Sarkozy: “Lo peor sería la salida de Inglaterra y la entrada de Turquía”
Un candidato a las primarias de Los Republicanos propugna un referéndum en Francia
Carlos Yárnoz
París, El País
La grave crisis que sufre Europa, en peligro de desintegración por la crisis del euro y de los refugiados, ha saltado a la primera línea de los líderes políticos franceses. El último en pronunciarse ha sido Nicolas Sarkozy, presidente de Los Republicanos, el principal partido de la oposición. El exmandatario sostiene que hay que “refundar profundamente el proyecto europeo”, pero que lo peor que ahora le podía pasar a la UE es “el Brexit (la salida del Reino Unido) y la entrada de Turquía”. “Habríamos cometido el mayor de los errores”, ha dicho en una entrevista al diario Le Monde.
Los comentarios de Sarkozy coinciden con el anuncio del Elíseo de que el presidente François Hollande presentara un proyecto para Europa basado en la vieja idea del núcleo duro de países que quieran ir más lejos en el proyecto, y sobre todo los que forman parte de la moneda única. Hollande quiere un gobierno de la zona euro, con un parlamento y un presupuesto propio. El presidente quiere consensuar su propuesta con la canciller Angela Merkel, con quien se reunirá el próximo día 29 en Verdún para conmemorar el centenario de la tremenda batalla que costó la vida a 300.000 franceses y alemanes en la Primera Guerra Mundial.
Sarkozy, que cree que el nuevo Tratado para la UE debe estar listo en verano del año que viene, defiende un modelo similar al de François Hollande, pero añade también la creación de un “Gobierno de Schengen”, integrado por los ministros del Interior de los países que aceptaron acabar con las fronteras. Pero el original acuerdo al respecto “está muerto” y hay que crear “un Schengen 2”.
Para el líder conservador francés, el nuevo pacto sobre fronteras debe incluir una política de inmigración común, una armonización de prestaciones sociales a los demandantes de asilo, la espera de al menos cinco años a los extranjeros antes de acceder a prestaciones sociales y la creación de centros de retención de migrantes y refugiados siempre fuera de la UE, en el norte de África.
En sus propias filas, Bruno Le Maire, uno de los candidatos de Los Republicanos para las primarias previas a las presidenciales, ha prometido que, si un día llega al Elíseo, organizará un referéndum sobre Europa en Francia. Pero no para decidir la salida o permanencia en la UE, sino para que los franceses aprueben o no ese nuevo proyecto que también él considera urgente.
Es la ultraderechista Marine Le Pen, sin embargo, la más firme defensora del referéndum en Francia. En este caso, como los británicos, para decir sí o no a la permanencia en la UE.
La presidenta del Frente Nacional, el partido más votado en las últimas elecciones en Francia, afirma que, si un día llega al palacio presidencial, expondrá en Bruselas sus condiciones para seguir en Europa y luego convocará la consulta.
Para ella, es imprescindible la recuperación de las fronteras y de la divisa francesa para que Bruselas no decida por París.
Carlos Yárnoz
París, El País
La grave crisis que sufre Europa, en peligro de desintegración por la crisis del euro y de los refugiados, ha saltado a la primera línea de los líderes políticos franceses. El último en pronunciarse ha sido Nicolas Sarkozy, presidente de Los Republicanos, el principal partido de la oposición. El exmandatario sostiene que hay que “refundar profundamente el proyecto europeo”, pero que lo peor que ahora le podía pasar a la UE es “el Brexit (la salida del Reino Unido) y la entrada de Turquía”. “Habríamos cometido el mayor de los errores”, ha dicho en una entrevista al diario Le Monde.
Los comentarios de Sarkozy coinciden con el anuncio del Elíseo de que el presidente François Hollande presentara un proyecto para Europa basado en la vieja idea del núcleo duro de países que quieran ir más lejos en el proyecto, y sobre todo los que forman parte de la moneda única. Hollande quiere un gobierno de la zona euro, con un parlamento y un presupuesto propio. El presidente quiere consensuar su propuesta con la canciller Angela Merkel, con quien se reunirá el próximo día 29 en Verdún para conmemorar el centenario de la tremenda batalla que costó la vida a 300.000 franceses y alemanes en la Primera Guerra Mundial.
Sarkozy, que cree que el nuevo Tratado para la UE debe estar listo en verano del año que viene, defiende un modelo similar al de François Hollande, pero añade también la creación de un “Gobierno de Schengen”, integrado por los ministros del Interior de los países que aceptaron acabar con las fronteras. Pero el original acuerdo al respecto “está muerto” y hay que crear “un Schengen 2”.
Para el líder conservador francés, el nuevo pacto sobre fronteras debe incluir una política de inmigración común, una armonización de prestaciones sociales a los demandantes de asilo, la espera de al menos cinco años a los extranjeros antes de acceder a prestaciones sociales y la creación de centros de retención de migrantes y refugiados siempre fuera de la UE, en el norte de África.
En sus propias filas, Bruno Le Maire, uno de los candidatos de Los Republicanos para las primarias previas a las presidenciales, ha prometido que, si un día llega al Elíseo, organizará un referéndum sobre Europa en Francia. Pero no para decidir la salida o permanencia en la UE, sino para que los franceses aprueben o no ese nuevo proyecto que también él considera urgente.
Es la ultraderechista Marine Le Pen, sin embargo, la más firme defensora del referéndum en Francia. En este caso, como los británicos, para decir sí o no a la permanencia en la UE.
La presidenta del Frente Nacional, el partido más votado en las últimas elecciones en Francia, afirma que, si un día llega al palacio presidencial, expondrá en Bruselas sus condiciones para seguir en Europa y luego convocará la consulta.
Para ella, es imprescindible la recuperación de las fronteras y de la divisa francesa para que Bruselas no decida por París.