España busca en las urnas la salida a seis meses de bloqueo institucional
Los últimos escaños de una docena de provincias determinarán los cambios con respecto al 20-D, tras el acuerdo entre Podemos e IU para superar al PSOE
Fernando Garea
Periodista de EL PAÍS
Madrid
Los partidos han fracasado porque no fueron capaces de dar respuesta a la fragmentación del Congreso y no lograron un acuerdo para formar Gobierno tras el 20-D. Por eso, 36.518.100 españoles están llamados hoy a votar, por segunda vez en seis meses, en una segunda oportunidad para conformar un Parlamento que pueda elegir un presidente del Gobierno y acabe con el bloqueo institucional. Se anunció un tiempo nuevo y se ha llegado a una situación insólita en España.
Ha sido necesaria la repetición de las elecciones por falta de acuerdo y las expectativas indican que alguno de los cuatro grandes partidos tendrá que salir de su carril y borrar sus líneas rojas para que haya al fin Gobierno. Tras más de seis meses sin que se apruebe ninguna ley en el Parlamento, con un Ejecutivo en funciones con competencias limitadas y una impresión de campaña electoral permanente, se vuelve hoy a las urnas.
El bipartidismo, entendido como alternancia entre el PSOE y el PP, murió en las elecciones de diciembre, porque Podemos y Ciudadanos irrumpieron hasta fragmentar el Congreso e iniciar un tiempo político que no se ha concretado en la formación de un nuevo Gobierno. Los 176 de los 350 escaños quedan muy lejos para todos, lo nuevo no termina de llegar y lo anterior resiste. Todo parece indicar que será imprescindible la concurrencia de más de dos partidos, salvo en el caso de improbable gran coalición. Pese al giro histórico que se anunció, Mariano Rajoy sigue siendo presidente del Gobierno, aunque en funciones.
Fue el más votado en diciembre y declinó la propuesta del Rey para someterse a la investidura y ahora aspira a su tercera victoria electoral, en busca de superar el 30% de los votos. Pero con tan admitida imposibilidad de gobernar en solitario como que su principal mensaje es la petición de gran coalición con el PSOE y con presencia de Ciudadanos. A pesar de esa posible victoria, sobrevuela la posibilidad de que Rajoy se aparte para facilitar el acuerdo, dado que Albert River ha condicionado el pacto a su retirada.
La gran novedad con respecto a diciembre es la candidatura que une a Podemos con Izquierda Unida. La suma de ambos partidos ya superó los votos del PSOE y ahora aspira a superarle también en escaños, en lo que se llama el sorpasso, como Unidos Podemos. Sería un vuelco en la democracia española, con un cambio en la posición dominante y hegemónica de la izquierda. El PSOE, el partido que más años ha gobernado en España desde 1978, pasaría a ser la tercera fuerza. política.
Batalla por los restos
La candidatura que encabeza Pablo Iglesias aspira a convertir en escaños los votos que fueron a IU y que, en virtud del sistema de reparto de diputados de la ley electoral, no se tradujeron en parlamentarios. La presencia de la nueva lista aspira a alterar el reparto de últimos restos y disputar escaños en una docena de provincias, por un puñado de votos. La baza electoral de Iglesias ha sido no confrontar con el PSOE, porque solo con su apoyo de los socialistas le será posible gobernar.
El PSOE busca resistir. Sus 90 escaños de diciembre ya eran su peor resultado histórico y hoy Pedro Sánchez afronta una nueva prueba de supervivencia política. Su reto es mantenerse segundo en escaños. En los cuatro meses de bloqueo se movió para pactar con Ciudadanos e intentar ser presidente con abstención de los extremos, PP y Podemos. No le salió y ya es el único español con investidura fallida.
Ahora no ha revelado sus preferencias de pacto, dando a entender que nunca acordará con el PP, que no es fácil que lo haga con Podemos y menos en condiciones de inferioridad y que es más probable que vuelva a intentar lo que no le salió en marzo. Ciudadanos aspira a ser determinante con PP o PSOE y todos aseguran que no habrá terceras elecciones, como ya dijeron que no habría repetición.
