El FMI alerta contra el proteccionismo que agita Donald Trump

El Fondo defiende que se ratifiquen los acuerdos comerciales y se suba el salario mínimo en EEUU

Amanda Mars
Nueva York, El País
Sin mencionar a Donald Trump o la batalla electoral, el Fondo Monetario Internacional entró este miércoles de lleno en el debate económico de la campaña estadounidense al llamar al país a "resistir" toda modalidad de "proteccionismo". Trump, candidato in péctore de los republicanos, ha clamado contra los nuevos tratados de libre comercio y los perjuicios que la globalización ha causado a los trabajadores americanos, un discurso rompedor entre los conservadores en el que ha coincidido con el izquierdista Bernie Sanders.


El FMI llama hoy a ratificar esos nuevos acuerdos con los países del Pacífico y con Europa y aborda otro de las grandes discusiones de la campaña, el empobrecimiento de los trabajadores, pidiendo la subida del salario mínimo. El Fondo añade carga social al mensaje al pedir también una reforma fiscal progresiva. Las advertencias figuran en el informe sobre EE UU correspondiente al Artículo IV del FMI, que es una suerte de examen anual que el FMI realiza sobre las economías y que acompaña de una batería de recomendaciones.

Y el diagnóstico es dispar, tan dispar como la salud económica de los ciudadanos en la primera potencia global: la tasa de paro se encuentra en el nivel más bajo desde la víspera de la Gran Recesión, un 4,7%, que puede considerarse pleno empleo, y el PIB encadena su séptimo año consecutivo en expansión. Al mismo tiempo, el organismo urge a combatir la pobreza en el país más rico del mundo y reclama una subida del salario mínimo federal, ya que la situación de exclusión no solo afecta a desempleados, sino a muchas personas con trabajos pero sueldos miserables.

"La necesidad de abordar la pobreza es urgente", dice el Fondo. Uno de cada siete estadounidenses vive en situación de pobreza, uno de cada cinco si se trata de niños. Y tener un trabajo ya no es garantía de nada, ya que alrededor de 40% de los pobres trabajan. Así que el Fondo reclama un trato fiscal más favorable y una subida del salario mínimo federal.

Es la lacerante desigualdad, que la recuperación económica tras la gran crisis ha aumentado incluso, la que ha dado alas a discursos políticos heterodoxos como los de un millonario como Trump en el lado republicano o de un izquierdista como Bernie Sanders en los demócratas. Sanders dio a Hillary Clinton una batalla más dura de la esperada aunque ya ha sido vencido por la exsecretaria de Estado. Aunque difieren en casi todo lo demás, tanto Trump como Sanders han arremetido contra los nuevos acuerdos comerciales como uno de los motores de fuga de producción industrial a países con mano de obra más barata.

No solo sino, que Trump también asegura que renegociará quebrará el NAFTA, el marco de libre comercio con México y Canadá. Este mismo miércoles, en un discurso en Nueva York, el magnate republicano culpó a Hillary Clinton de defender esos acuerdos y de "hacerse rica" a costa de "hacer pobres" a los estadounidenses.

El FMI defiende los viejos y nuevos acuerdos. "El libre intercambio de bienes y servicios ha sido una de las características del éxito económico de Estados Unidos. Nuevos acuerdos comerciales, como el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP), sirven para apuntalar y ampliar este principio ya que van más allá de la eliminación de las barreras arancelarias —que ya son bajas—y comprenden reglas sobre inversión, políticas sobre competencia, derechos de propiedad intelectual y regulaciones", señala el Fondo en su documento.

También en Europa el acuerdo comercial ha despertado un enorme rechazo social por las consecuencias que conlleva para los trabajadores de países más ricos. Esto, que en el lenguaje del FMI se llama "costes de transición" para el empleo y los ingresos, tiene que compensarse con ayudas "temporales" para los estadounidenses afectados. El propio Fondo reconoce que, en una primera instancia, puede agravar la brecha de riqueza en Estados Unidos, esa misma contra la que alerta en el mismo documento.

En cuanto a la inmigración, la institución que dirige Christine Lagarde defiende que se aproveche el potencial de los trabajadores extranjeros para compensar la pérdida de población activa en el país, debido en buena parte al envejecimiento de la población y plantea una reforma migratoria "basada en la aptitudes" de los extranjeros, sin detallarlo.
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En su paquete de recomendaciones, el FMI pide además más inversiones públicas en infraestructuras para impulsar la productividad de las empresas, que lleva casi dos décadas con el freno echado, pero también advierte de desequilibrios en el futuro en las cuentas públicas y pide una reforma tributaria que mejore los ingresos de las arcas públicas y reduzca desigualdades. "Las tendencias demográficas y las tasas de interés en alza provocarán mayores desequilibrios fiscales a mediano plazo", dicen los técnicos del Fondo, y calculan que la deuda pública empezará a crecer en 2019 y superará el 80% del PIB en 2022 (ahora se sitúa en torno al 76%).

El Fondo ha reducido las previsiones de crecimiento de EE UU al 2,2 %, frente al 2,4 % previo, por la incertidumbre global, entre otros elementos. No obstante, la directora gerente descartó en declaraciones a la prensa que la posible salida de Reino Unido de la UE, que se vota mañana, llevase a una recesión. "Un voto para salir de la UE tendría algunos efectos en la economía de EEUU, cómo de grandes es debatible. Estamos de acuerdo con la presidenta de la Reserva Federal (Fed) Janet Yellen en que no llevaría a una recesión en EEUU", dijo Lagarde.

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