F1: Verstappen hace historia
Manuel Franco
Montmeló, As
Le faltaba llorar al doctor Marko. Rojo de emoción en el muro de Red Bull, apenas sin poder hablar. El portavoz de la Junta Directiva de la bebida energética que lidera las decisiones que se toman en la empresa, por ejemplo la de fichar a un niño llamado Max Verstappen que fue tercero en la F3 para la F1 cuando aún no tenía carné de conducir y después subirle, en este gran premio, a un Red Bull Racing con apenas 18 años. Se criticó. Yo lo critiqué. Sobre todo por lo que supone de injusto para un Kvyat. Pero… Me equivoqué. Porque el piloto holandés ganó el GP de España, el primero en una escudería grande. Y sobre todo porque hay que ver que es un piloto con estrella y eso a veces es más importante que cualquier otra cosa en el deporte. Verstappen demostró un talento descomunal, una serenidad natural impactante y una velocidad tremenda para un piloto cuasinovato. Primero. Victoria, la primera, la más precoz de la historia. Y con los dos Ferrari justo detrás, Raikkonen y Vettel. Y con su compañero Daniel Ricciardo, cuarto.
Estrella. Tener estrella es la clave en la vida, esa sucesión de acontecimientos que nos hacen ser lo que somos. Y ahora Verstappen es ya un ganador de gran premio de F1. Pero para que eso sucediera han tenido que pasar cosas. Muchas cosas. La primera que decidieran subirle al Red Bull, la segunda que los dos Mercedes se quedaran fuera de carrera en la primera vuelta y la tercera que los dos pilotos que, teóricamente debían luchar por la victoria (Vettel y Ricciardo) hicieran una estrategia diferente con una parada más y eso les dejó luchando por el podio en vez de por el triunfo. Y el talento. Claro. Y el tremendo paso adelante de Red Bull en este circuito. Por supuesto. Y tantas cosas…
Empecemos por el principio y como Lewis Hamilton salía desde la pole, pero su compañero Nico Rosberg le adelantaba en la salida y después, justo antes de la cuarta curva el campeón del mundo intentaba la pasada, pero se iba por la hierba, perdía el control del Mercedes, chocaban y se quedaban los dos fuera. Salía el coche de seguridad. Y en ese momento un tal Carlos Sainz, en una de sus mejores carreras de siempre, adelantaba a los dos Ferrari en una salida increíble y era tercero. Después la diferencia de coches era tan grande que no pudo con los monoplazas rojos y terminó sexto. Solo Bottas se le metió delante de los cuatro coches mejores. Gran carrera de Carlos que acabó paseando una bandera española en Barcelona. La lagrima fue Alonso. Abandono para el asturiano en una carrera complicada y compleja con órdenes de equipo a favor de Button en McLaren.
Ahora se abre un nuevo Mundial, con Red Bull de regreso, Ferrari obligado a dar un salto adelante y Mercedes en plena lucha interna. Todo eso el día que se confirmó para para brillar hay que tener estrella…