Fernando Garea
Periodista de EL PAÍS
Madrid
Los partidos han fracasado porque no fueron capaces de dar respuesta a la fragmentación del Congreso y no lograron un acuerdo para formar Gobierno tras el 20-D. Por eso, 36.518.100 españoles están llamados hoy a votar, por segunda vez en seis meses, en una segunda oportunidad para conformar un Parlamento que pueda elegir un presidente del Gobierno y acabe con el bloqueo institucional. Se anunció un tiempo nuevo y se ha llegado a una situación insólita en España.
Ha sido necesaria la repetición de las elecciones por falta de acuerdo y las expectativas indican que alguno de los cuatro grandes partidos tendrá que salir de su carril y borrar sus líneas rojas para que haya al fin Gobierno. Tras más de seis meses sin que se apruebe ninguna ley en el Parlamento, con un Ejecutivo en funciones con competencias limitadas y una impresión de campaña electoral permanente, se vuelve hoy a las urnas.
El bipartidismo, entendido como alternancia entre el PSOE y el PP, murió en las elecciones de diciembre, porque Podemos y Ciudadanos irrumpieron hasta fragmentar el Congreso e iniciar un tiempo político que no se ha concretado en la formación de un nuevo Gobierno. Los 176 de los 350 escaños quedan muy lejos para todos, lo nuevo no termina de llegar y lo anterior resiste. Todo parece indicar que será imprescindible la concurrencia de más de dos partidos, salvo en el caso de improbable gran coalición. Pese al giro histórico que se anunció, Mariano Rajoy sigue siendo presidente del Gobierno, aunque en funciones.
Fue el más votado en diciembre y declinó la propuesta del Rey para someterse a la investidura y ahora aspira a su tercera victoria electoral, en busca de superar el 30% de los votos. Pero con tan admitida imposibilidad de gobernar en solitario como que su principal mensaje es la petición de gran coalición con el PSOE y con presencia de Ciudadanos. A pesar de esa posible victoria, sobrevuela la posibilidad de que Rajoy se aparte para facilitar el acuerdo, dado que Albert River ha condicionado el pacto a su retirada.
La gran novedad con respecto a diciembre es la candidatura que une a Podemos con Izquierda Unida. La suma de ambos partidos ya superó los votos del PSOE y ahora aspira a superarle también en escaños, en lo que se llama el sorpasso, como Unidos Podemos. Sería un vuelco en la democracia española, con un cambio en la posición dominante y hegemónica de la izquierda. El PSOE, el partido que más años ha gobernado en España desde 1978, pasaría a ser la tercera fuerza. política.
Batalla por los restos
La candidatura que encabeza Pablo Iglesias aspira a convertir en escaños los votos que fueron a IU y que, en virtud del sistema de reparto de diputados de la ley electoral, no se tradujeron en parlamentarios. La presencia de la nueva lista aspira a alterar el reparto de últimos restos y disputar escaños en una docena de provincias, por un puñado de votos. La baza electoral de Iglesias ha sido no confrontar con el PSOE, porque solo con su apoyo de los socialistas le será posible gobernar.
El PSOE busca resistir. Sus 90 escaños de diciembre ya eran su peor resultado histórico y hoy Pedro Sánchez afronta una nueva prueba de supervivencia política. Su reto es mantenerse segundo en escaños. En los cuatro meses de bloqueo se movió para pactar con Ciudadanos e intentar ser presidente con abstención de los extremos, PP y Podemos. No le salió y ya es el único español con investidura fallida.
Ahora no ha revelado sus preferencias de pacto, dando a entender que nunca acordará con el PP, que no es fácil que lo haga con Podemos y menos en condiciones de inferioridad y que es más probable que vuelva a intentar lo que no le salió en marzo. Ciudadanos aspira a ser determinante con PP o PSOE y todos aseguran que no habrá terceras elecciones, como ya dijeron que no habría repetición.