La candidata de Beppe Grillo gana en Roma, según los primeros sondeos
Matteo Renzi advierte de que el resultado de las elecciones locales no supondrá un examen sobre su gestión al frente del Gobierno
Pablo Ordaz
Roma, El País
Las elecciones municipales que se celebraron hoy en Italia albergaban varios interrogantes. El primero era cuántos de los más de 13 millones de ciudadanos llamados al voto para renovar 1.341 ayuntamientos —entre ellos los de ciudades tan importantes como Roma, Milán, Turín, Bolonia y Nápoles— acudían finalmente a las urnas. La participación fue del 65,3%, un descenso con respecto al 72% de comicios precedentes. El segundo interrogante, la probable victoria de Virginia Raggi, la joven candidata del Movimiento 5 Estrellas (M5S) a la alcaldía de Roma, lo contestaron los sondeos a pie de urna: Raggi venció con entre el 34% y el 38% de los votos, pero insuficientes para ganar en primera vuelta. Idéntica suerte habrían corrido los candidatos más votados en Milán y Turín (centroizquierda) y en Nápoles (izquierda), que también deberán disputarse la alcaldía el próximo 19 de junio. El tercer interrogante, como todo en la política italiana actual, tiene que ver con Matteo Renzi.
El primer ministro, única figura de relieve en el panorama político italiano tras la larga agonía de Silvio Berlusconi y el consiguiente desbarajuste del centro derecha, se ha apresurado a declarar que en las elecciones municipales de hoy solo se votan alcaldes y concejales. Esto es, que de ninguna manera suponen un respaldo o una sanción a su labor al frente del Gobierno. No hay que olvidar que, al igual que sus inmediatos predecesores, Mario Monti y Enrico Letta, Matteo Renzi no fue votado para el cargo por los ciudadanos, y que su capital político proviene en buena medida del gran resultado logrado por el Partido Democrático (PD) en las pasadas elecciones europeas. El primer ministro insiste en que su verdadera reválida se producirá el próximo mes de octubre, con motivo del referéndum sobre la reforma constitucional –la supresión del Senado como cámara legislativa--. La cuestión –otro interrogante más— es si ese interés en desvincularse del resultado de las municipales significa que no tiene demasiadas esperanzas en sus candidatos del centroizquierda.
Empezando, como es lógico, por Roma. Salvo algunos detalles esperanzadores –parece que los transportes públicos funcionan algo mejor y que las orillas del Tíber lucen más limpias--, la capital de Italia sigue siendo víctima del caos y la suciedad. La caída del anterior alcalde, el médico Ignazio Marino, salpicado por escándalos propios e inducidos y abandonado a su suerte por el propio Renzi, dejó al PD muy tocado. Según las encuestas, los romanos están dispuestos a aupar al Campidoglio a Virginia Raggi, de 37 años, abogada de profesión y candidata de una formación –el M5S de Beppe Grillo— cuyo principal mensaje sigue siendo el de mandar a casa a la vieja política.
Unos partidos tradicionales que, tanto a derecha como a izquierda, concurren divididos. Los votantes del centroderecha tendrán que optar entre Alfio Marchini, apadrinado por Silvio Berlusconi, y Giorgia Meloni, apoyada por el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini. Por su parte, el sector del PD afín a Matteo Renzi apoya a Roberto Giachetti, mientras que los díscolos –que son pocos pero todavía ruidosos—se decantan por Stefano Fassina.
La jornada electoral, que se inauguró a las siete de la mañana, se cerrará a las 23.00, aunque los sondeos indican que pocos candidatos alcanzarán los votos suficientes para hacerse con las principales alcaldías en la primera vuelta. El partido decisorio se jugará el domingo 19 de junio.
Pablo Ordaz
Roma, El País
Las elecciones municipales que se celebraron hoy en Italia albergaban varios interrogantes. El primero era cuántos de los más de 13 millones de ciudadanos llamados al voto para renovar 1.341 ayuntamientos —entre ellos los de ciudades tan importantes como Roma, Milán, Turín, Bolonia y Nápoles— acudían finalmente a las urnas. La participación fue del 65,3%, un descenso con respecto al 72% de comicios precedentes. El segundo interrogante, la probable victoria de Virginia Raggi, la joven candidata del Movimiento 5 Estrellas (M5S) a la alcaldía de Roma, lo contestaron los sondeos a pie de urna: Raggi venció con entre el 34% y el 38% de los votos, pero insuficientes para ganar en primera vuelta. Idéntica suerte habrían corrido los candidatos más votados en Milán y Turín (centroizquierda) y en Nápoles (izquierda), que también deberán disputarse la alcaldía el próximo 19 de junio. El tercer interrogante, como todo en la política italiana actual, tiene que ver con Matteo Renzi.
El primer ministro, única figura de relieve en el panorama político italiano tras la larga agonía de Silvio Berlusconi y el consiguiente desbarajuste del centro derecha, se ha apresurado a declarar que en las elecciones municipales de hoy solo se votan alcaldes y concejales. Esto es, que de ninguna manera suponen un respaldo o una sanción a su labor al frente del Gobierno. No hay que olvidar que, al igual que sus inmediatos predecesores, Mario Monti y Enrico Letta, Matteo Renzi no fue votado para el cargo por los ciudadanos, y que su capital político proviene en buena medida del gran resultado logrado por el Partido Democrático (PD) en las pasadas elecciones europeas. El primer ministro insiste en que su verdadera reválida se producirá el próximo mes de octubre, con motivo del referéndum sobre la reforma constitucional –la supresión del Senado como cámara legislativa--. La cuestión –otro interrogante más— es si ese interés en desvincularse del resultado de las municipales significa que no tiene demasiadas esperanzas en sus candidatos del centroizquierda.
Empezando, como es lógico, por Roma. Salvo algunos detalles esperanzadores –parece que los transportes públicos funcionan algo mejor y que las orillas del Tíber lucen más limpias--, la capital de Italia sigue siendo víctima del caos y la suciedad. La caída del anterior alcalde, el médico Ignazio Marino, salpicado por escándalos propios e inducidos y abandonado a su suerte por el propio Renzi, dejó al PD muy tocado. Según las encuestas, los romanos están dispuestos a aupar al Campidoglio a Virginia Raggi, de 37 años, abogada de profesión y candidata de una formación –el M5S de Beppe Grillo— cuyo principal mensaje sigue siendo el de mandar a casa a la vieja política.
Unos partidos tradicionales que, tanto a derecha como a izquierda, concurren divididos. Los votantes del centroderecha tendrán que optar entre Alfio Marchini, apadrinado por Silvio Berlusconi, y Giorgia Meloni, apoyada por el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini. Por su parte, el sector del PD afín a Matteo Renzi apoya a Roberto Giachetti, mientras que los díscolos –que son pocos pero todavía ruidosos—se decantan por Stefano Fassina.
La jornada electoral, que se inauguró a las siete de la mañana, se cerrará a las 23.00, aunque los sondeos indican que pocos candidatos alcanzarán los votos suficientes para hacerse con las principales alcaldías en la primera vuelta. El partido decisorio se jugará el domingo 19 de junio.