Un baño a los turcos
Francia, Marca
La selección española estará en los octavos de final de la Eurocopa tras golear con comodidad a una anárquica y deprimida Turquía que se vio superada muy pronto por el juego de toque y distinción de los hombres de Del Bosque. Morata y Nolito encarrilaron el triunfo con dos dianas a la media hora de encuentro y el delantero de la Juve abortó cualquier atisbo de reacción otomana con un tercer gol al comienzo del segundo acto.
No se había acabado la primera parte y ya retumbaban los olés en el Allianz Riviera de Niza. La selección turca le había durado lo justito a La Roja, que estaba a punto de enfilar el túnel de vestuarios con el encuentro resuelto cuando aún quedaban 45 minutos.
Fue el resultado previsible de un partido que estuvo marcado desde el inicio por los estados de ánimo con el que lo afrontaron uno y otro equipo. La selección española había ganado en confianza tras su solvente debut frente a la República Checa mientras que los otomanos eran un mar de dudas y críticas por el pobre desempeño ante Croacia.
Y sí, ya sabemos que dos más dos no es siempre cuatro en el mundo del fútbol, pero esta vez las cuentas eran claras y no hubo lugar a la sorpresa. De ello se encargó La Roja, que, liderada una vez más por don Andrés Iniesta Luján, le dejó claro a Turquía desde el pitido inicial que no estaba al alcance de sus modestas prestaciones.
Los de Del Bosque repitieron el guión del pasado lunes ante Chequia y al cuarto de hora ya habían acumulado méritos para abrir el marcador, sobre todo con un forzado despeje de Balta que repelió el palo derecho. En ese córner, Piqué rondó también el uno a cero, pero su cabezazo picado se perdió por encima de la meta defendida por Babacan.
Tras el arreón inicial España se tomó un respiro, pero en cuanto volvió a la carga, con más ahínco si cabe que en el arranque del encuentro, resultó demasiado para una Turquía cogida con alfileres que había afrontado el duelo con el único objetivo de sobrevivir al mismo.
Nolito, que había cedido el protagonismo a Jordi Alba en los minutos iniciales, apareció de repente en plan 'Django desencadenado', liberado al fin del férreo marcaje de la zaga otomana, y en apenas tres minutos dio un gol y anotó otro.
La asistencia, que así se llama ahora a los pases de gol, fue para Morata, que se quitó de encima una buena dosis de presión con un soberbio testarazo que dejó petrificado al bueno de Babacan. El gol del sanluqueño llegó tras un error de Topal en el despeje tras un envenenado pase de Cesc que ya buscaba al atacante del Celta.
Y colorín colorado... La segunda parte, allanada muy pronto con un segundo tanto de Morata, fue utilizada por Del Bosque como banco de pruebas, porque no todos los rivales van a tener el perfil bajo de checos y turcos. Pudo, eso sí, llegar un cuarto gol en varias ocasiones en las que España jugó al ratón y al gato con los turcos, lo mismo que éstos pudieron descontar por medio de Yilmaz y Sahan, pero el encuentro hacía ya muchos minutos que se jugaba en la grada entre los pitos a Arda y los cánticos de una afición española que acabó haciendo la ola.