SISMO EN ECUADOR / “Allí lloró mi nieta, está viva”

El rescate de decenas de cuerpos en Pedernales, la mayoría sin vida, se convierte en una sucesión de dramas tras el sismo

Soraya Constante
Pedernales (Ecuador), El País
Hasta antes del terremoto ese amasijo de hierros y concreto era un edificio de cuatro plantas donde había una veintena de departamentos. Vivían funcionarios públicos y profesores que salían a sus ciudades de origen el fin de semana. Por eso cuando vino el remezón solo había una familia que quedó sepultada bajo los escombros. Era la familia Paz Ibarra. Melisa y Ascario, y sus hijos de 7 años y 11 meses. "Mi hija vivía el departamento 107", repetía la madre y abuela de las víctimas, Ana María Ibarra. La mujer, de 40 años, estaba convencida de que había escuchado a su nieta y pedía ayuda a los bomberos. "Ayúdeme que allí lloró mi nieta, ella está viva".


Fue el rescate más largo de la tarde, a las retroexcavadoras les tomó más de tres horas remover las pesadas lozas que impedían llegar al primer piso. Ana María sostenía entre sus manos un trozo de una sábana rosada y juraba que era de su hija y así estuvo hasta que los bomberos dieron con los cuerpos sin vida de sus seres queridos. Estaban juntos en lo que había sido el cuarto de los niños.

Como esta historia hubo decenas en Pedernales durante este domingo. Al final del día se contabilizaron unos 100 cadáveres extraídos de entre los escombros, que fueron llevados a la morgue que se improvisó en el estadio de la ciudad. Tres carpas de lona los protegían del sol y de la lluvia que empezó a caer al anochecer. Un total de 96 cuerpos fueron identificados y retirados antes de que anocheciese y el resto se quedó a esperar el siguiente día entre las sábanas, plásticos y toallas en las que los trajeron. Los cuerpos retirados empezaron a ser velados en la ciudad, pero enterrarlos será imposible porque el cementerio está lleno. El alcalde de Pedernales, Gabriel Alcivar, aseguró que planea habilitar un terreno junto al antiguo cementerio.

Cuando se fue la luz del día las tareas de rescate se redujeron considerablemente y la ciudad volvió a quedar en penumbra. La energía no volverá porque se teme que haya accidentes por los cables de alta tensión que quedaron sueltos. Lo que se ha hecho es habilitar generadores en puntos estratégicos, como en el estadio, donde también funciona un punto de atención prehospitalaria, que luego deriva los heridos a Santo Domingo de los Tsachilas, a dos horas de Pedernales.

Para el rescate se movilizaron siete retroexcavadores, pero no fueron suficientes. Muchas de las zonas afectadas no fueron ni tocadas. Para el lunes se espera que llegue más maquinaría pesada de otras provincias para continuar con las remoción de escombros y también un hospital móvil que el país adquirió en 2012. Según el cálculo del alcalde de Pedernales hay un 60% de los hogares afectados y un 95% de la infraestructura hotelera destruida.

Otro problema que enfrentó la ciudad fueron los saqueos. Todas las grandes superficies y otros negocios en el centro de la ciudad fueron robados después del terremoto. Solo se salvó el almacén La Ganga, que tenía seguridad, y una tienda de barrio, cuyo dueño se plantó en la puerta para impedir que le roben. Los botines se paseaban por la ciudad este domingo, los vendedores de lo ajeno se acercaban a los forasteros. "Usted que no tiene cara de por aquí, ¿no quiere comprarme algo?", preguntaban.

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