La cabeza de Emiliano Zapata

El alcalde de un municipio de Veracruz recibió un aviso a un día de la elección, una cabeza junto a una cartulina en que le llamaban traidor. Su hijo contendía para diputado local. El domingo, ganó

Pablo Ferri
Xalapa, El País
En la noche del pasado sábado, Daniel Olmos comentaba despreocupado que aquella no era la primera vez que le amenazaban. Ya le había ocurrido antes, hacía unos meses: “Me llamaron primero a un teléfono y luego a otro. Querían dinero. Incluso hasta lo registré”. Olmós agarró uno de sus celulares y tecleó. Parecía que buscaba algo. Minutos más tarde, dijo: “aquí, mire”. Uno de los contactos de su agenda respondía al nombre de “amenaza”. Así, explicaba, ya no contestaría si le llamaban.


Daniel Olmos es el alcalde de Emiliano Zapata, un municipio cercano a Xalapa, la capital de Veracruz. Olmos es un hombre alto, aparentemente distraído, de rostro afilado y cabello negro, corto, ralo. Esa noche vestía una playera color crema y rayas blancas.

Olmos ganó la alcaldía de Emiliano Zapata en 2014. Fue el candidato del PAN, el principal partido de la derecha en México. Antes ya lo había intentado con el PRI, pero le ganaron la candidatura y luego no le habían vuelto a buscar. Desde siempre, dice, él y su familia se han dedicado al transporte. Empezaron con la fruta, compraban piñas en la cuenca del río Papaloapan, hacía el sur del estado y las vendían en Guadalajara. Luego se pasaron al cemento.

Al alcalde le va bien. Sin ser un lujo descarado, su casa es grande y parece bien cuidada. Dos camionetas suburban aparcadas en el patio hacían juego el sábado con la pintura blanca de las paredes. Es, de todas formas, una de las casas más grandes de El Carrizal, la pedanía en que vive, un pueblo minúsculo famoso en Veracruz por sus baños de azufre y las garnachas de carne de res.

Ese día por la mañana, su hermano mayor le llamó por teléfono. Aún no daban las ocho y él estaba durmiendo. La noche anterior había cenado con vecinos de El Limón. “La policía venía conmigo. El Limón está como a unos 45 minutos de aquí. Mi esposa ese día no quiso ir. Fuimos el muchacho que maneja, un hermano, mi hermano Martín –otro hermano– y yo. Fuimos con policías municipales, porque era ya de noche. Cuando es de noche si le digo a mi comandante que me acompañen”.

Volvieron a la casa ya de madrugada. El alcalde dice que serían más de las dos. Se bañó, se cambió y se fue a la cama. Pocas horas después sonó el teléfono. Su hermano le dijo que en el parque, a tres cuadras de su casa, le habían dejado un mensaje. O dos. Un aviso en una cartulina y justo encima, como si fuera un pisapapeles, una cabeza humana.

Daniel Olmos pidió que le mandara una foto. Le mando una, pero se veía muy oscuro. Se quejó, pidió que le mandara otra. El alcalde leyó entonces el mensaje: “resultaste una farsa traidor y no cumpliste con el compromiso. Ahí está el enviado, el próximo será tu hijo [a quien] le dimos todo [el] dinero. Es igual que tú de traidor, Daniel Olmos. Atentamnte, Fuerza ZZZ”. Arriba, la cabeza.

Su hijo, Daniel Olmos, era el candidato del PAN a diputado local este domingo por el distrito de Emiliano Zapata.

Pregunta. ¿Usted mandó a alguna persona a mediar con alguien por algo?

Respuesta. No, no, no. Eso es una completa mentira. Nosotros somos gente de trabajo. Hoy me tocó estar de servidor público. He sido respetuoso con la gente siempre. ¿Un acuerdo con alguien? La campaña la costeé yo, nosotros. No hubo gente que nos diera algún recurso, y mucho menos gentes no indicadas.

P. ¿No se ha tenido que poner de acuerdo con nadie en este tiempo para que no les molesten a ustedes?

R. No. Por ese lado, el Gobierno siempre ha sido respetuoso conmigo

P. Me refiero a la delincuencia organizada. ¿Nunca se han puesto en contacto con usted?

R. No, no, nunca.

P. ¿Y han tratado de ponerse en contacto con alguien de su equipo?

R. No, no, no. Es molesto. No se vale esto que me están haciendo. No tengo relación con lo que dice ese mentado… Documento.

Vecinos del pueblo habían encontrado la cabeza enfrente de una escuela primaria. Al día siguiente, el domingo, el instituto electoral de Veracruz instalaría allí una casilla de voto.

Daniel Olmos no sabe de quién es la cabeza. La fiscalía de Veracruz no se ha pronunciado al respecto. “Me preocupaba que fuera una persona conocida”, dice.

P. ¿Ha hablado con gente aquí en el pueblo para saber si alguien vio algo?

R. No, no, no.

P. ¿No ha querido saber?

R. No, no. No soy la persona indicada para ir a hablar así.

P. Pero la cartulina habla de usted

R. Ellos pensaban que iba a perjudicarme, pero creo que les perjudica más a ellos. Porque los mensajes que recibo son de solidaridad. Si ellos pensaban que esto iba a perjudicar la elección de mi hijo, creo que le benefició. Porque la gente me habla y se solidariza.

Ellos.
El carnicero

En enero de este año, Emiliano Zapata fue notica en todo el estado porque la policía encontró varios cuerpos en una barranca. Primero dijeron que fueron tres, al día siguiente que fueron seis, unos medios elevaron la cifra a doce y otros a 22. Oficiales, sólo seis. Nunca se supo quiénes eran. Se supo que existían porque las policías estatal y federal peinaron medio estado, buscando a los cinco desaparecidos de Tierra Blanca. De los cinco, los investigadores sólo han encontrado un trocito del femur de uno de ellos.

El alcalde Olmos dijo el sábado que estaba preocupado por los secuestros en la zona. Uno de sus ayudantes trajo a sus despacho una carpeta con cartas que ha mandado estos meses a autoridades estatales y federales para que le apoyen. “Mandé oficios al gobernador, al secretario de Seguridad Pública y al jefe de la 26 Zona militar”. Sólo le contestó el último, el General de Brigada Juan Antonio Cordero. Le dijo: “Las actividades de seguridad pública no son competencia de la Secretaría de la Defensa Nacional”.

P. ¿Cuántos secuestros se han registrado aquí este año?

R. No llevo una cifra, pero están siendo con mucha frecuencia. En este año son muchos. Ya nada más falta que secuestren al esquitero y al paletero. ¡Si ya secuestraron al carnicero! Mira, están operando de esta manera. Te agarran, te llevan, te dicen ‘queremos tanto dinero para mañana’. Te sueltan te dejan ir… Te lo digo porque todos acuden a mí. Me dicen, ‘oye, Daniel, ayúdanos’.

P. ¿Le piden dinero para los rescates?

R. Así, sí. Ya han venido como cinco o seis veces este año, de tres o cuatro meses para acá. Al final terminan soltando 50, 60.000 pesos. A veces yo les doy un resto, pero no todo eso. Y ni siquiera se los cobro, se los regalo. Algunos se enfadan conmigo, porque quieren que les de todo. A mí me preocupa, porque a ver si se van a enterar y me agarran a mí.

Este domingo, Daniel Olmos junior ganó su sitio en el parlamento local.

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