (COI), pero este explicó hoy que esto únicamente le da derecho a asistir a los Juegos, pero no a competir.
"Después del nacimiento de mi hijo los Juegos de Río aún tenían sentido. He sacrificado un tiempo que podía haber estado con mi hijo. Y ahora este sueño me lo han arrebatado", dijo.
En lo que no se rinde Isinbáyeva es en defender individualmente, aunque de manera retroactiva, su derecho a participar en los Juegos Olímpicos, ya que acudirá al TAS y, en caso de necesidad, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La pertiguista, de 34 años, pidió desesperadamente el miércoles ayuda al presidente ruso, Vladímir Putin, que tuvo que consolarle cuando rompió a llorar en la ceremonia de despedida del equipo olímpico ruso en el Kremlin.
En cuanto a su posible retirada, la atleta rusa admitió que esperar otros cuatro años es prácticamente imposible y que su única aliciente era acabar su carrera con sus quintas olimpiadas y su tercer oro, no en vano tenía la mejor marca de la temporada al aire libre (4,90). "Tengo ya 34 años y elijo a la familia", sentenció hace unos días la atleta que se alzó con el oro en Atenas 2004 y Pekín 2008, además del bronce en Londres 2012.
Al respecto, su técnico y descubridor, Yevgueni Trofímov, aseguró a Efe que después de la "humillación" a la que ha sido sometida su pupila "no merece la pena seguir entrenando".
"¿Qué sentido tiene seguir si la tratan así? Es una decisión injusta e incomprensible. Lena ha dado mucho al deporte mundial. Ha ganado olimpiadas, mundiales y europeos. Estableció 28 plusmarcas mundiales. Es una auténtica pena. Soñábamos con el oro olímpico", dijo.
Trofímov destacó los grandes esfuerzos que ha tenido que hacer Isinbáyeva, que ostenta el récord del mundo de salto con pértiga (5,06 metros), para volver a las pistas después de dar a luz. "Estuvo tres años sin competir. La dejan sin posibilidad de saltar en el extranjero antes de Río. De todos modos, salta 4,90 sin apenas practicar. Y está para saltar 10 o 15 centímetros más. Y van y la dejan fuera de los Juegos. Está muy enfadada", lamenta.
El técnico considera que no entiende que en relación con Isinbáyeva y el resto de atletas rusos no implicados en casos de dopaje se anule "la presunción de inocencia", lo que él considera "una clara violación de los derechos humanos".
Lo que tiene claro es que a sus 72 y tras medio siglo dedicado al atletismo, que incluye varios años trabajando en el extranjero, no piensa seguir dedicándose al deporte profesional y a su disciplina favorita, la pértiga.
"Estoy muy decepcionado. ¿Por qué debemos responder por el dopaje de otros atletas?", sentencia Trofímov en conversación telefónica desde Volgogrado.
La zarina de la pértiga Yelena Isinbáyeva ha decidido tirar la toalla después de que la IAAF frustrara sus últimas esperanzas de competir en los Juegos de Río e intentar colgarse un tercer oro.
"Hace 20 minutos recibí la respuesta negativa de la IAAF. Lamentablemente, no han hecho una excepción conmigo. No me han permitido competir en los Juegos. El milagro no ocurrió. No es mi destino competir en Río", escribió Isinbáyeva en su cuenta de Instagram.
Isinbáyeva reconoció que sus posibilidades de saltar en Río después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) diera la razón a la IAAF eran "míseras", pero decidió intentarlo animada por los dirigentes deportivos y los aficionados.
El Consejo de Dopaje de la IAAF "estudió detenidamente" la petición de la doble campeona olímpica y dictaminó que "no hay motivos para reconsiderar la decisión" de vetar al atletismo ruso debido a la connivencia de la federación rusa con el dopaje.
Otra posibilidad era entrar a formar parte de la comisión de atletas del Comité Olímpico Internacional (COI), pero este explicó hoy que esto únicamente le da derecho a asistir a los Juegos, pero no a competir.
"Después del nacimiento de mi hijo los Juegos de Río aún tenían sentido. He sacrificado un tiempo que podía haber estado con mi hijo. Y ahora este sueño me lo han arrebatado", dijo.
En lo que no se rinde Isinbáyeva es en defender individualmente, aunque de manera retroactiva, su derecho a participar en los Juegos Olímpicos, ya que acudirá al TAS y, en caso de necesidad, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La pertiguista, de 34 años, pidió desesperadamente el miércoles ayuda al presidente ruso, Vladímir Putin, que tuvo que consolarle cuando rompió a llorar en la ceremonia de despedida del equipo olímpico ruso en el Kremlin.
En cuanto a su posible retirada, la atleta rusa admitió que esperar otros cuatro años es prácticamente imposible y que su única aliciente era acabar su carrera con sus quintas olimpiadas y su tercer oro, no en vano tenía la mejor marca de la temporada al aire libre (4,90). "Tengo ya 34 años y elijo a la familia", sentenció hace unos días la atleta que se alzó con el oro en Atenas 2004 y Pekín 2008, además del bronce en Londres 2012.
Al respecto, su técnico y descubridor, Yevgueni Trofímov, aseguró a Efe que después de la "humillación" a la que ha sido sometida su pupila "no merece la pena seguir entrenando".
"¿Qué sentido tiene seguir si la tratan así? Es una decisión injusta e incomprensible. Lena ha dado mucho al deporte mundial. Ha ganado olimpiadas, mundiales y europeos. Estableció 28 plusmarcas mundiales. Es una auténtica pena. Soñábamos con el oro olímpico", dijo.
Trofímov destacó los grandes esfuerzos que ha tenido que hacer Isinbáyeva, que ostenta el récord del mundo de salto con pértiga (5,06 metros), para volver a las pistas después de dar a luz. "Estuvo tres años sin competir. La dejan sin posibilidad de saltar en el extranjero antes de Río. De todos modos, salta 4,90 sin apenas practicar. Y está para saltar 10 o 15 centímetros más. Y van y la dejan fuera de los Juegos. Está muy enfadada", lamenta.
El técnico considera que no entiende que en relación con Isinbáyeva y el resto de atletas rusos no implicados en casos de dopaje se anule "la presunción de inocencia", lo que él considera "una clara violación de los derechos humanos".
Lo que tiene claro es que a sus 72 y tras medio siglo dedicado al atletismo, que incluye varios años trabajando en el extranjero, no piensa seguir dedicándose al deporte profesional y a su disciplina favorita, la pértiga.
"Estoy muy decepcionado. ¿Por qué debemos responder por el dopaje de otros atletas?", sentencia Trofímov en conversación telefónica desde Volgogrado.