EUROCOPA / Fabianski frena a Suiza y Xhaka da gloria a Polonia de penalti
El portero sacó dos manos prodigiosas cuando su selección flaqueaba y el medio suizo falló su lanzamiento en la tanda decisiva. ‘Kuba’ hizo el 0-1 y Shaqiri empató de chilena.
AS
Con un héroe y un villano inesperados se decidió el primer partido de octavos. Fabianski, suplente en el debut de Polonia que se hizo con la titularidad por la lesión de Szczesny, mantuvo con vida a su selección cuando flaqueaba en la prórroga y Xhaka, artista donde los haya, condenó a Suiza con su fallo en los penaltis a los que hubo que llegar para decidir quién pasaba a cuartos por primera vez en su historia. El encuentro ensalza además a Blaszczykowski y Shaqiri por el oportunismo de uno y por la chilena del otro en el empate. Pero, sobre todo, castiga a Suiza, que no es capaz de espantar los fantasmas que le persiguen. Había vivido estos días obsesionado con el trauma de Alemania 2006 en el que ninguno de sus paisanos fue capaz de acertar en aquella tanda que clasificó a Ucrania. Y esto le remata.
El partido no pasará a la historia por su belleza, pero sí por algunos momentos sensacionales. El partido pudo decantarse al inicio para Polonia. Porque salió mejor plantada, porque presumía de una defensa que comparecía sin haber recibido un gol y también porque a Suiza le molesta el balón cuando no lo acaricia Xhaka o no lo acelera Shaqiri, su hombre más brillante. Milik pudo marcar en el minuto 1 tras un fallo garrafal de Djourou en la cesión. El equipo de Nawalka hacía todo bien menos finalizar. A Lewandowski le sobran vigilantes y porras, y a Milik le falta temple. Así, Suiza fue creciendo al mismo tiempo que se sacudía los complejos. Dzemaili tiró del carro y Schär comenzó a avisar a balón parado. El 0-1 llegó cuando mejor estaba y menos lo merecía.
Kuba, Blaszczykowski para los que sepan pronunciarlo, volvió a confirmar con este tanto ante Suiza una máxima: si él marca, Polonia gana. A la espera ya angustiosa de Lewandowski (marcó de penalti, y gracias), el extremo de la Fiore, el mismo que brilló en el Borussia de la mano de Klopp, resolvió con una contra de libro. Culminó en el 39’ una jugada que nació en un córner peligroso en área propia, que siguió con una conducción posterior a toda mecha por la banda izquierda y que finalizó por el otro costado. Sommer se quedó vendido. Kuba ya puede decir bien orgulloso que ha participado en cinco de los seis goles que Polonia ha marcado en las diferentes Eurocopas y, sobre todo, pudo mirar de nuevo al cielo. Con rabia para recordar a su madre, asesinada a puñaladas delante de él cuando era niño por su padre, y con alegría, para dejar bien claro que los Blaszczykowski vuelven a sonreír.
Suiza reapareció del descanso enfadada. Afiló sus garras y comenzó a tirar desde fuera. Hasta entonces sólo había amenazado con la posesión. Polonia daba síntomas de relajación. O quizás de cansancio. Nawalka rota lo mismo que Del Bosque. Lewandowski intentó retomar el pulso y amenazó con un punterazo, su segundo disparo en Francia, y Blaszczykowski hizo volar a Sommer con un zurdazo. Desde ese momento, con la decepción y la historia esperando candidatos, se endureció el partido. Fútbol hubo poco. A Suiza le faltaba suerte para empatar. Rodríguez rozó el 1-1 de falta en el 73’, pero se encontró una mano prodigiosa de Fabianski, y Seferovic se encontró con el larguero en el 79’. Pero la igualada llegó, por insistencia, de la manera más sorprendente y espectacular. Con una chilena memorable de Shaqiri desde la frontal. Lástima que ya no pueda ser portada. Junto al taconazo de Cristiano, ya es el gol de la Eurocopa. Shaqiri, que sorprendió en el Mundial 2010 con sólo 18 años, recordó al mundo que ahora anda en el Stoke, pero que sigue teniendo esos detalles que le catapultaron desde el Basilea y con los que no logró consolidarse en el Bayern y el Inter.
Así, debido al preocupante bajón de Polonia (no hizo cambios en los 90' mientras su adversario hizo los tres) se llegó a la prórroga, la primera del campeonato mientras el sol castigaba. Suiza se mostró más segura de mente y más fuerte de piernas. Polonia tenía mucho más miedo de perder que ansias de ganar. Aun así, tuvo el partido en el 119’, tras haber visto cómo Fabianski volvía a salvarle justo antes con otro paradón a Derdiyok. Nadie dio un paso adelante, así que llegaron los penaltis. Ahí, Polonia rozó la perfección y Xhaka, fichaje del Arsenal, hincó la rodilla. Croacia o Portugal, visto lo visto, ya se frotan las manos porque lleguen los cuartos.
