El caos del fútbol argentino pone en riesgo su participación en los Juegos Olímpicos

La crisis en la AFA y la renuncia de Martino impiden juntar 18 jugadores para la competencia que inicia en 30 días

Ramiro Barreiro
Buenos Aires, El País
Las noticias en torno al fútbol argentino y su Selección nacional transitan un camino incierto. Una nueva derrota en una final, y otra vez frente a un clásico rival como Chile, movió un gran avispero. A la dimisión de Lionel Messi a la albiceleste se le sumaron la del propio presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Luis Segura, y el entrenador Gerardo Tata Martino. Así, sin presidente, ni líder, ni entrenador, la pelota celeste y blanca no rueda sino que da tumbos. El conflicto es tal que el mismo presidente Mauricio Macri lamentó la partida de Martino. "Es parte también del maltrato que provoca la desorganización del fútbol argentino", dijo.


Los problemas no comenzaron con el penal errado por Messi, ni siquiera con las anteriores finales perdidas, una por la verdadera Copa América, en 2015, ni en el Mundial de Brasil y la caída ante Alemania. La AFA vive un desconcierto institucional desde que murió Julio Grondona, quien presidió la institución durante 35 años. Luis Segura, expresidente de Argentinos Juniors, fue quien tomó la posta a pesar de no contar con el visto bueno de la mayoría de los representantes en la Asamblea General. Es por eso que el 3 de diciembre de 2015 se realizaron las elecciones más bochornosas de la historia, en las que se registró un empate en 38, habiendo un total de 75 asambleístas.

El diseño de una nueva liga es otro de los puntos que enfrentó a los máximos dirigentes de los clubes, muchos de los cuales también pretenden sentarse en el sillón de la AFA. Esa disputa en realidad esconde una discusión más importante: quien manejará los millonarios fondos que el Estado argentino invierte en la televisación de los partidos. La influencia del Gobierno es notable porque los clubes, muy endeudados, viven gracias a la ayuda del Ejecutivo, que les paga unos 2.000 millones de pesos al año (138 millones de dólares) para poder emitir los partidos de forma gratuita por la televisión pública en el programa Futbol para todos, un invento del kirchnerismo para arrebatar el fútbol al Grupo Clarín, el más importante del país.

Ni la Inspección General de Justicia (IGJ), ni la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) olvidaron lo ocurrido en las elecciones de diciembre. Ambos organismos dispusieron intervenciones en la AFA aunque todas las partes se esmeraron por llamarlo de otra forma, para evitar que llegue la desafiliación desde Zurich. Gianni Infantino nombró al excapitán y entrenador de la albiceleste Diego Armando Maradona dentro de una comisión normalizadora que también integran Primo Corvaro y Monserrat Giménez y que tiene, entre otras funciones, elegir al reemplazante de Martino. “Para conformar este Comité entrevistamos a 7 personas y mañana (por ayer) haremos otro tanto con la misma cantidad de personas. El jueves iré a Zurich y entregaré el informe a la FIFA, que será la encargada de elegir a los integrantes del organismo entre los que nosotros seleccionamos”, dijo Corvaro.

El mismo Maradona se presentó este miércoles en la AFA y mantuvo una reunión con los veedores de FIFA que se vio interrumpida luego de que el exjugador explotara de bronca, al parecer, por el rechazo de Corvaro a un proyecto de torneo de 20 equipos para la Primera División del fútbol argentino y, además, la sugerencia de que él debía presidir la Comisión Normalizadora. Maradona salió del edificio de la calle Viamonte envuelto en un enfado tal que disparó contra todos. “Se quiere hacer borrón y cuenta nueva y yo no quiero eso. Quiero una auditoría del expresidente de AFA y de ahí, empezar con una AFA nueva, limpia y transparente”, indicó. “Hay algunos presidentes que se la quieren llevar toda para ellos nada más. Quiero una Súper Liga de 20 equipos, no de 30. No la podemos soportar, los clubes están todos quebrados”, señaló.
No hay equipo

Argentina tiene un nuevo compromiso dentro de un mes, aunque hoy nadie puede asegurar que lo asumirá. El lunes próximo deben comenzar los entrenamientos de cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el único torneo que no le fue esquivo a la albiceleste en estos 23 años de frustraciones. Sin embargo, de la lista de lujo confeccionada por Martino, que contaba con 35 preseleccionados (entre ellos Paulo Dybala y Mauro Icardi), sólo estarían disponibles 5, por culpa de la negativa de muchos clubes de ceder a sus jugadores y las nulas gestiones para lograrlo por parte de una institución acéfala. En suma, Diego Simeone, Jorge Sampaoli, Marcelo Bielsa, Edgardo Bauza o Marcelo Gallardo, candidatos a dirigir la selección, no se sentarán a la banca. La AFA tiene un solo entrenador con contrato efectivo y se llama Julio Jorge Olarticoechea, excampeón mundial en México 86 y cercano a Maradona.

Mientras el río suena -Martino busca donde descansar y Messi sigue en riña con la justicia catalana-, hay un acuerdo que sí llegó a buen puerto. El próximo lunes se anunciará la creación de la Superliga, un torneo que no sólo repartirá la mayor cantidad del dinero estatal a los equipos grandes sino que también les otorga control comercial, gerencial, económico, administrativo y de merchandising. Algo que en épocas de Grondona sólo podía manejar la AFA y la discreción de su muñeca de hierro

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