La policía abate a un hombre que abrió fuego en un cine en Alemania
Todos los rehenes han resultado ilesos y no hay indicios de un acto terrorista
Luis Doncel
Berlín, El País
Un comando de operaciones especiales ha abatido en la tarde del jueves al hombre armado que se había atrincherado en un cine de la localidad alemana de Viernheim, en la parte occidental del país. Pese a que las primeras informaciones hablaban de decenas de heridos, un portavoz policial despejó los temores al asegurar que todas las personas que estaban en el cine Kinopolis han resultado ilesas. No hay ningún indicio de que se trate de un acto terrorista; y las primeras informaciones apuntan a que el agresor podría sufrir algún tipo de desequilibrio.
"El asaltante se desplazaba por el cine y daba la impresión de estar perturbado", dijo Peter Beuth, ministro del Interior del Estado de Hesse, donde se produjo el tiroteo. El responsable de Interior, que fue el responsable de informar de la muerte del agresor, justificó la actuación policial por que el hombre había disparado cuatro tiros y tenía a rehenes "en su área de influencia".
El asalto se produjo sobre las tres de la tarde cuando, según los testigos, un hombre enmascarado con armas de distinto calibre y con un cinturón de munición irrumpió en el cine tras hacer varios disparos al aire. Todo ocurrió junto a un concurrido centro comercial de Viernheim, a pocos kilómetros de Fráncfort. El asaltante se atrincheró en el complejo cinematográfico, que fue rápidamente rodeado por la policía. El Bild informó de que unas 25 personas resultaron afectadas por la inhalación de los gases lacrimógenos, pero estas informaciones también se revelaron infundadas al no haberse producido heridos. Las imágenes de televisión mostraban un gran despliegue de las fueras de élite, con un helicóptero sobrevolando la zona, mientras los visitantes del cine corrían para ponerse a salvo.
En plena jornada del referéndum sobre la UE en Reino Unido, y a menos de dos semanas de la matanza homófoba de Orlando (Estados Unidos), las primeras informaciones sobre decenas de heridos que publicaba la prensa alemana alertaron al país. Los canales informativos interrumpieron sus emisiones para dar programas especiales sobre lo ocurrido. Pero la información que proporcionó el ministro Beuth –que habló desde el Parlamento regional, situado en la ciudad de Wiesbaden- rebajó la tensión. Lo que se temía que pudiera convertirse en un secuestro con víctimas mortales concluyó en lo que, por ahora, parece la obra de un desequilibrado, que ha acabado muerto.
Alemania ha vivido en los últimos meses falsas alarmas terroristas, como la que el pasado mes de noviembre llevó a evacuar el estadio de Hannover antes de un encuentro amistoso de las selecciones de Alemania y Austria. La canciller Angela Merkel y gran parte del Gobierno tenían previsto acudir a este partido, celebrado poco después de los atentados islamistas de París, como un intento de ofrecer una muestra de normalidad. Durante la pasada Nochevieja, la policía de Múnich también mandó evacuar dos estaciones de trenes de la capital bávara por temor a un atentado. En este estado de nerviosismo se comprende la alarma con la que se recibieron las primeras informaciones.
Luis Doncel
Berlín, El País
Un comando de operaciones especiales ha abatido en la tarde del jueves al hombre armado que se había atrincherado en un cine de la localidad alemana de Viernheim, en la parte occidental del país. Pese a que las primeras informaciones hablaban de decenas de heridos, un portavoz policial despejó los temores al asegurar que todas las personas que estaban en el cine Kinopolis han resultado ilesas. No hay ningún indicio de que se trate de un acto terrorista; y las primeras informaciones apuntan a que el agresor podría sufrir algún tipo de desequilibrio.
"El asaltante se desplazaba por el cine y daba la impresión de estar perturbado", dijo Peter Beuth, ministro del Interior del Estado de Hesse, donde se produjo el tiroteo. El responsable de Interior, que fue el responsable de informar de la muerte del agresor, justificó la actuación policial por que el hombre había disparado cuatro tiros y tenía a rehenes "en su área de influencia".
El asalto se produjo sobre las tres de la tarde cuando, según los testigos, un hombre enmascarado con armas de distinto calibre y con un cinturón de munición irrumpió en el cine tras hacer varios disparos al aire. Todo ocurrió junto a un concurrido centro comercial de Viernheim, a pocos kilómetros de Fráncfort. El asaltante se atrincheró en el complejo cinematográfico, que fue rápidamente rodeado por la policía. El Bild informó de que unas 25 personas resultaron afectadas por la inhalación de los gases lacrimógenos, pero estas informaciones también se revelaron infundadas al no haberse producido heridos. Las imágenes de televisión mostraban un gran despliegue de las fueras de élite, con un helicóptero sobrevolando la zona, mientras los visitantes del cine corrían para ponerse a salvo.
En plena jornada del referéndum sobre la UE en Reino Unido, y a menos de dos semanas de la matanza homófoba de Orlando (Estados Unidos), las primeras informaciones sobre decenas de heridos que publicaba la prensa alemana alertaron al país. Los canales informativos interrumpieron sus emisiones para dar programas especiales sobre lo ocurrido. Pero la información que proporcionó el ministro Beuth –que habló desde el Parlamento regional, situado en la ciudad de Wiesbaden- rebajó la tensión. Lo que se temía que pudiera convertirse en un secuestro con víctimas mortales concluyó en lo que, por ahora, parece la obra de un desequilibrado, que ha acabado muerto.
Alemania ha vivido en los últimos meses falsas alarmas terroristas, como la que el pasado mes de noviembre llevó a evacuar el estadio de Hannover antes de un encuentro amistoso de las selecciones de Alemania y Austria. La canciller Angela Merkel y gran parte del Gobierno tenían previsto acudir a este partido, celebrado poco después de los atentados islamistas de París, como un intento de ofrecer una muestra de normalidad. Durante la pasada Nochevieja, la policía de Múnich también mandó evacuar dos estaciones de trenes de la capital bávara por temor a un atentado. En este estado de nerviosismo se comprende la alarma con la que se recibieron las primeras informaciones.