La Champions no se merece un campeón como el Atlético de Simeone
Diario Gol
El cholismo es como una religión para los aficionados del Atlético de Madrid. Simboliza algunos valores positivos como el esfuerzo, el compañerismo, el trabajo en equipo, el partido a partido, la tenacidad, la garra y el no dar nunca un balón por perdido. Sin embargo, también recuerda otras acepciones más próximas a la palabra cholo, el sobrenombre de Diego Pablo Simeone, entrenador del equipo rojiblanco.
Simeone es el auténtico artífice del éxito del Atlético. El entrenador argentino llevó a los suyos a la final de la Champions League de Milán a pesar de perder contra el Bayern de Múnich en el Allianz Arena (2-1). El Cholo, no obstante, hizo una exhibición de malos modales en Alemania, contrastando con el saber estar de Pep Guardiola, derrotado por tercer año consecutivo en las semifinales europeas.
El Cholo se encaró con jugadores rivales, con los árbitros, con el propio Guardiola y hasta con el delegado de la UEFA que se encargaba de entregar el marcador electrónico al cuarto árbitro para que indicase cuanto añadían como tiempo de prolongación, al que arreó un golpe en la espalda. Sus jugadores fueron agresivos como siempre, perdieron tiempo –Oblak estuvo varios minutos tendido en el suelo– y trataron de provocar a los jugadores del Bayern, como evidenció la trifulca entre Godín y Ribery, al que el Cholo antes agarró del cuello.
Pero a pesar de todo ganaron. Y ganaron dando la razón a Xavi Hernández, cuyas polémicas declaraciones incendiaron las redes sociales este lunes al decir que un equipo grande no puede jugar nunca como el Atlético, con 11 hombres atrás. Ganaron utilizando sus artimañas, como dejar el césped más alto de lo normal en el Calderón. Muchos seguidores piensan así. Incluso, hay culés que tienen dudas sobre si apoyar al Atlético o al Real Madrid en la final de Milán. Eso también es el cholismo.
El cholismo es como una religión para los aficionados del Atlético de Madrid. Simboliza algunos valores positivos como el esfuerzo, el compañerismo, el trabajo en equipo, el partido a partido, la tenacidad, la garra y el no dar nunca un balón por perdido. Sin embargo, también recuerda otras acepciones más próximas a la palabra cholo, el sobrenombre de Diego Pablo Simeone, entrenador del equipo rojiblanco.
Simeone es el auténtico artífice del éxito del Atlético. El entrenador argentino llevó a los suyos a la final de la Champions League de Milán a pesar de perder contra el Bayern de Múnich en el Allianz Arena (2-1). El Cholo, no obstante, hizo una exhibición de malos modales en Alemania, contrastando con el saber estar de Pep Guardiola, derrotado por tercer año consecutivo en las semifinales europeas.
El Cholo se encaró con jugadores rivales, con los árbitros, con el propio Guardiola y hasta con el delegado de la UEFA que se encargaba de entregar el marcador electrónico al cuarto árbitro para que indicase cuanto añadían como tiempo de prolongación, al que arreó un golpe en la espalda. Sus jugadores fueron agresivos como siempre, perdieron tiempo –Oblak estuvo varios minutos tendido en el suelo– y trataron de provocar a los jugadores del Bayern, como evidenció la trifulca entre Godín y Ribery, al que el Cholo antes agarró del cuello.
Pero a pesar de todo ganaron. Y ganaron dando la razón a Xavi Hernández, cuyas polémicas declaraciones incendiaron las redes sociales este lunes al decir que un equipo grande no puede jugar nunca como el Atlético, con 11 hombres atrás. Ganaron utilizando sus artimañas, como dejar el césped más alto de lo normal en el Calderón. Muchos seguidores piensan así. Incluso, hay culés que tienen dudas sobre si apoyar al Atlético o al Real Madrid en la final de Milán. Eso también es el cholismo.