Holanda incluirá a niños desde los 9 años en una lista de sospechosos de yihadismo

Los servicios secretos sostienen que su entrenamiento militar constituye un riesgo para el país

Isabel Ferrer
La Haya, El País
Los servicios secretos holandeses abrirán una lista paralela de yihadistas en la que aparecerán niños a partir de nueve años, según confirmaron este miércoles sus portavoces. Se trata de los hijos de ciudadanos que se han sumado al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Siria e Irak —a veces familias enteras— y que reciben entrenamiento militar desde esa edad.


Además de aprender el uso de armas, y de ensayar ejecuciones, deben jurar lealtad a Abubaker al Bagdadi, el autoproclamado califa Ibrahim. De ahí que las autoridades consideren su posible regreso un riesgo para la seguridad nacional. Hasta la fecha, unas 250 personas han viajado a Siria desde Holanda. En este grupo, hay 60 mujeres y 70 niños identificados, un tercio de los cuales nació allí, en palabras de Rob Bertholee, jefe del espionaje holandés, que no ha especificado si continúan en Oriente Medio.

A diferencia de los niños soldado, reclutados a la fuerza y obligados a veces a matar a sus propios parientes (en países como la República Democrática de Congo), estos chicos han dejado su hogar junto a sus padres. Los menores son radicalizados e instruidos desde pequeños en la versión más rigorista del islam. Una vez cumplidos los 13 años, el grupo terrorista los traslada al frente de guerra, según los servicios de inteligencia. Sus conocimientos militares equivalen a los de un adulto entrenado, y su estado emocional es ajeno al del resto de los menores de la generación que dejan atrás en Holanda. Ambos elementos constituyen un peligro, según los expertos, y complican su posible recuperación en caso de volver. Según el rotativo De Volkskrant, esta lista paralela será compartida con otros países.

Las niñas forman un capítulo aparte. Con velo completo y obligatorio a partir de los nueve años, desde los seis son instruidas en las diversas formas de apoyar a su futuro marido en la lucha armada. Aunque a muy pocas les está permitido llevar armas, en cuanto se las considera preparadas deben hacer propaganda de las bondades de la vida en el califato. Además de tener el mayor número posible de hijos, algunas mujeres adultas pueden ser médicas, maestras o enfermeras. Otras se ocupan de traficar con armas, reunir fondos para la causa o vigilar el comportamiento del resto de la comunidad femenina y el uso correcto de la vestimenta. Las que no cumplan con los requisitos de la versión extrema de la sharía (ley islámica) pueden se azotadas por otras mujeres, según el retrato de la vida en el seno de ISIS esbozado por los servicios secretos holandeses en su informe La vida con el ISIS, el mito desvelado.

Publicado el pasado enero, el documento exponía que la falta de casas adecuadas, y el hecho de que las mujeres solteras y viudas permanezcan separadas del resto en malas condiciones, “convierte el matrimonio con un yihadista en su única opción vital”. En caso de retornar, el comportamiento de las niñas supone un reto distinto al de los niños. Aquí, las nociones religiosas recibidas y el estrecho modelo de vida ofrecido por ISIS conducen al apoyo moral de la violencia perpetrada por los hombres.

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