La diferencia entre un mito y un jugador


Madrid, Agencias
Diferencias notables en las despedidas de Iker Casillas y Álvaro Arbeloa.
Álvaro Arbeloa es un hombre con suerte. El lateral derecho ha tenido la despedida que no se le dio en su momento a mitos del Real Madrid como Iker Casillas o Raúl González.
Otros tan importantes como Fernando Hierro o José María Gutiérrez “Guti” tampoco recibieron de su equipo un adiós tan glamoroso como el que le propinó este domingo el Bernabéu a Arbeloa.



El defensa español termina contrato este año con el club blanco y luego de la final de Milán se irá a jugar a otra liga. Seguramente una competición más sencilla, pero que pague bien, donde pueda pasar sus últimos años de vida como futbolista.

En la era Florentino Pérez la historia del Real Madrid está plagada de sucesos como este.

Precisamente, Arbeloa fue un fichaje del actual presidente. En aquel verano de 2009, Florentino retornaba a la presidencia de la Casa Blanca para volver a llenarla de nuevos “galácticos”, el magnate no había aprendido la lección. De una sentada se gastó unos cuantos millones y trajo a Cristiano Ronaldo, Kaka, Karim Benzemá, Raúl Albiol, Xabi Alonso, Ezequiel Garay, Esteban Granero y, por supuesto, Álvaro Arbeloa.

El “Floren”, como ya sabemos, es pasional y tiene sus favoritos, para lograrlo un jugador tiene que omitir las críticas a su gestión. Ya luego el empresario se encargará de pagar bien a sus fieles, ya sea con la permanencia en el club, a capa y espada, o con un homenaje a nivel de leyenda.

Lo que yo vi el domingo, en los minutos finales del partido contra el Valencia, estuvo bien. Arbeloa, un buen jugador, mejor madridista, se despedía de su afición. Sin puesto en la alineación titular, Zidane le dio sus últimos minutos de gloria, Sergio Ramos le entregó el brazalete de capitán, desde la grada una camiseta gigante rendía honor a un futbolista comprometido y sus compañeros los elevaban al aire para agradecer sus años de servicio.

En el televisor todo eso se veía muy bonito, seguramente también en el estadio. Pero todo pierde su esplendor cuando uno recuerda a Iker Casillas despidiéndose del club de su vida, entre lágrimas y en una sala de prensa sin más compañía que un puñado de periodistas.

Ya sé que muchas veces el fútbol no es justo y que los goles se hacen y los partidos se ganan, no se merecen. Pero un homenaje no es responsabilidad del fútbol, sino de los hombres. Despedir así a una verdadera leyenda, debería dar vergüenza.

Cuestionarse el compromiso de Arbeloa con el Real Madrid o sus resultados como jugador sería injusto. Un reconocimiento para alguien que pasó siete temporadas defendiendo estos colores es bien merecido. El problema no es con él, sino con aquellos que olvidaron lo que representan Casillas, Raúl o Fernando Hierro para el madridismo y el fútbol en general.

Álvaro es un buen jugador, pero hasta ahí. Durante los últimos años ha tratado de matizar su gris rendimiento dentro del campo con una prolija actividad fuera de él. Para un defensor lateral como él debería ser más importante minimizar al contrario, que llegando por su banda, pretende profanar el arco del Real Madrid, que emplearse en ciber peleas sin ganancia para el club.

Alumno fiel de Florentino Pérez, José Mourinho y del tristemente célebre Rafa Benítez, Arbeloa representa el ala blanca más radical y enarbola valores con los que algunos madridistas no comulgan.

Incluso, cuando la competencia con el Barcelona se hizo confrontación y se volvió más sucia que nunca, él fue uno de los más activos seguidores de esa sexta mourinhista, que criticó a dos mitos como Xavi y Casillas por llevar una rivalidad con decoro.

Finalmente, luego de 237 partidos, seis goles, 14 asistencias y 18 269 minutos deja el Real Madrid, aunque no por su voluntad sino porque en la última campaña solo ha participado en cinco partidos en Liga, dos en Champions League y uno en la Copa del Rey.

Arbeloa termina con el Madrid y el suceso en sí mismo es para nada espectacular. Antes que él ya lo hicieron Di Stefano, Butragueño, Paco Gento, Juanito, Raúl, Casillas, Hierro, Ronaldo y Zidane. En el futuro lo harán Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo, Marcelo.

Siendo simplemente un buen jugador, tanto con el Madrid como con la Selección española, lo ganó todo: Mundial, Eurocopa, Champions League, Liga, dos Copas del Rey, Supercopa de Europa, Supercopa de España, Mundial de clubes.

Una vez un amigo me recordó que en Brasil cinco capitanes levantaron el trofeo de un Mundial de fútbol, en España solo uno y se llama Iker Casillas. La gloria se la llevan los santos y ángeles, los homenajes los buenos futbolistas. Esa es la diferencia entre un mito y un buen jugador.

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