Primera victoria de Hamilton; Alonso, quinto y Sainz, octavo


Manuel Franco
Mónaco, As
¿Llueve? ¿llueve ahora? Los mecánicos de McLaren salían fuera de los garajes, miraban al cielo y descubrían algunas gotas. Poco. Vuelta 71. Mientras el agua decidía regresar al circuito de Mónaco, un piloto español llamado Fernando Alonso hacía su mejor vuelta personal y dejaba a dos segundos a un Mercedes, el de Nico Rosberg, el líder del Mundial, el que había ganado en esta pista en las últimas tres ocasiones. El asturiano se había puesto quinto en la vuelta 32 y así acabó 45 después, con el alemán intentando adelantarle al límite. “Me ha golpeado en la curva seis Nico, aseguraos que la parte trasera está bien”, decía el genio astur. “Entendido, está todo bien”, le contestaban desde el box a pocas vueltas del final.

Es cierto que Rosberg tenía problemas, que este es el circuito de Mónaco en el que es no es fácil adelantar, es verdad que… en fin. Pongan todas las excusas, razones e inventos posibles, pero lo cierto es que Alonso volvió a demostrar por qué razón está considerado uno de los más grandes de todos los tiempos. Porque ser quinto con ese coche está solo al alcance de un piloto de esta categoría. Porque no olvidemos que McLaren Honda no está para esa posición. Nada. Ni lo sueñen. Pero en un circuito de piloto a veces aparece el talento. Quinto. Su mejor posición desde el regreso a la escudería de Woking, como en Hungría el pasado año en una carrera caótica. Esta no lo ha sido tanto. Pero un poco sí. Esto es Mónaco. Y a falta de vuelta y media comenzó a llover. Otra vez. Para ese momento Lewis Hamilton ya veía su primera victoria del año, un triunfo que le quitaron a Daniel Ricciardo en la parada en boxes su propio equipo. Y Checo Pérez fue tercero. Genial. Les cuento…

Empezó la carrera tras el coche de seguridad. Kvyat a boxes con problemas eléctricos en el coche, Sainz es sexto con Alonso octavo en ese momento. Siete vueltas. Se va el safety y accidente de Palmer en St Devota al final de recta, después toque de Raikkonen en Loews, abandona el de Ferrari, se toca también Grosjean con el Haas. Es el momento en el que Vettel pone intermedios en la vuelta 13, también Button, son los primeros en hacerlo. Alonso una después, en esos momentos Sainz es cuarto.

Uno de los instantes de la carrera: Hamilton pasa a Rosberg, el equipo pide al alemán que se deje adelantar porque está con problemas de frenos. Con las paradas, Sainz es tercero en esos momento, estamos en la vuelta 20. El madrileño acabó finalmente octavo por esto y es que ahí salí después de una mala parada del equipo y pierde cinco puestos.

Dos vueltas después Verstappen, que salía desde el pit lane, era décimo tras pasar a Button, gran remontada en ese momento, ocho puestos, pero después se fue contra los muros por segundo año consecutivo y después de que ya lo hiciera en los libres.

En la vuelta 29 Checo Pérez empieza a imaginar su podio. Para el primero a poner los blandos, una vuelta después Hamilton coloca el ultrablando, momento en el que Alonso es segundo y decide quedarse unas vueltas con el intermedio con el carril seco, es entonces cuando vuela y pasa del octavo virtual que era con las paradas de unos y otros a la quinta plaza, pese a una parada de casi seis segundos. Había parado en la vuelta 32.

Por delante Ricciardo para a poner los superblandos, pero sus mecánicos no tenían las ruedas preparadas y tardan casi catorce segundos en cambiar sus neumáticos. Sale segundo tras el inglés, pero a pesar de todo, se queda pegado al campeón y mantienen un duelo espectacular con Lewis cortando la chicane, cerrando al australiano. Nada que hacer. Victoria de Hamilton.

Igual que por detrás Alonso con Rosberg detrás, Nico lo intenta, pero se cuela y tiene que devolver la posición, en la última vuelta le pasa también Hulkenberg. Mónaco no decepciona, los pilotos se mojan, el público saca los paraguas. Acaba todo. Llueve mucho más. Hamilton salta contra su gente, habla con Justin Bieber, Ricciardo cierra su sonrisa de ganador, Checo brilla y Alonso vuelve a demostrar, una vez más, que siempre hay que confiar en los mejores. Siempre.

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