AS
Con un héroe y un villano inesperados se decidió el primer partido de octavos. Fabianski, suplente en el debut de Polonia que se hizo con la titularidad por la lesión de Szczesny, mantuvo con vida a su selección cuando flaqueaba en la prórroga y Xhaka, artista donde los haya, condenó a Suiza con su fallo en los penaltis a los que hubo que llegar para decidir quién pasaba a cuartos por primera vez en su historia. El encuentro ensalza además a Blaszczykowski y Shaqiri por el oportunismo de uno y por la chilena del otro en el empate. Pero, sobre todo, castiga a Suiza, que no es capaz de espantar los fantasmas que le persiguen. Había vivido estos días obsesionado con el trauma de Alemania 2006 en el que ninguno de sus paisanos fue capaz de acertar en aquella tanda que clasificó a Ucrania. Y esto le remata.
El partido no pasará a la historia por su belleza, pero sí por algunos momentos sensacionales. El partido pudo decantarse al inicio para Polonia. Porque salió mejor plantada, porque presumía de una defensa que comparecía sin haber recibido un gol y también porque a Suiza le molesta el balón cuando no lo acaricia Xhaka o no lo acelera Shaqiri, su hombre más brillante. Milik pudo marcar en el minuto 1 tras un fallo garrafal de Djourou en la cesión. El equipo de Nawalka hacía todo bien menos finalizar. A Lewandowski le sobran vigilantes y porras, y a Milik le falta temple. Así, Suiza fue creciendo al mismo tiempo que se sacudía los complejos. Dzemaili tiró del carro y Schär comenzó a avisar a balón parado. El 0-1 llegó cuando mejor estaba y menos lo merecía.
Kuba, Blaszczykowski para los que sepan pronunciarlo, volvió a confirmar con este tanto ante Suiza una máxima: si él marca, Polonia gana. A la espera ya angustiosa de Lewandowski (marcó de penalti, y gracias), el extremo de la Fiore, el mismo que brilló en el Borussia de la mano de Klopp, resolvió con una contra de libro. Culminó en el 39’ una jugada que nació en un córner peligroso en área propia, que siguió con una conducción posterior a toda mecha por la banda izquierda y que finalizó por el otro costado. Sommer se quedó vendido. Kuba ya puede decir bien orgulloso que ha participado en cinco de los seis goles que Polonia ha marcado en las diferentes Eurocopas y, sobre todo, pudo mirar de nuevo al cielo. Con rabia para recordar a su madre, asesinada a puñaladas delante de él cuando era niño por su padre, y con alegría, para dejar bien claro que los Blaszczykowski vuelven a sonreír.
Suiza reapareció del descanso enfadada. Afiló sus garras y comenzó a tirar desde fuera. Hasta entonces sólo había amenazado con la posesión. Polonia daba síntomas de relajación. O quizás de cansancio. Nawalka rota lo mismo que Del Bosque. Lewandowski intentó retomar el pulso y amenazó con un punterazo, su segundo disparo en Francia, y Blaszczykowski hizo volar a Sommer con un zurdazo. Desde ese momento, con la decepción y la historia esperando candidatos, se endureció el partido. Fútbol hubo poco. A Suiza le faltaba suerte para empatar. Rodríguez rozó el 1-1 de falta en el 73’, pero se encontró una mano prodigiosa de Fabianski, y Seferovic se encontró con el larguero en el 79’. Pero la igualada llegó, por insistencia, de la manera más sorprendente y espectacular. Con una chilena memorable de Shaqiri desde la frontal. Lástima que ya no pueda ser portada. Junto al taconazo de Cristiano, ya es el gol de la Eurocopa. Shaqiri, que sorprendió en el Mundial 2010 con sólo 18 años, recordó al mundo que ahora anda en el Stoke, pero que sigue teniendo esos detalles que le catapultaron desde el Basilea y con los que no logró consolidarse en el Bayern y el Inter.
Así, debido al preocupante bajón de Polonia (no hizo cambios en los 90' mientras su adversario hizo los tres) se llegó a la prórroga, la primera del campeonato mientras el sol castigaba. Suiza se mostró más segura de mente y más fuerte de piernas. Polonia tenía mucho más miedo de perder que ansias de ganar. Aun así, tuvo el partido en el 119’, tras haber visto cómo Fabianski volvía a salvarle justo antes con otro paradón a Derdiyok. Nadie dio un paso adelante, así que llegaron los penaltis. Ahí, Polonia rozó la perfección y Xhaka, fichaje del Arsenal, hincó la rodilla. Croacia o Portugal, visto lo visto, ya se frotan las manos porque lleguen los cuartos.