Algunos civiles sirios empiezan a salir de los barrios sitiados de Alepo

Rusia anuncia la creación de cuatro nuevos corredores y la ONU insiste en hacerse cargo de esos pasos seguros

Lourdes Baeza
Jerusalén, El País
Decenas de civiles han salido ya del este de Alepo —el bastión rebelde de la ciudad siria, cercado por las fuerzas leales al presidente Bachar el Asad— y se encuentran en los centros de acogida del régimen, según han asegurado este sábado los medios gubernamentales. La televisión pública mostró a los primeros grupos de mujeres y niños entre las ruinas al barrio de Saladino, en la zona controlada por el Gobierno, caminando a través de uno de los tres corredores humanitarios anunciados por Rusia como vía de escape para la población civil. Desde allí, en autobuses, fueron conducidos a alguno de los seis refugios habilitados por el Gobierno para alojar hasta un total de 3.000 personas.


Los mandos rusos han asegurado en un comunicado que un total de 169 civiles han utilizado los corredores desde que empezaron a funcionar el viernes, y han asegurado desde la base de Latakia que se pondrán en marcha otros cuatro nuevos pasos para salir de la parte oriental de Alepo.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, aunque sin dar cifras, ha asegurado que ha podido verificar la salida de civiles por el corredor de Saladino. Sin embargo, aseguran que han constatado también la presencia de hombres armados cerrando el paso en el este para evitar la huida. Con corredores inseguros, y barrios sitiados en los que escasean los víveres, los civiles cercados en Alepo parecen tener pocas opciones más allá de arriesgarse a morir de hambre o morir acribillados.

En la guerra propagandística que también se libra en Siria, lo que para los medios pro régimen son “corredores humanitarios”, para los afines a los rebeldes son “corredores de la muerte” porque, dicen, más muerte es lo único que van a traer a Alepo. A pesar de la cautela con la que Estados Unidos y Francia acogieron la iniciativa rusa de abrir esos pasos para la población, la ONU insiste en que debe ser ella quien los gestione y en la necesidad de una tregua humanitaria o un alto el fuego de 48 horas que permita la salida segura de los civiles que deseen hacerlo. “¿Cómo esperan que la gente camine por un corredor —miles de ellos— mientras hay disparos, bombardeos, lucha...?”, criticaba desde Ginebra Steffan de Mistura, enviado especial de la organización para Siria.

El hecho de que tanto el régimen de El Asad como Rusia no den señales de querer entregar los corredores a la ONU, no hace sino atizar las sospechas de que, tras la cacareada “operación humanitaria”, lo que subyace son los preparativos de una gran ofensiva gubernamental en los barrios del este de Alepo para aplastar a las fuerzas rebeldes.
Rendición de rebeldes

La cadena gubernamental siria también mostró este sábado a una decena de hombres con ropa civil, la cara cubierta con pañuelos y las manos en alto que, de acuerdo con la información oficial, son algunos de los 69 rebeldes que habrían depuesto las armas para acogerse a la amnistía decretada por El Asad. De ellos, 59 habrían recibido asistencia médica.

Se trataría de la segunda tanda que capitula en Alepo desde que Rusia anunciara el pasado jueves la “operación humanitaria”. La primera fueron los hombres de la brigada 16 del opositor Ejército Libre Sirio, a los que el régimen enseñó rindiéndose, después la ofensiva lanzada por las tropas leales a Assad, para recuperar el devastado barrio de Bani Zaid.

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