El Papa intenta sin éxito un gesto para romper la grieta política en Argentina

Margarita Barrientos, dirigente social cercana a Macri, rechaza una invitación al Vaticano

Carlos E. Cué
Ramiro Barreiro
El País
El Papa Francisco, con fama de muy político y peronista, ha comprobado de nuevo la dificultad de acercarse a cualquier cosa que tenga que ver con la política de su pais. Bergoglio ha visto frustrada una maniobra para intentar romper lo que en Argentina se llama "la grieta", esto es la división entre kirchneristas y antikirchneristas. Francisco es cada vez más visto como un referente de la oposición a Mauricio Macri. Y esa brecha se ahondó con la noticia de que hace tres años no quiso recibir a Margarita Barrientos, referente social cercana a Macri pero sobre todo activista reconocida por su tarea de 20 años al frente del comedor de Los Piletones, una villa de la Ciudad de Buenos Aires.


Ahora el Vaticano, según cuenta la propia Barrientos a EL PAÍS en su comedor, ha intentado recomponer la relación y la ha invitado a Roma para el 26, 27 y 28 de mayo. Justo por esas fechas está invitada por el Papa la ultrakirchnerista y polémica Hebe de Bonafini, líder de Madres de Plaza de Mayo. El Papa intentaba así tenerlas a las dos en Roma en fechas cercanas y dar un gesto contra la grieta. Pero Barrientos, que quedó muy dolorida con aquél rechazo a ser recibida la primera vez -asegura que la echaron de mala manera del Vaticano- ha rechazado esta invitación. Así que la tensión sigue y el Papa tiene cada vez más detractores entre los macristas. Cuando llegue la fotografía con Hebe de Bonafini será aún más grave esa grieta.

Barrientos cuenta a EL PAÍS cómo vivió aquel rechazo hace tres años. “El miércoles a la mañana, bien temprano, fuimos a la plaza”, relata, “Cuando estábamos allá nos acomodaron una vez que presentamos la tarjeta, pero apenas nos sacamos el saco vinieron de la guardia y nos trataron como ladrones o asesinos. Ha sido para mí una mala experiencia y me he sentido mal”.

Los argumentos por los cuales sucedió el hecho nunca fueron aclarados por parte del Vaticano, aunque los allegados a Francisco en Argentina hicieron circular una versión que indica que el religioso nunca se enteró de la presencia de la dirigente en la plaza y que la negativa se debió a un malentendido del protocolo del Vaticano. También se dijo que el Papa no toleró la presencia de uno de los acompañantes de Barrientos, el orfebre Juan Carlos Pallarols, por motivos personales.

La herida se hizo más profunda cuando desde la Santa Sede se confirmó la invitación a Hebe de Bonafini, quien viajará el próximo martes y se verá con Francisco el día 27 a las 17 horas de Roma, en la Casa de Santa Marta, según confirma ella misma a EL PAÍS. La invitación para Margarita Barrientos era para el 27 y 28, por lo que podrían haber coincidido. Pero ella lo descartó.

“Hoy me llamaron para decirme si no quería viajar a Roma”, explica. “Todos los años convocan para el 26, 27 y 28 de mayo a organizaciones sociales de todo el mundo para mostrar los trabajos que hacen y después el Papa los recibe”. Barrientos, entre risas, ironiza: “En aquel momento mi plan no era conocer al Papa sino Roma y ahora no voy a ir, ya conocí Roma”.

Barrientos critica la invitación a la líder de Madres. “Bonafini es una persona maleducada y que faltó el respeto a la investidura del Papa, pero parece que se reconciliaron”, ironiza. La guerra fría entre el Papa y Mauricio Macri tiene así un nuevo capítulo y el acercamiento no está en el horizonte.

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