"Así, así gana el Madrid", retumbó el Bernabeu

Cristiano levanta al público del Bernabéu cantando mientras toda la plantilla agradece el apoyo de la afición



Eleonora Giovio
Madrid, El País
"Yo sí tengo ganas de hablar y muchas. Gracias por creer en nosotros, sin vuestro apoyo no habríamos podido ganar este título. Es un orgullo vestir esta camiseta blanca que me queda de puta madre. Y además de hablar, voy a cantar: así, así, así gana el Madrid". Cristiano Ronaldo se salió del guion, de la timidez y de los discursos formales y levantó al público del Bernabéu en la celebración por La Undécima. Se fueron pasado el micrófono de mano en mano los jugadores del Madrid. Se vio a un Carvajal emocionado, a un Modric feliz como un niño, a un Bale feliz. Se escuchó a un Zidane sin voz. "Hala Madrid, hombre", dijo antes de dar las gracias a la afición.


Eran las 22.30 cuando el autocar del equipo llegó al Bernabéu. Los jugadores fueron desfilando uno a uno bajo un espectáculo de luces y fuegos artificiales. Sergio Ramos, el último en pisar el césped, apoyó La Undécima Copa de Europa y se arrodilló ante ella. "Nadie pensaría hace tres años que podríamos ganar dos Champions tan seguidas. Ha sido un año complicado, desde que llegó Zizou hubo un gran cambio", dijo el capitán, "Es una emoción difícil de explicar para alguien que sueña con esto desde niño", comentó Keylor Navas que, junto a Marcelo y Casemiro, recibió las mayores ovaciones de la noche. Arbeloa, en su despedida, saltó al campo con la camiseta de Cheryshev, que se marchó en el mercado de invierno. "No sé cuándo ni con quién empezó todo esto, pero gracias a todos vosotros porque sois la polla", gritó el lateral.

"Es complicado hablar por la emoción", dijo Marcelo enseñando al público la piel de gallina. A Casemiro no le dejaron hablar. Le interrumpián con aplausos todo el rato. "He trabajado muy duro. Cuando me fui después de ganar La Décima mi pensamiento siempre fue volver aquí", afirmó el centrocampista brasileño.

La noche del Madrid terminó el domingo a las siete de la mañana. A esa hora la plantilla, feliz y con caras de sueño, llegaba a Cibeles. Después de las comidas con los familiares, los jugadores volvieron a citarse por la tarde en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. De ahí salió a las 19.45 el autocar rumbo al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. La alcaldesa Manuela Carmena y la presidenta Cristina Cifuentes (que estaban el sábado en San Siro) recibieron a jugadores, cuerpo técnico y directivos.

Carmena regaló a los jugadores unos gemelos con el skyline de Madrid, mientras que el presidente Florentino Pérez le entregó una camiseta con el número uno y el apellido Carmena. La alcaldesa pidió un aplauso para los jugadores e invitó a subir al atril a Sergio Ramos. "Esto no puede cerrarse sin unas palabras del capitán", dijo después de relatar cómo había vivido la final en San Siro y elogiar a la plantilla por su esfuerzo y valores.

"Estábamos con el alma en vilo en el estadio porque vuestra manera de jugar pone el alma en vilo. Corristeis muchísimo. Habéis puesto en el epicentro a esta ciudad", dijo la alcaldesa. "Han sido horas intensas, emocionantes y agotadoras, pero estar aquí en la casa de los madrileños era una cita imprescindible. Con Zidane al frente hemos sido capaces de conseguir lo imposible", aseguró el presidente del club blanco, que dedicó la victoria a los miembros de dos peñas del Madrid víctimas de dos atentados en Irak. "Quiero también mostrar mi respeto y reconocimiento para el Atlético. Ha sido un formidable competidor y un club amigo y vecino", prosiguió Pérez.

El presidente Florentino Pérez también regaló a Carmena y Cifuentes una réplica de la Copa de Europa. La presidenta de la Comunidad de Madrid la recibió enfundándose la camiseta con su apellido y firmada por todos los jugadores. "Nuestra misión es ponernos a trabajar para conseguir la Duodécima", aseguró Pérez que en su discurso tuvo muchos palabras de agradecimiento a Zidane, recordando también su gol en la Novena. El técnico francés le escuchaba muy emocionado.

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