Cristiano y Messi, vacaciones separados por cinco millas
Ibiza, AS
El crack portugués fondea su yate en Cala Jondal y el astro argentino en Las Salinas. Los dos descansan junto a sus familias.
Cristiano y Messi en cada gala FIFA, en cada Balón de Oro. Cristiano y Messi en cada Clásico. Cristiano y Messi, también, en Ibiza. Las dos puntas del gran icberg del fútbol disfrutan de sus vacaciones, el descanso del guerrero, fondeados en lujosos yates a escasas cinco millas náuticas el uno del otro, ocho kilómetros por la línea de la costa. La brisa del Mediterráneo y un escenario paradisiaco parecen haber curado pronto las heridas de una temporada difícil.
Más para Leo Messi, que luce la misma barba que se dejó para jugar la Copa América, torneo en el que lloró y tras el cuál anunció su adiós de la Selección causando un pequeño terremoto, otro más, en su país. Luce Messi también sonrisa, nadie diría que acaba de ser condenado a 21 meses de cárcel por fraude fiscal. Luce hasta bandera española en su yate, el ‘Seven C’, en el que bebe mate rodeado por su familia. Puede que ni él ni su mujer, Antonella Rocuzzo, ni ninguno de sus amigos, hayan reparado en el detalle de que casi le dan el barco que le hubiera ido al pelo a Cristiano... Seven (el siete del portugués), y C (letra a la que por suerte no le sigue R7).
Cristiano repite localización. Antes de la Eurocopa ya pasó unos días fondeado en las aguas de las Islas Pitiusas, pero en compañía de sus amigos. Ahora, para celebrar los éxitos, la Champions y la histórica Eurocopa (y casi seguro el futuro Balón de Oro), se ha rodeado de la familia. Gente común, la misma que habita en la Isla de Madeira que vio nacer al hombre que bate todos los récords, con cuerpos también comunes que se ponen en contraste con el esculpido de la estrella del Madrid. Cristiano no tiene herida emocional alguna que restañar. Sólo una pequeña secuela, el esguince de rodilla por el que, a buen seguro, no se le verá haciendo esquí acuático... Son días felices para él a pesar de una temporada tan dura: 61 partidos y 5.360 minutos jugados sumando lo hecho con su selección. Ya sólo queda esperar a que se formalice su próxima (y merecida) renovación con el Madrid.
¿Amigos? Quién sabe si los dos cracks no acabarán encontrándose en un contexto, Ibiza, tan coqueto como pequeño. El barco de Cristiano está fondeado en Cala Jondal, el sitio más cool de la Isla. Messi en la zona de Las Salinas. Los dos han alquilado sus yates en Marina Botafoch. Los dos visitarán Formentera, la ruta habitual de los que veranean en sus flamantes barcos. Los dos visitarán los restaurantes de moda, como el Boldado, en Cala d’Or, o el Blue Marlin, donde te llevan la comida en una zodiac. Idílico. Los dos pueden cruzarse, también, con caras conocidas que se han dejado caer por Ibiza este verano: Paolo Maldini, Mascherano, Del Piero, Morata, Soldado... Todos buscan lo mismo: gente guapa, buen ambiente, tiempo agradable y a los DJ’s de moda (ninguno deja de actuar allí).
Cristiano y Messi, tan juntos temporada a temporada buscando pasar a la historia y alimentándose el uno al otro en la tarea. Messi y Cristiano, tan juntos, en verano también, esperando a que la batalla se reanude.
El crack portugués fondea su yate en Cala Jondal y el astro argentino en Las Salinas. Los dos descansan junto a sus familias.
Cristiano y Messi en cada gala FIFA, en cada Balón de Oro. Cristiano y Messi en cada Clásico. Cristiano y Messi, también, en Ibiza. Las dos puntas del gran icberg del fútbol disfrutan de sus vacaciones, el descanso del guerrero, fondeados en lujosos yates a escasas cinco millas náuticas el uno del otro, ocho kilómetros por la línea de la costa. La brisa del Mediterráneo y un escenario paradisiaco parecen haber curado pronto las heridas de una temporada difícil.
Más para Leo Messi, que luce la misma barba que se dejó para jugar la Copa América, torneo en el que lloró y tras el cuál anunció su adiós de la Selección causando un pequeño terremoto, otro más, en su país. Luce Messi también sonrisa, nadie diría que acaba de ser condenado a 21 meses de cárcel por fraude fiscal. Luce hasta bandera española en su yate, el ‘Seven C’, en el que bebe mate rodeado por su familia. Puede que ni él ni su mujer, Antonella Rocuzzo, ni ninguno de sus amigos, hayan reparado en el detalle de que casi le dan el barco que le hubiera ido al pelo a Cristiano... Seven (el siete del portugués), y C (letra a la que por suerte no le sigue R7).
Cristiano repite localización. Antes de la Eurocopa ya pasó unos días fondeado en las aguas de las Islas Pitiusas, pero en compañía de sus amigos. Ahora, para celebrar los éxitos, la Champions y la histórica Eurocopa (y casi seguro el futuro Balón de Oro), se ha rodeado de la familia. Gente común, la misma que habita en la Isla de Madeira que vio nacer al hombre que bate todos los récords, con cuerpos también comunes que se ponen en contraste con el esculpido de la estrella del Madrid. Cristiano no tiene herida emocional alguna que restañar. Sólo una pequeña secuela, el esguince de rodilla por el que, a buen seguro, no se le verá haciendo esquí acuático... Son días felices para él a pesar de una temporada tan dura: 61 partidos y 5.360 minutos jugados sumando lo hecho con su selección. Ya sólo queda esperar a que se formalice su próxima (y merecida) renovación con el Madrid.
¿Amigos? Quién sabe si los dos cracks no acabarán encontrándose en un contexto, Ibiza, tan coqueto como pequeño. El barco de Cristiano está fondeado en Cala Jondal, el sitio más cool de la Isla. Messi en la zona de Las Salinas. Los dos han alquilado sus yates en Marina Botafoch. Los dos visitarán Formentera, la ruta habitual de los que veranean en sus flamantes barcos. Los dos visitarán los restaurantes de moda, como el Boldado, en Cala d’Or, o el Blue Marlin, donde te llevan la comida en una zodiac. Idílico. Los dos pueden cruzarse, también, con caras conocidas que se han dejado caer por Ibiza este verano: Paolo Maldini, Mascherano, Del Piero, Morata, Soldado... Todos buscan lo mismo: gente guapa, buen ambiente, tiempo agradable y a los DJ’s de moda (ninguno deja de actuar allí).
Cristiano y Messi, tan juntos temporada a temporada buscando pasar a la historia y alimentándose el uno al otro en la tarea. Messi y Cristiano, tan juntos, en verano también, esperando a que la batalla se reanude.