Otra Grana historia, otro gran equipo
El Lanús de Almirón superó la campaña del 27 y ahora tiene la mejor efectividad en la historia del club al cabo de 12 fechas. Para Olé, homenaje de un equipazo a otro.
Aridna Bianchi - abianchi@ole.com.ar.
Al padre se lo había contado el abuelo. Le había dicho que un tal Federico Manfrín había llevado a Lanús a codearse con los grandes. A coquetear con el primer título de su historia cuando la camiseta del club todavía era roja y se jugaba por amor al fóbal y, por supuesto, al escudo. Hablaba del Lanús del 27, aquel equipo que le cortó a Boca un invicto de más de dos años en la vieja cancha de madera de Suipacha y Margarita Weild, a pocas cuadras de la Fortaleza, y que fue, hasta ayer nomás, el que mayor efectividad de puntos en las primeras fechas de un campeonato. O hasta el domingo, mejor dicho. Porque con el triunfo del domingo ante Banfield, el conjunto de Jorge Almirón superó esa marca y escribió otra página dorada en la historia del club. Eso sí: los muchachos del Grana no se conforman y redoblan la puesta. El Lanús del 27 terminó tercero, detrás de San Lorenzo y del Xeneize, en un certamen del que participaron 33 clubes, todos contra todos.
Ellos, en cambio, juran que no van a parar hasta sumar una nueva estrella. En otra época. Otros nombres y hasta otra divisa (primero roja, luego granate). Pero lo que nunca varió fue el estilo y la pasión. Hoy, ningún hincha puede envidiar a aquellos socios, en su mayoría hijos de inmigrantes, que vieron jugar al equipo de Manfrín, un half derecho de novela, eterno capitán y autor del primer gol del Grana en el Profesionalismo. Un ídolo de antaño. Un Pepe Sand de estos tiempos. Un Acosta. Un Maxi Velázquez. Un ídolo que desde la segunda bandeja alentará a Lanús en estas últimas fechas del campeonato.
Olé vistió a Miguel Almirón y Gonzalo Castellani, titulares el lunes en Victoria, con la casaca del 27. Y se prendieron en la comparación. “Es muy lindo quedar en la historia grande de la institución, pero no nos podemos relajar porque aún no ganamos nada y todavía quedan cuatro finales. Debemos apuntar a salir primeros de nuestra zona y luego pelear el título”, se entusiasma el paraguayo, quien a los 22 años, y apenas uno en el club, ya se anima a soñar en grande. “No nos tenemos que quedar sólo con lo que hicimos, que es muy importante pero no nos debe obnubilar. Si conseguimos el título, ahí sí vamos a ser los mejores”, tira Gonza, parte de este plantel que no deja de batir récords. Porque no sólo ganó más partidos que el Lanús del 27 (nueve victorias, un empate y una derrota, contra ocho triunfos, dos igualdades y una caída). También marcaron tres goles más (23) y recibieron uno menos. “Estamos muy ilusionados y sabemos que la gente también”, se ilusionan los muchachos.
Otra Grana historia. Otro gran equipo...
Aridna Bianchi - abianchi@ole.com.ar.
Al padre se lo había contado el abuelo. Le había dicho que un tal Federico Manfrín había llevado a Lanús a codearse con los grandes. A coquetear con el primer título de su historia cuando la camiseta del club todavía era roja y se jugaba por amor al fóbal y, por supuesto, al escudo. Hablaba del Lanús del 27, aquel equipo que le cortó a Boca un invicto de más de dos años en la vieja cancha de madera de Suipacha y Margarita Weild, a pocas cuadras de la Fortaleza, y que fue, hasta ayer nomás, el que mayor efectividad de puntos en las primeras fechas de un campeonato. O hasta el domingo, mejor dicho. Porque con el triunfo del domingo ante Banfield, el conjunto de Jorge Almirón superó esa marca y escribió otra página dorada en la historia del club. Eso sí: los muchachos del Grana no se conforman y redoblan la puesta. El Lanús del 27 terminó tercero, detrás de San Lorenzo y del Xeneize, en un certamen del que participaron 33 clubes, todos contra todos.
Ellos, en cambio, juran que no van a parar hasta sumar una nueva estrella. En otra época. Otros nombres y hasta otra divisa (primero roja, luego granate). Pero lo que nunca varió fue el estilo y la pasión. Hoy, ningún hincha puede envidiar a aquellos socios, en su mayoría hijos de inmigrantes, que vieron jugar al equipo de Manfrín, un half derecho de novela, eterno capitán y autor del primer gol del Grana en el Profesionalismo. Un ídolo de antaño. Un Pepe Sand de estos tiempos. Un Acosta. Un Maxi Velázquez. Un ídolo que desde la segunda bandeja alentará a Lanús en estas últimas fechas del campeonato.
Olé vistió a Miguel Almirón y Gonzalo Castellani, titulares el lunes en Victoria, con la casaca del 27. Y se prendieron en la comparación. “Es muy lindo quedar en la historia grande de la institución, pero no nos podemos relajar porque aún no ganamos nada y todavía quedan cuatro finales. Debemos apuntar a salir primeros de nuestra zona y luego pelear el título”, se entusiasma el paraguayo, quien a los 22 años, y apenas uno en el club, ya se anima a soñar en grande. “No nos tenemos que quedar sólo con lo que hicimos, que es muy importante pero no nos debe obnubilar. Si conseguimos el título, ahí sí vamos a ser los mejores”, tira Gonza, parte de este plantel que no deja de batir récords. Porque no sólo ganó más partidos que el Lanús del 27 (nueve victorias, un empate y una derrota, contra ocho triunfos, dos igualdades y una caída). También marcaron tres goles más (23) y recibieron uno menos. “Estamos muy ilusionados y sabemos que la gente también”, se ilusionan los muchachos.
Otra Grana historia. Otro gran equipo...