Identificaron al otro yihadista que participó en el asesinato de un cura de 86 años en Francia
París, Reuters
Abdel Malik Nabil Petitjean, de 19 años, fue identificado como la segunda persona implicada en el asesinato del cura Jacques Hamel, de 86 años, degollado cuando celebraba una misa en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, en Francia.
Este joven nunca había sido objeto de una condena por lo que sus huellas dactilares y su ADN no constaban en registros, lo que retrasó su identificación.
Sin embargo, los servicios antiterroristas franceses lo tenían fichado desde el 29 de junio por haber intentado viajar a Siria, según una fuente cercana a la investigación.
Un análisis del ADN de su madre hizo posible su identificación. Tres personas de su familia fueron detenidas y puestas en prisión preventiva, indicó la fuente.
Estas detenciones “permitirán obtener elementos sobre el perfil del asesino. Por el momento, ningún elemento indica que estas personas estén implicadas en el asesinato”, agregó la misma fuente.
El primer atacante ya había sido identificado. Se trataba de Adel Kermiche, un francés de 19 años.
Kermiche, procedente de una familia de origen argelino sin problemas pero que sufría de trastornos de conducta, pasó diez meses en la cárcel a la espera de juicio por haber intentado viajar a Siria en dos ocasiones en 2015.
Fue liberado en marzo de este año y asignado a residencia, con una brazalete electrónico. Una decisión tomada por un juez, que la fiscalía apeló sin resultado.
Lealtad al EI
La organización Estado Islámico (EI) difundió el miércoles por la noche un video en la que los dos atacantes juran lealtad a este grupo yihadista. El EI había reivindicado el martes la autoría del ataque.
La oposición de derecha, así como magistrados y abogados piden una revisión del derecho penal en Francia para adaptarlo al desafío terrorista.
Tras una breve muestra de unión durante una misa el miércoles por la noche en memoria del sacerdote asesinado en la catedral Notre Dame de París, las acusaciones políticas sobre presuntos fallos de seguridad volvieron a surgir.
En el caso del atentado de Niza del 14 de julio (84 muertos), la derecha y la extrema derecha denunciaron medidas de seguridad insuficientes.
En el caso del asesinato del cura, las autoridades deberán explicar por qué los dos asesinos, fichados por los servicios de inteligencia, no estaban mejor vigilados.
Abdel Malik Nabil Petitjean, de 19 años, fue identificado como la segunda persona implicada en el asesinato del cura Jacques Hamel, de 86 años, degollado cuando celebraba una misa en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, en Francia.
Este joven nunca había sido objeto de una condena por lo que sus huellas dactilares y su ADN no constaban en registros, lo que retrasó su identificación.
Sin embargo, los servicios antiterroristas franceses lo tenían fichado desde el 29 de junio por haber intentado viajar a Siria, según una fuente cercana a la investigación.
Un análisis del ADN de su madre hizo posible su identificación. Tres personas de su familia fueron detenidas y puestas en prisión preventiva, indicó la fuente.
Estas detenciones “permitirán obtener elementos sobre el perfil del asesino. Por el momento, ningún elemento indica que estas personas estén implicadas en el asesinato”, agregó la misma fuente.
El primer atacante ya había sido identificado. Se trataba de Adel Kermiche, un francés de 19 años.
Kermiche, procedente de una familia de origen argelino sin problemas pero que sufría de trastornos de conducta, pasó diez meses en la cárcel a la espera de juicio por haber intentado viajar a Siria en dos ocasiones en 2015.
Fue liberado en marzo de este año y asignado a residencia, con una brazalete electrónico. Una decisión tomada por un juez, que la fiscalía apeló sin resultado.
Lealtad al EI
La organización Estado Islámico (EI) difundió el miércoles por la noche un video en la que los dos atacantes juran lealtad a este grupo yihadista. El EI había reivindicado el martes la autoría del ataque.
La oposición de derecha, así como magistrados y abogados piden una revisión del derecho penal en Francia para adaptarlo al desafío terrorista.
Tras una breve muestra de unión durante una misa el miércoles por la noche en memoria del sacerdote asesinado en la catedral Notre Dame de París, las acusaciones políticas sobre presuntos fallos de seguridad volvieron a surgir.
En el caso del atentado de Niza del 14 de julio (84 muertos), la derecha y la extrema derecha denunciaron medidas de seguridad insuficientes.
En el caso del asesinato del cura, las autoridades deberán explicar por qué los dos asesinos, fichados por los servicios de inteligencia, no estaban mejor vigilados.