El jefe de policía de Dallas a los jóvenes negros: “Estamos contratando”
David Brown, cuya figura se está elevando tras la matanza, dice a los manifestantes que se hagan policías y critica las leyes de Texas sobre armas
Pablo Ximénez de Sandoval
Dallas, El País
La receta del jefe de policía de Dallas, David Brown, para que los jóvenes negros estén más cerca de solucionar los problemas de su comunidad es esta: unirse a la policía. La reflexión de Brown, un hombre negro de Dallas, llegó cuando le preguntaron qué le llevó a hacerse policía. Contó que a principios de los ochenta había una epidemia de crack que estaba carcomiendo la ciudad. “Mis amigos se metieron en eso y se me partía el corazón”. Dejó la universidad en Austin, donde había logrado una beca, y se apuntó a la policía “para hacer algo al respecto”.
“Yo protestaría ni me quejaría”, añadió entonces. “Me implicaría. Sería parte de la solución. Me gusta Dallas y me gusta servir. A pesar de la mierda que tenemos que aguantar como policías, el servicio es muy gratificante”. Después de ponerse como ejemplo, le preguntaron qué les diría a los manifestantes del movimiento Black Lives Matter: “Ven, sé parte de la solución. Sirve a tu comunidad. No seas parte del problema. Estamos contratando. Sal de esa manifestación y presenta tu solicitud. Te pondremos en tu barrio y te ayudaremos a resolver algunas de las cosas por las que estás protestando”.
Brown, cuya estatura como hombre de sentido común se está elevando en Estados Unidos tras su reacción a la matanza del jueves, convirtió este lunes una rueda de prensa para dar detalles de la investigación en una interesante reflexión sobre los distintos problemas que se juntaron el pasado jueves. En medio de la ira en todo el país por la muerte de dos negros a manos de policías que fueron grabadas en vídeo y distribuidas por las redes, una manifestación contra la violencia policial acabó en la mayor tragedia de esta ciudad desde el magnicidio de Kennedy. Un joven negro de 25 años mató a cinco policías e hirió a otros siete.
Brown, tercera generación de una familia negra de Dallas, habla de estos temas desde una posición de autoridad que se ve pocas veces en un jefe de policía. Su hijo murió a los 27 años a tiros de la policía, después de haber matado él mismo a un agente. Además perdió un hermano en la guerra de las drogas de principios de los ochenta. Ha vivido en Dallas toda la vida. “He sido negro mucho tiempo”, bromeó. “Para mí es normal vivir en esta sociedad con tensiones raciales”. Brown afirmó haber recibido amenazas de muerte desde el jueves.
La matanza, perpetrada con un rifle de asalto AR-15 por un joven con entrenamiento militar, ha servido para que algunas autoridades empiecen a cuestionar, aunque no a criticar abiertamente, las leyes de armas de Texas. Brown se sumó este lunes a la lista. Lo hizo de una forma muy sutil: “No voy a entrar en ese debate y que me devoren los dos lados, no lo voy a hacer”. Pero dijo, en referencia a los legisladores: “Hagan su trabajo. Nosotros estamos haciendo el nuestro, nos estamos jugando la vida”.
En Texas, donde los republicanos tienen casi todos los puestos electos del Estado y mayoría en el Legislativo, se lleva con especial orgullo el derecho a portar armas en lugares públicos. No se ejerce, se exhibe. En la manifestación del jueves había alrededor de 20 personas armadas con rifles de asalto, simplemente para ejercer abiertamente su derecho. Cuando empezaron los tiros, la policía veía gente armada corriendo de un lado para otro, lo que incrementó la confusión.
La seguridad en una manifestación “es mucho más difícil cuando la gente lleva su AR-15 y hay tiros y empiezan a correr”, dijo Brown. “No sabemos quién es el bueno y quién es el malo. Tengo esperanzas de que nos escuchen en el Estado sobre esta cuestión, especialmente en lo que se refiere a manifestaciones”.
La ciudad de Dallas ha convocado para este lunes por la noche una vigilia en honor de los policías fallecidos. El martes, el presidente Barack Obama y el expresidente George Bush (ex gobernador de Texas), acudirán a una ceremonia religiosa en la ciudad.
