La pelea por evitar a Italia será la última ocasión de Casillas de jugar una Eurocopa

Francia, Ecodiario
Si España pierde contra Croacia, sería segunda de grupo y, por tanto, se enfrentaría a Italia en octavos. Si es primera, tendría un camino sencillo hasta, incluso, las semifinales.
Por primera vez con Del Bosque, España ha empezado ganando en una Eurocopa o un Mundial en los dos primeros partidos. No lo había hecho ni en 2010, ni 2012 ni 2014. Es decir, se encuentra en la misma situación que en las dos Copas Confederaciones que se han disputado bajo su dirección. Ya clasificado para octavos de final, la Selección tiene ante sí una duda muy razonable que sólo el seleccionador puede resolver hasta el próximo martes: ¿rotar o no rotar? En el caso en el que se encuentra el equipo nacional no es una duda de fácil y rápida respuesta.



Lo normal, lo tradicional en estos casos, una vez se ha logrado el objetivo, es hacerlo, cambiar jugadores, refrescarlos antes de empezar las eliminatorias directas, donde ya no hay margen para improvisar. Se permite a los que han jugado y hecho un gran trabajo adelantando la clasificación tomarse un descanso merecido antes de iniciar lo gordo, y a los que no han podido disfrutar de espacio con anterioridad, tener su momento especial en una Eurocopa. Sin embargo, España se encuentra en una disyuntiva peligrosa: no tiene asegurado el primer puesto del grupo, y de perderlo, y acabar segunda, se enfrentaría ya en octavos con Italia. Y ese panorama no es del todo halagüeño.
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El juego que ha ofrecido España en estos dos partidos no hace dudar de las posibilidades españolas en un duelo directo a vida o muerte contra los italianos, pero siempre es más indicado evitar este tipo de cruces tan dramáticos a las primeras de cambio, porque suelen suponer una carga física y psicológica muy alta que pueden empinar notablemente el camino en las siguientes rondas. Y más en el caso de Italia, que por historia siempre convierte sus partidos en un infierno en el que hay que estar a un nivel exuberante para poder derrotarles.


La Italia de Buffon y Conte

Ni siquiera sería fácil este equipo italiano que, por nombres, es el más flojo que han presentado en un gran torneo en las últimas décadas. La única estrella verdadera que les queda en el campo es Buffon, que no es poco, claro, pero no hay mucho más donde rascar. Remarcamos ‘en el campo’, porque la verdadera grandeza se sienta en el banquillo, aunque lo de sentarse es un decir. Antonio Conte ha transmitido su nervio, su dedicación al trabajo y la entrega por una camiseta a sus 23 jugadores y, por ahora, están sorprendiendo a toda Europa al ser la primera selección de las 24 en clasificarse a octavos de final como primera de grupo y, por tanto, en citarse con el segundo del grupo D, el de España.


Evitar a Italia se convierte, por tanto, en una necesidad. Lo cual obliga a España a tomarse muy en serio el partido que cierra la primera fase contra Croacia. El cual podía parecer tras ganar convincentemente a Turquía que no tenía la mayor relevancia material. Italia se ha encargado de dársela. Porque fíjense en la diferencia entre quedar primero o segundo: pasar de jugársela ya contra Italia o contra un tercer clasificado de los grupos B, E o F aún por determinar. Un partido durísimo, o uno relativamente sencillo que despeja el camino hacia prácticamente las semifinales, porque en cuartos, de clasificarse, España se encontraría a uno de los segundos de los grupos A (presumiblemente Suiza) o C (seguramente Polonia), que se enfrentarán entre sí en octavos.

Por tanto, queda muy viva la duda razonable sobre si dar minutos a los menos habituales y descanso a los titulares, o no. "Elegiremos a los que creamos que nos van a dar los tres puntos", dijo el seleccionador. Quizá sería la única oportunidad que tendrá Iker Casillas de jugar en el que puede que sea su último gran torneo con la Selección que capitanea. De Gea está jugando a un buen nivel, ha dejado la portería a cero en los dos encuentros que ha disputado y, por tanto, no admite lugar a posibles cambios una vez se llegue a las rondas eliminatorias. Para Casillas, sería en parte especial y en parte algo duro. Especial por jugar su cuarta Eurocopa (no jugó en el 2000, aunque sí estuvo convocado), y duro por hacer el papel del segundo portero, ese que sólo juega los partidos intrascendentes. Del Bosque tiene la palabra.

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