Las prolongadas primarias abren un cisma en el Partido Demócrata
La campaña de Sanders acusa de parcialidad a la presidenta del partido tras los incidentes de Nevada
Joan Faus
Corresponsal en Estados Unidos
Washington, El País
Un cisma entre los seguidores de Bernie Sanders y el resto del Partido Demócrata se abrió este miércoles con acusaciones cruzadas de juego sucio. El motivo son los incidentes en una reunión del partido en Nevada. La brecha se suma a la creciente impaciencia en algunos sectores por la negativa del senador a abandonar la campaña cuando tiene casi imposible derrotar a Hillary Clinton en el proceso de primarias. La desunión amenaza a los demócratas en las elecciones presidenciales de noviembre contra el republicano Donald Trump.
Partidarios de Sanders protagonizaron el sábado altercados en una convención en Nevada que repartía delegados de condados. Los seguidores del legislador de Vermont esgrimen que hubo irregularidades y las enmarcan en sus críticas a un sistema político ineficiente. Algunos asistentes lanzaron sillas y amenazaron a la supervisora de la convención. Seguidores de Sanders ya interrumpieron en marzo un mitin de Trump, que tuvo que suspenderse.
El senador ha condenado la violencia en Nevada, pero ha legitimado el malestar. “Es imperativo que todos los partidos estatales traten a los seguidores de nuestra campaña con justicia”, señaló el martes en un comunicado. “Ese no fue el caso en la convención de Nevada. En esa convención, el liderazgo demócrata usó su poder para evitar un proceso justo y transparente”.
El jefe de campaña de Sanders, Jeff Weaver, fue este miércoles más allá y apuntó directamente a la cúpula nacional del partido. Acusó a la presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, de “trabajar contra” el senador y dividir el partido. “No hay dudas, es por motivos personales”, dijo.
En la víspera, Schultz, el líder demócrata del Senado, Harry Reid, y otros altos cargos habían pedido una condena severa de los incidentes y habían instado a evitarlos en la convención que designará en julio al candidato demócrata a las elecciones de noviembre.
El fantasma de 1968
El objetivo es evitar los altercados que se vivieron en la convulsa convención demócrata de 1968 cuando grupos pacifistas consideraron que la designación del candidato había estado plagada de irregularidades.
Los seguidores de Clinton confían en que Sanders se haya retirado antes de la convención de Filadelfia. A mediados de junio, termina el proceso de primarias.
La Casa Blanca entró este miércoles en la controversia. “El presidente ha hablado en contra de la violencia y ha dicho ciertamente que una disputa política como esta nunca puede usarse para justificar la violencia o amenaza de violencia”, dijo el portavoz Josh Earnest en su rueda de prensa diaria.
La división demócrata beneficia a Trump, que desde hace dos semanas ya es oficiosamente el candidato republicano al retirarse todos sus rivales. El multimillonario neoyorquino ataca a Clinton y trata de cortejar a los votantes de Sanders, consciente de que comparten la retórica contra la clase política y el libre comercio.
En un mensaje en Twitter, escribió que Sanders está siendo tratado “muy mal” porque el sistema está “amañado” y se jactó de compartir “muchos” simpatizantes con el senador.
El temor de Clinton es que algunos seguidores de Sanders, con un discurso a su izquierda, se decanten por Trump en noviembre o decidan no votar en protesta contra el establishment político. Solo un 30% de los estadounidenses cree que es justo el sistema de designación de candidatos. En 2008, era el 67%, según datos citados por la publicación Vox.
Joan Faus
Corresponsal en Estados Unidos
Washington, El País
Un cisma entre los seguidores de Bernie Sanders y el resto del Partido Demócrata se abrió este miércoles con acusaciones cruzadas de juego sucio. El motivo son los incidentes en una reunión del partido en Nevada. La brecha se suma a la creciente impaciencia en algunos sectores por la negativa del senador a abandonar la campaña cuando tiene casi imposible derrotar a Hillary Clinton en el proceso de primarias. La desunión amenaza a los demócratas en las elecciones presidenciales de noviembre contra el republicano Donald Trump.
Partidarios de Sanders protagonizaron el sábado altercados en una convención en Nevada que repartía delegados de condados. Los seguidores del legislador de Vermont esgrimen que hubo irregularidades y las enmarcan en sus críticas a un sistema político ineficiente. Algunos asistentes lanzaron sillas y amenazaron a la supervisora de la convención. Seguidores de Sanders ya interrumpieron en marzo un mitin de Trump, que tuvo que suspenderse.
El senador ha condenado la violencia en Nevada, pero ha legitimado el malestar. “Es imperativo que todos los partidos estatales traten a los seguidores de nuestra campaña con justicia”, señaló el martes en un comunicado. “Ese no fue el caso en la convención de Nevada. En esa convención, el liderazgo demócrata usó su poder para evitar un proceso justo y transparente”.
El jefe de campaña de Sanders, Jeff Weaver, fue este miércoles más allá y apuntó directamente a la cúpula nacional del partido. Acusó a la presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, de “trabajar contra” el senador y dividir el partido. “No hay dudas, es por motivos personales”, dijo.
En la víspera, Schultz, el líder demócrata del Senado, Harry Reid, y otros altos cargos habían pedido una condena severa de los incidentes y habían instado a evitarlos en la convención que designará en julio al candidato demócrata a las elecciones de noviembre.
El fantasma de 1968
El objetivo es evitar los altercados que se vivieron en la convulsa convención demócrata de 1968 cuando grupos pacifistas consideraron que la designación del candidato había estado plagada de irregularidades.
Los seguidores de Clinton confían en que Sanders se haya retirado antes de la convención de Filadelfia. A mediados de junio, termina el proceso de primarias.
La Casa Blanca entró este miércoles en la controversia. “El presidente ha hablado en contra de la violencia y ha dicho ciertamente que una disputa política como esta nunca puede usarse para justificar la violencia o amenaza de violencia”, dijo el portavoz Josh Earnest en su rueda de prensa diaria.
La división demócrata beneficia a Trump, que desde hace dos semanas ya es oficiosamente el candidato republicano al retirarse todos sus rivales. El multimillonario neoyorquino ataca a Clinton y trata de cortejar a los votantes de Sanders, consciente de que comparten la retórica contra la clase política y el libre comercio.
En un mensaje en Twitter, escribió que Sanders está siendo tratado “muy mal” porque el sistema está “amañado” y se jactó de compartir “muchos” simpatizantes con el senador.
El temor de Clinton es que algunos seguidores de Sanders, con un discurso a su izquierda, se decanten por Trump en noviembre o decidan no votar en protesta contra el establishment político. Solo un 30% de los estadounidenses cree que es justo el sistema de designación de candidatos. En 2008, era el 67%, según datos citados por la publicación Vox.