Pablo Ximénez de Sandoval
Dallas, El País
La receta del jefe de policía de Dallas, David Brown, para que los jóvenes negros estén más cerca de solucionar los problemas de su comunidad es esta: unirse a la policía. La reflexión de Brown, un hombre negro de Dallas, llegó cuando le preguntaron qué le llevó a hacerse policía. Contó que a principios de los ochenta había una epidemia de crack que estaba carcomiendo la ciudad. “Mis amigos se metieron en eso y se me partía el corazón”. Dejó la universidad en Austin, donde había logrado una beca, y se apuntó a la policía “para hacer algo al respecto”.
“Yo protestaría ni me quejaría”, añadió entonces. “Me implicaría. Sería parte de la solución. Me gusta Dallas y me gusta servir. A pesar de la mierda que tenemos que aguantar como policías, el servicio es muy gratificante”. Después de ponerse como ejemplo, le preguntaron qué les diría a los manifestantes del movimiento Black Lives Matter: “Ven, sé parte de la solución. Sirve a tu comunidad. No seas parte del problema. Estamos contratando. Sal de esa manifestación y presenta tu solicitud. Te pondremos en tu barrio y te ayudaremos a resolver algunas de las cosas por las que estás protestando”.
Brown, cuya estatura como hombre de sentido común se está elevando en Estados Unidos tras su reacción a la matanza del jueves, convirtió este lunes una rueda de prensa para dar detalles de la investigación en una interesante reflexión sobre los distintos problemas que se juntaron el pasado jueves. En medio de la ira en todo el país por la muerte de dos negros a manos de policías que fueron grabadas en vídeo y distribuidas por las redes, una manifestación contra la violencia policial acabó en la mayor tragedia de esta ciudad desde el magnicidio de Kennedy. Un joven negro de 25 años mató a cinco policías e hirió a otros siete.
Brown, tercera generación de una familia negra de Dallas, habla de estos temas desde una posición de autoridad que se ve pocas veces en un jefe de policía. Su hijo murió a los 27 años a tiros de la policía, después de haber matado él mismo a un agente. Además perdió un hermano en la guerra de las drogas de principios de los ochenta. Ha vivido en Dallas toda la vida. “He sido negro mucho tiempo”, bromeó. “Para mí es normal vivir en esta sociedad con tensiones raciales”. Brown afirmó haber recibido amenazas de muerte desde el jueves.
La matanza, perpetrada con un rifle de asalto AR-15 por un joven con entrenamiento militar, ha servido para que algunas autoridades empiecen a cuestionar, aunque no a criticar abiertamente, las leyes de armas de Texas. Brown se sumó este lunes a la lista. Lo hizo de una forma muy sutil: “No voy a entrar en ese debate y que me devoren los dos lados, no lo voy a hacer”. Pero dijo, en referencia a los legisladores: “Hagan su trabajo. Nosotros estamos haciendo el nuestro, nos estamos jugando la vida”.
En Texas, donde los republicanos tienen casi todos los puestos electos del Estado y mayoría en el Legislativo, se lleva con especial orgullo el derecho a portar armas en lugares públicos. No se ejerce, se exhibe. En la manifestación del jueves había alrededor de 20 personas armadas con rifles de asalto, simplemente para ejercer abiertamente su derecho. Cuando empezaron los tiros, la policía veía gente armada corriendo de un lado para otro, lo que incrementó la confusión.
La seguridad en una manifestación “es mucho más difícil cuando la gente lleva su AR-15 y hay tiros y empiezan a correr”, dijo Brown. “No sabemos quién es el bueno y quién es el malo. Tengo esperanzas de que nos escuchen en el Estado sobre esta cuestión, especialmente en lo que se refiere a manifestaciones”.
La ciudad de Dallas ha convocado para este lunes por la noche una vigilia en honor de los policías fallecidos. El martes, el presidente Barack Obama y el expresidente George Bush (ex gobernador de Texas), acudirán a una ceremonia religiosa en la ciudad.