Kanté militaba en la novena división hace cinco años
Aritz GabilondoSaint Étienne, As
Que el fútbol no tiene tiempos definidos ni patrones concretos lo demuestra mejor que nadie N’Golo Kanté. El mediocentro titular de Francia en la Eurocopa está maravillando como lo ha hecho durante toda la temporada en el Leicester, la revelación de la Premier y de toda Europa. Una irrupción espectacular la suya, sin duda. Porque lo de Kanté es un salto detrás de otro, un desafío constante que supera a los anteriores.
De padres malienses, él nació en un barrio de las afueras de París hace ahora 25 años. Comenzó a jugar en el Suresnes y allí se mantuvo hasta el equipo senior, en la novena división del país. Sólo han pasado cinco años de aquello. Sí: con 19 jugaba con los amigos del barrio en el Suresnes; con 25 recién cumplidos es titular en una Eurocopa. Hasta Deschamps tuvo que sucumbir hace sólo seis partidos a la meteórica ascensión del mediocentro.
El paso del amateurismo a la élite lo hizo a través del Boulogne, primero, y del Caen, después. Con el equipo normando alcanzó la primera división, en 2014. Necesitó poco más para que lo fichara el Leicester a cambio de ocho millones de euros. Estuvieron listos y previsores los foxes, que ahora se frotan las manos ante una posible venta a alguno de sus muchos pretendientes.
Ahora, tras dos partidos brillantes en la Euro, los elogios son muchos hacia su figura. Francia vive más segura con él. Por cómo barre defensivamente en el centro del campo y su menudo corte físico, recuerda incluso a Makelele. El propio exjugador madridista así lo reconoce: “Me veo reflejado en él cuando juega, claro. Pero Kanté es Kanté y debe hacer su camino”.
En los dos primeros encuentros de Francia en la Eurocopa ha sido fundamental para Deschamps y las estadísticas así lo corroboran. Es el que más balones recupera del equipo y es también el que más acierto de pase tiene. Ese es el camino del que habla Makelele. Interminable, en este caso: de la novena francesa a titular con Francia.
