Toda una vida esperando
Madrid, AS
Revancha. Desde que la bolita del sorteo UEFA emparejó a Atleti y Bayern esa es la palabra que la afición del Atlético más piensa. Lo verbalizó el Calderón ante el Málaga. “Por nuestros mayores”, gritaba en una pancarta. Y es que, para ellos, este partido es más que un partido. El partido de nuestros padres. El partido de nuestros abuelos. El de aquel Atleti que, en 1974, perdió una final de Copa de Europa ante el Bayern en el último minuto.
Por eso, para la grada, para el Calderón, lo de hoy no es una semifinal de Champions. Es el Bayern, por primera vez enfrente desde 1974. El Bayern, el equipo de Schwarzenbeck, aquel que, con su gol en el 120’, hizo del mundo un lugar más horrible en el que vivir. El reto es tan grande que marea.
Revancha. Esa palabra, sin embargo, no se oye en el vestuario. No la dijeron ni Augusto ni Filipe ni Saúl ni Oblak el lunes. Tampoco ayer Gabi, Torres y el Cholo. La revancha no existe. Para ellos este es otro partido, otra historia, la de 2016. Ganar es acercarse aún más a Milán, ya sólo a 180’. Ganar es que el penalti de Juanfran ante el PSV permanezca. Ganar es que la remontada al Barça no se pierda en las hemerotecas.
Hoy se vivirá el primer round. Sobre el campo dos entrenadores, Simeone y Guardiola, tan metódicos como diferentes en el fútbol. Uno, Pep, se defiende atacando. Otro, el Cholo, ataca defendiéndose. Agua y aceite.
Si los alemanes llegan con las bajas de Robben y Badstuber, asumibles, al Cholo le faltará Godín, lesionado hasta Múnich. Pero en su lugar está Lucas y que falte el uruguayo ya no es drama. Pero, parece, tampoco estará Carrasco, que se resintió de su lesión de tobillo ante el Málaga y no ha vuelto a pisar césped.
El Bayern, que en los últimos meses gana pero no avasalla, tiene muchas virtudes (no falla un pase, es poderoso a balón parado, sus extremos, desequilibrantes) y dos lunares: su defensa y que no le gusta correr hacia atrás. Los equipos que se cierran, le cuestan. Últimamente la referencia es Vidal, el Busquets de Guardiola allá. Un Pep que hoy, parece, apostará en el centro por Xabi Alonso, Thiago y el propio Vidal.
Enfrente, ahí, el Cholo tendrá a dos de sus hombres, Gabi y Augusto. Quien gane este duelo puede llevarse el partido. Pero no será el único. En cada línea se atisba uno: Oblak-Neuer, Griezmann-Ribéry, Torres-Lewansdowski... Y Saúl ya ha avisado que cada balón será la guerra. Y no por 1974, sino por ellos y esta historia, la de 2016, que puede ser mayúscula.
Luis estaría orgulloso.