Un testigo protegido involucra a Cristina Kirchner en lavado de dinero

El detenido Leonardo Fariña revela ante un juez su versión de la llamada ‘ruta del dinero K’

Federico Rivas Molina
Buenos Aires, El País
Apenas finalizado los 10 días de secreto de sumario decretados por el juez Sebastián Casanello, la prensa argentina difundió la declaración completa de Leonardo Fariña, un arrepentido en la causa que investiga al empresario kirchnerista Lázaro Báez por lavado de dinero. Fariña lleva más de un año detenido y el 8 de abril declaró durante 12 horas a cambio de beneficios judiciales. En su testimonio, recogido en un expediente de 85 páginas, el detenido recalcó la relación de amistad que existía en Báez y el fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y cómo el empresario presuntamente le reveló que parte del dinero negro que movía en el exterior pertenecía al expresidente. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) no estaba al tanto de esas operaciones y Báez mereció incluso un llamado de atención desde la Casa Rosada, según Fariña.


Para sostener sus declaraciones, el arrepentido no ahorró detalles de conversaciones privadas con Báez, con quién trabajaba en las presuntas operaciones de lavado mediante el traslado de dinero. De ahí su apodo de “el valijero”. “[Báez] me atiende sólo y me dice que había venido de hablar con la jefa, que es Cristina Kirchner y que le había preguntado si él estaba sacando dinero al exterior porque desde la Embajada de Estados Unidos le habían comunicado eso. A lo cual él me dice que le responde que de ninguna manera, pero me dice que seamos más prudentes con los movimientos”, contó Fariña al juez.

Báez era un cajero del Banco Provincia cuando conoció a Kirchner, entonces alcalde de Río Gallegos a finales de los años 80. Desde que su amigo se hizo gobernador, y después presidente, el cajero inició una carrera ascendente que lo ha llevado a lograr hasta 800 millones de dólares en contratos públicos en 10 años. Con ese dinero ha comprado 263.000 hectáreas de terreno hasta convertirse en un gran terrateniente. Y también adquirió casi todas las empresas de obra pública de la zona, hasta hacerse con la mayoría del mercado. Su testimonio ante Casanello quedó reflejado en un expediente difundido por el sitio de noticias Infobae.
La ruptura

El problema con el matrimonio Kirchner, según Fariña, fue que Báez no compartió la totalidad de sus ganancias con su mentor y decidió guardar para sí parte del dinero. “La realidad es que a diferencia de otros empresarios, más allá del negocio que tenía en común Néstor Kirchner con Lázaro Báez, Lázaro guardaba parte del dinero de Néstor Kirchner proveniente de los negocios. Cuando Néstor muere [en 2010] Cristina no estaba al tanto de todo lo que Báez tenía. Esto me lo contó Lázaro Baez a mí, como se lo contaba a un montón de personas”, dijo Fariña al juez Casanello y al fiscal Guillermo Marijuan, presente en el interrogatorio.

El testigo justificó así los presuntos movimientos al exterior, que “se hicieron posteriores y muy cercanos a la muerte de Néstor Kirchner”, en parte para ocultar a la presidenta la fortuna acumulada. “Porque ella junto con su hijo [Máximo Kirchner], fueron golpeando a los empresarios más emblemáticos amigos del marido, reclamando lo que teóricamente era de él, y ahí es donde viene el cortocircuito entre Lázaro Báez y Cristina Kirchner”.

Fariña ahondó luego en los detalles de una supuesta pelea entre Báez y Cristina. “Lázaro decía textualmente: Néstor era mi amigo desde siempre. Ella no. Esto lo hice con mi amigo y queda acá”, contó al juez, para justificar la decisión del empresario de enviar el dinero al exterior, según consta en el expediente.

El testimonio de Fariña forma parte de la causa contra Báez y tuvo consecuencias judiciales inmediatas. Antes incluso de que el arrepentido terminara con su testimonio, el fiscal Marijuan pidió la imputación de Cristina Kirchner, el exministro de Planificación, Julio De Vido -encargado del reparto de la obra pública-, y otras 13 personas.

Las investigaciones judiciales en contra de Báez se iniciaron durante el kirchnerismo, pero a paso lento. Con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, en diciembre del año pasado, han tomado una velocidad de vértigo y Báez terminó preso. El juez deberá decidir ahora si el testimonio del arrepentido es suficiente para avanzar sobre Cristina Kirchner.

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