Fujimori dominará con holgura el nuevo Congreso
Fuerza Popular logró 73 escaños en un Congreso de 130 representantes y Peruanos por el Kambio controla solo la segunda minoría
J. Fowks
C. E. Cué
Lima, El País
El Congreso peruano será un campo de batalla muy difícil para el virtual vencedor de las elecciones. Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, logró 73 escaños en un Congreso de 130 representantes, y Peruanos por el Kambio (PPK), de Pedro Pablo Kuczynski, controla solo la segunda minoría (18 congresistas) después del Frente Amplio de izquierda (con 20). Los analistas aseguran que independientemente de quién alcance la presidencia, el camino ya está trazado: tendrán que buscar acuerdos para la gobernabilidad o de cara a las elecciones de 2021.
“Que haya mayoría opositora de un solo partido siempre es complicado (si ganara PPK). En diferentes momentos de la historia de los últimos 70 años, esos escenarios terminaron en golpe de Estado: con Bustamante y Rivero, con Fernando Belaúnde y con Alberto Fujimori”, afirma el politólogo Fernando Tuesta.
“El Ejecutivo no puede de ninguna manera gobernar sin el Congreso; es cierto que puede desarrollar políticas y tomar decisiones en un país presidencialista como este, pero si no hay acuerdos con la oposición no aprobaría ninguna ley que el Ejecutivo requiera”, añade el también exjefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
Tuesta destaca las otras herramientas en manos de la oposición: “Censurar ministros, negar el voto de confianza al Gabinete, las comisiones investigadoras, tienen una amplia gama. Aunque el Ejecutivo tiene un arma persuasiva para contrapesar: la disolución del Parlamento si censura dos veces al Gabinete”. Sin embargo, el analista cree que si el fujimorismo no quiere perder su posición, “no puede aparecer obstruccionista”. “No estamos hablando de cualquier partido, sino de uno que ha llevado a un sentimiento tan fuerte que los ha llevado a la derrota”, afirma. Tuesta precisa que los 73 parlamentarios fujimoristas “en realidad tuvieron el 37% de la votación parlamentaria, pero por las características de la representación (la cifra repartidora) son mayoría absoluta”.
La politóloga y profesora universitaria Paula Muñoz asegura que el que triunfe “tiene que aceptar que la otra mitad del país no quería que ganase”. “La elección ha estado bastante polarizada, ambas agrupaciones tienen por delante una responsabilidad política muy grande, por la gobernabilidad, para superar los exabruptos de la campaña. No hablemos de compromisos, sino de pactos, el consenso, el diálogo: el consenso va a ser fundamental para los dos. Y los gestos de PPK [si se confirma una victoria] van a tener que ser más importantes con los fujimoristas porque han ganado en el legislativo democráticamente”, añade.
Para Muñoz, lo tiene difícil el exministro de Economía de Alejandro Toledo. “El reto mayor lo tiene PPK porque es minoría, tiene menos experiencia en negociación política, y la mayoría de sus miembros vienen de una experiencia tecnocrática. Mientras que por el lado del fujimorismo —por ser una mayoría muy aplastante— no tienen un incentivo político para negociar”.
J. Fowks
C. E. Cué
Lima, El País
El Congreso peruano será un campo de batalla muy difícil para el virtual vencedor de las elecciones. Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, logró 73 escaños en un Congreso de 130 representantes, y Peruanos por el Kambio (PPK), de Pedro Pablo Kuczynski, controla solo la segunda minoría (18 congresistas) después del Frente Amplio de izquierda (con 20). Los analistas aseguran que independientemente de quién alcance la presidencia, el camino ya está trazado: tendrán que buscar acuerdos para la gobernabilidad o de cara a las elecciones de 2021.
“Que haya mayoría opositora de un solo partido siempre es complicado (si ganara PPK). En diferentes momentos de la historia de los últimos 70 años, esos escenarios terminaron en golpe de Estado: con Bustamante y Rivero, con Fernando Belaúnde y con Alberto Fujimori”, afirma el politólogo Fernando Tuesta.
“El Ejecutivo no puede de ninguna manera gobernar sin el Congreso; es cierto que puede desarrollar políticas y tomar decisiones en un país presidencialista como este, pero si no hay acuerdos con la oposición no aprobaría ninguna ley que el Ejecutivo requiera”, añade el también exjefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
Tuesta destaca las otras herramientas en manos de la oposición: “Censurar ministros, negar el voto de confianza al Gabinete, las comisiones investigadoras, tienen una amplia gama. Aunque el Ejecutivo tiene un arma persuasiva para contrapesar: la disolución del Parlamento si censura dos veces al Gabinete”. Sin embargo, el analista cree que si el fujimorismo no quiere perder su posición, “no puede aparecer obstruccionista”. “No estamos hablando de cualquier partido, sino de uno que ha llevado a un sentimiento tan fuerte que los ha llevado a la derrota”, afirma. Tuesta precisa que los 73 parlamentarios fujimoristas “en realidad tuvieron el 37% de la votación parlamentaria, pero por las características de la representación (la cifra repartidora) son mayoría absoluta”.
La politóloga y profesora universitaria Paula Muñoz asegura que el que triunfe “tiene que aceptar que la otra mitad del país no quería que ganase”. “La elección ha estado bastante polarizada, ambas agrupaciones tienen por delante una responsabilidad política muy grande, por la gobernabilidad, para superar los exabruptos de la campaña. No hablemos de compromisos, sino de pactos, el consenso, el diálogo: el consenso va a ser fundamental para los dos. Y los gestos de PPK [si se confirma una victoria] van a tener que ser más importantes con los fujimoristas porque han ganado en el legislativo democráticamente”, añade.
Para Muñoz, lo tiene difícil el exministro de Economía de Alejandro Toledo. “El reto mayor lo tiene PPK porque es minoría, tiene menos experiencia en negociación política, y la mayoría de sus miembros vienen de una experiencia tecnocrática. Mientras que por el lado del fujimorismo —por ser una mayoría muy aplastante— no tienen un incentivo político para negociar”.