El presidente de Brasil tacha de falsa la acusación de corrupción
Un ministro renuncia por las revelaciones de supuestas donaciones irregulares a 19 políticos
Raquel Seco
São Paulo, El País
“Acusaciones irresponsables, imprudentes y falsas”. El presidente interino de Brasil, Michel Temer, respondió el jueves a las acusaciones lanzadas contra él por un exsenador que lo implica directamente en la trama de sobornos y desvíos de dinero de Petrobras. El escándalo, que estalló el miércoles, ha derribado además a un ministro, el tercero del equipo Temer en renunciar como consecuencia del caso Petrobras.
Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), desmintió como “hombre y ser humano” y ante su familia, sus conocidos y “el pueblo brasileño”, que en 2012 negociase donaciones de origen irregular para financiar una campaña electoral. El Gobierno ya había rechazado las acusaciones el miércoles, cuando se hizo pública la confesión, de casi 300 páginas. “Temer siempre respetó estrictamente los límites legales para buscar recursos para campañas electorales. Jamás permitió la recaudación fuera de los márgenes de la ley, para sí mismo, para el partido y, mucho menos, para otros candidatos”, rezaba el comunicado del Palacio del Planalto.
El político que señala a Temer es Sergio Machado, exsenador y expresidente de Transpetro, una compañía subsidiaria de la petrolera estatal, que llegó al cargo por recomendación del PMDB. No solo ha afirmado que en 2012 acordó con Temer (en aquel momento, vicepresidente de Dilma Rousseff) una donación electoral irregular por valor de 1,5 millones de reales (unos 380.000 euros), sino que ha implicado a otros 19 políticos de varios partidos en el escándalo. Machado, que ha llegado a un acuerdo para revelar detalles de la corrupción en Petrobras a cambio de una rebaja en la pena, ha entregado a los investigadores documentos con supuestos pagos ilícitos de 106 millones de reales. El jueves, su confesión se cobró otra víctima, además de la reputación de Temer: el ministro de Turismo, Henrique Alves, citado en los documentos, dimitió. Según el diario Folha de S. Paulo, no quiere causarle más problemas al Gobierno.
Alves es el tercer ministro en renunciar por conversaciones filtradas por Machado. El exresponsable de Transparencia, Fabiano Silviera, criticó las investigaciones anticorrupción. El de Planificación, Romero Jucá, sugirió que la suspensión de Rousseff ayudaría a frenarlas y abogó por un “pacto nacional” frente a los fiscales.
Promesa de regeneración
Las revelaciones de Machado son un varapalo para un presidente interino que apenas se está estrenando y que cuenta solo con un 11% de aprobación, según una encuesta reciente. Temer llegó al poder hace poco más de un mes tras la suspensión provisional de Rousseff por el Congreso, con un mensaje de renovación frente a los escándalos que afectan a todos los partidos, incluido el suyo.
Temer ya había sido mencionado en marzo por otro arrepentido, el senador Delcídio do Amaral, que lo acusó de apadrinar una venta ilícita de etanol en los años noventa. El año pasado, la fiscalía lo citó como supuesto beneficiario de una donación millonaria por parte de un constructor implicado en el caso Petrobras.
Temer insiste en que nada empañará su gestión. El jueves afirmó que su equipo está “haciendo un papel extraordinario” y presumió de recortes. En un momento en el que en Brasil persiste la recesión y el desempleo ronda el 11%, ha adoptado un discurso de austeridad y promete limitar el gasto.
Raquel Seco
São Paulo, El País
“Acusaciones irresponsables, imprudentes y falsas”. El presidente interino de Brasil, Michel Temer, respondió el jueves a las acusaciones lanzadas contra él por un exsenador que lo implica directamente en la trama de sobornos y desvíos de dinero de Petrobras. El escándalo, que estalló el miércoles, ha derribado además a un ministro, el tercero del equipo Temer en renunciar como consecuencia del caso Petrobras.
Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), desmintió como “hombre y ser humano” y ante su familia, sus conocidos y “el pueblo brasileño”, que en 2012 negociase donaciones de origen irregular para financiar una campaña electoral. El Gobierno ya había rechazado las acusaciones el miércoles, cuando se hizo pública la confesión, de casi 300 páginas. “Temer siempre respetó estrictamente los límites legales para buscar recursos para campañas electorales. Jamás permitió la recaudación fuera de los márgenes de la ley, para sí mismo, para el partido y, mucho menos, para otros candidatos”, rezaba el comunicado del Palacio del Planalto.
El político que señala a Temer es Sergio Machado, exsenador y expresidente de Transpetro, una compañía subsidiaria de la petrolera estatal, que llegó al cargo por recomendación del PMDB. No solo ha afirmado que en 2012 acordó con Temer (en aquel momento, vicepresidente de Dilma Rousseff) una donación electoral irregular por valor de 1,5 millones de reales (unos 380.000 euros), sino que ha implicado a otros 19 políticos de varios partidos en el escándalo. Machado, que ha llegado a un acuerdo para revelar detalles de la corrupción en Petrobras a cambio de una rebaja en la pena, ha entregado a los investigadores documentos con supuestos pagos ilícitos de 106 millones de reales. El jueves, su confesión se cobró otra víctima, además de la reputación de Temer: el ministro de Turismo, Henrique Alves, citado en los documentos, dimitió. Según el diario Folha de S. Paulo, no quiere causarle más problemas al Gobierno.
Alves es el tercer ministro en renunciar por conversaciones filtradas por Machado. El exresponsable de Transparencia, Fabiano Silviera, criticó las investigaciones anticorrupción. El de Planificación, Romero Jucá, sugirió que la suspensión de Rousseff ayudaría a frenarlas y abogó por un “pacto nacional” frente a los fiscales.
Promesa de regeneración
Las revelaciones de Machado son un varapalo para un presidente interino que apenas se está estrenando y que cuenta solo con un 11% de aprobación, según una encuesta reciente. Temer llegó al poder hace poco más de un mes tras la suspensión provisional de Rousseff por el Congreso, con un mensaje de renovación frente a los escándalos que afectan a todos los partidos, incluido el suyo.
Temer ya había sido mencionado en marzo por otro arrepentido, el senador Delcídio do Amaral, que lo acusó de apadrinar una venta ilícita de etanol en los años noventa. El año pasado, la fiscalía lo citó como supuesto beneficiario de una donación millonaria por parte de un constructor implicado en el caso Petrobras.
Temer insiste en que nada empañará su gestión. El jueves afirmó que su equipo está “haciendo un papel extraordinario” y presumió de recortes. En un momento en el que en Brasil persiste la recesión y el desempleo ronda el 11%, ha adoptado un discurso de austeridad y promete limitar el gasto.