El ataque de Alemania, a debate

Löw puede poner a Götze de falso 9, a Müller como punta movible o usar a Mario Gómez a la vieja usanza

Jordi Quixano
París, El País
Salió la pelota jugada desde la raíz para conectar con Schürrle, que dribló por la banda izquierda y puso un centro al área chica. A la carrera, Götze rompió desde atrás y en dos toques resolvió ante Argentina para darle la última Copa del Mundo a Alemania. El gol, más allá de su importancia histórica, también reafirmó la idea del seleccionador Joachim Löw de aplicar la teoría guardiolista de jugar sin un delantero centro de referencia. Así, las pisadas al área llegan desde la segunda línea y por sorpresa, también con las diagonales de los extremos. Aunque no es lo mismo que juegue Götze —apunta a titular esta noche ante Ucrania (21.00 horas)— que Müller o Mario Gómez. Un falso 9, un delantero moderno o un ariete de referencia. Son las vías al gol de Alemania y Löw las utiliza en función del rival y de la necesidad que exija el encuentro.


Alemania, tierra fértil de delanteros, ha dejado goleadores para el recuerdo. En la década de los 60 brilló Uwe Seeler y le siguieron puntas como Gerd Müller y Heynckes. El relevo lo cogieron Rummenigge, Fischer, Allofs y Hrubesch, entre otros, y no hace tanto estaba la generación de Rudy Völler, Klinsmann y hasta Bierhoff. En las épocas más recientes el gol corría a cuenta de Miroslav Klose. "Pero ya no es suficiente con atender los centros", dice Völler para L'Equipe; "hay que tener técnica y saber abrir el juego ante defensas robustas". Y ahí es donde se debate Löw, la selección y Alemania.

"Götze es más técnico y se puede utilizar para dar el último pase. Müller, más un segundo delantero, tiene características de un nueve y sobre todo gol. Y Gómez es más de área", explica Michael Reschke, director deportivo del Bayern de Múnich. "Mario es un goleador y los otros pueden jugar en la segunda línea. Quizá Götze es para las asistencias y Müller para el remate", ahonda Bernd Krauss, que entrenó a la Real Sociedad, al Mönchengladbach y Dortmund, entre otros. "Aunque cualquiera que juegue te puede dar un gol porque son muy buenos", añade Thomas Helmer, exjugador del Dortmund y el Bayern. Los números dicen que Götze ha hecho 17 dianas en 51 partidos (sale a 0,33 de media por duelo), Gómez 27 en 63 (0,43) y Müller, pichichi en los dos últimos Mundiales, 31 en 70 (0,44).

Hasta la fecha, Götze es quien tiene la llave del frente de ataque, con cinco partidos entre la fase previa y los amistosos del año. "Pero no ha jugado casi con Guardiola y le falta ritmo", recuerda Krauss. Solo ha disputado 14 choques en la Bundesliga, castigado por las lesiones y lejos de ser ese jugador determinante que se le intuía. Müller, sin embargo, ha cuajado otro gran curso en el que su trascendencia en el césped se explica en el área rival. Aunque ninguno juega en la punta del Bayern porque Guardiola decidió recuperar la figura del 9.
Boateng, ¿el primer capitán negro?

Hace un par de semanas, Alexander Gauland, vicepresidente del partido ultraderechista Alternativo para Alemania (AFD), descalificó a Jerome Boateng, central de la Mannschaft. "La gente lo ve como un buen jugador de fútbol, pero no quiere tenerlo como vecino", soltó. La afición alemana, sin embargo, le dio todo su respaldo en el último amistoso ante Eslovaquia, con pancartas de apoyo en las que le pedían que se mudase al lado de su casa. "Es triste que todavía se digan cosas así", replicó el jugador, que en ese amistoso se convirtió circunstancialmente —durante el partido y tras un cambio— en el primer capitán negro de la selección alemana. "Es algo especial para mí. Soy de Berlín, tengo un color de piel diferente y me siento orgulloso de ser alemán", resolvió el jugador. Con Schweinsteiger de capitán —está de alta , pero le falta ritmo tras un año repleto de lesiones—, hoy será otro jugador el que porte el brazalete sobre el césped. Löw lo ha decidido, pero no lo ha hecho público, por lo que puede que sea Boateng, por más que se barajen los nombres de Neuer y Khedira.

"A Löw le gustaba la idea del Barcelona, esa en la que Messi se ponía de falso punta", dice Reschke. "Y la de España, que durante años no tuvo un delantero estático", recuerda Krauss. Por lo que pocas opciones tiene Gómez de salir de partida, marcado por el fallo ante Austria en la Eurocopa de 2008, aunque siempre efectivo, y una rara avisdel área.

"Evidentemente, no vamos a mostrar las cartas, sería una debilidad. Puedo modificar el esquema de juego durante el partido. Me permite ser flexible, es una gran ventaja", deslizó ayer Löw ante la prensa. Y se deshizo en elogios hacia Müller: "No puedes pronosticar lo que va a hacer, en qué dirección irá o dónde lanzará un pase. No se pone nervioso, es muy tranquilo y está relajado durante todo el partido. Por eso marca diferencias".
Alemania se moderniza

Todos coinciden en que el fútbol alemán ha dado un vuelco, se ha modernizado. "El deporte está cambiando porque ya no hay muchos delanteros centro puros en Alemania. Salen muchos más extremos rápidos y habilidosos", apunta Helmer. "Nuestro fútbol es distinto del de antes porque hace años no se entendía un equipo sin un ariete. Ahora, no solo ocurre en la selección, sino que en el fútbol base también se juega sin delanteros específicos", agrega Reschke. "Y en la Segunda División, lo mismo. Hemos cambiado los centros por los pases interiores, y ya no hay tantos delanteros fuertes", interviene Krauss.

Hoy se mide Alemania con Ucrania y parece que persistirá en el experimento del falso 9 con Götze arriba y Müller al costado. "Nuestros delanteros intercambian posiciones", argumenta Helmer. "Así, la selección puede variar su estilo cuando quiere", señala Reschke. Y Löw lo celebra.

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