Un delator implica al presidente interino de Brasil en el caso Petrobras
Según la confesión, una veintena de políticos de varios partidos recibieron sobornos de la trama
Raquel Seco
São Paulo, El País
El recién estrenado Gobierno de Brasil enfrenta un escándalo de dimensiones difíciles de calcular. El presidente interino Michel Temer, llegado al poder hace apenas un mes, ha sido citado este miércoles en el caso Petrobras por un delator que asegura que negoció donaciones electorales de origen ilícito. Aunque el nombre del mandatario había sido mencionado antes en las investigaciones, nunca había sido señalado de forma contundente por un acusado en el escándalo de corrupción.
El delator es Sergio Machado, exsenador y expresidente de Transpetro, una compañía subsidiaria de la petrolera estatal. Según él, en 2012 acordó con Temer (en aquel momento, vicepresidente del Gobierno de Dilma Rousseff) una donación de 1,5 millones de reales (aproximadamente 428.000 dólares) de origen irregular para la campaña electoral de Gabriel Chalita, del PMDB, candidato a la alcaldía de Sao Paulo.
La confesión no solo mancha a Temer: salpica a una veintena de partidos de todos los colores. Por la parte del Gobierno interino, menciona al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Michel Temer, además del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el Partido Progresista (PP) y Demócratas (DEM). Por la actual oposición, cita al Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma Rousseff y a su aliado el Partido Comunista de Brasil (PCdoB). Se trata, de todos modos, de un golpe especialmente duro para la reputación de Temer. Con apenas un mes en el poder, tras la suspensión de Rousseff, el presidente interino cuenta solo con un 11% de apoyo, según la encuesta más reciente.
Para confesar, Sergio Machado se acogió a la delación premiada, un sistema ya habitual entre los implicados del caso Petrobras en el que los investigados llegan a acuerdos para revelar detalles de actividades irregulares a cambio de rebajas en sus condenas o ventajas judiciales. Aunque parte de las revelaciones ya habían sido filtradas a la prensa, el Supremo Tribunal Federal solo levantó el secreto de sumario de su denuncia el martes. El miércoles, el documento de casi 300 páginas llegó a la prensa.
Antes, las revelaciones de Sergio Machado ya habían tumbado a dos nombres principales del Gobierno Temer: el ministro de la Transparencia, Fabiano Silviera, y el ministro de Planificación, Romero Jucá. Ambas bajas se produjeron de forma muy parecida. En el caso de Silveira, el pasado 30 de mayo la prensa filtró una conversación en la que criticaba las investigaciones del caso Petrobras. El político se resistió pero acabó presentando su dimisión el mismo día. Una semana antes, el responsable de Planificación insinuó en otra grabación filtrada que la salida del poder de Dilma Rousseff -apartada de la presidencia el pasado 12 de mayo- ayudaría a frenar las investigaciones anticorrupción de la petrolera estatal y sugirió un “pacto nacional” para frenar el avance de los fiscales. Jucá también trató de justificarse, pero acabó anunciando que dejaba su cartera.
Antes de las revelaciones de este miércoles, Temer había sido mencionado en marzo por otro delator, el senador Delcídio do Amaral, que lo acusó de apadrinar una venta ilícita de etanol a finales de los 90. Además, a finales del año pasado, la Fiscalía mencionó a Temer como supuesto beneficiario de una entrega de cinco millones de reales por parte de un constructor. Él también negocia un acuerdo con la Justicia.
Raquel Seco
São Paulo, El País
El recién estrenado Gobierno de Brasil enfrenta un escándalo de dimensiones difíciles de calcular. El presidente interino Michel Temer, llegado al poder hace apenas un mes, ha sido citado este miércoles en el caso Petrobras por un delator que asegura que negoció donaciones electorales de origen ilícito. Aunque el nombre del mandatario había sido mencionado antes en las investigaciones, nunca había sido señalado de forma contundente por un acusado en el escándalo de corrupción.
El delator es Sergio Machado, exsenador y expresidente de Transpetro, una compañía subsidiaria de la petrolera estatal. Según él, en 2012 acordó con Temer (en aquel momento, vicepresidente del Gobierno de Dilma Rousseff) una donación de 1,5 millones de reales (aproximadamente 428.000 dólares) de origen irregular para la campaña electoral de Gabriel Chalita, del PMDB, candidato a la alcaldía de Sao Paulo.
La confesión no solo mancha a Temer: salpica a una veintena de partidos de todos los colores. Por la parte del Gobierno interino, menciona al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Michel Temer, además del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el Partido Progresista (PP) y Demócratas (DEM). Por la actual oposición, cita al Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma Rousseff y a su aliado el Partido Comunista de Brasil (PCdoB). Se trata, de todos modos, de un golpe especialmente duro para la reputación de Temer. Con apenas un mes en el poder, tras la suspensión de Rousseff, el presidente interino cuenta solo con un 11% de apoyo, según la encuesta más reciente.
Para confesar, Sergio Machado se acogió a la delación premiada, un sistema ya habitual entre los implicados del caso Petrobras en el que los investigados llegan a acuerdos para revelar detalles de actividades irregulares a cambio de rebajas en sus condenas o ventajas judiciales. Aunque parte de las revelaciones ya habían sido filtradas a la prensa, el Supremo Tribunal Federal solo levantó el secreto de sumario de su denuncia el martes. El miércoles, el documento de casi 300 páginas llegó a la prensa.
Antes, las revelaciones de Sergio Machado ya habían tumbado a dos nombres principales del Gobierno Temer: el ministro de la Transparencia, Fabiano Silviera, y el ministro de Planificación, Romero Jucá. Ambas bajas se produjeron de forma muy parecida. En el caso de Silveira, el pasado 30 de mayo la prensa filtró una conversación en la que criticaba las investigaciones del caso Petrobras. El político se resistió pero acabó presentando su dimisión el mismo día. Una semana antes, el responsable de Planificación insinuó en otra grabación filtrada que la salida del poder de Dilma Rousseff -apartada de la presidencia el pasado 12 de mayo- ayudaría a frenar las investigaciones anticorrupción de la petrolera estatal y sugirió un “pacto nacional” para frenar el avance de los fiscales. Jucá también trató de justificarse, pero acabó anunciando que dejaba su cartera.
Antes de las revelaciones de este miércoles, Temer había sido mencionado en marzo por otro delator, el senador Delcídio do Amaral, que lo acusó de apadrinar una venta ilícita de etanol a finales de los 90. Además, a finales del año pasado, la Fiscalía mencionó a Temer como supuesto beneficiario de una entrega de cinco millones de reales por parte de un constructor. Él también negocia un acuerdo con la Justicia.