La oposición toma el Consejo Electoral para exigir un revocatorio contra Maduro

Siete diputados se encadenan en la sede del organismo en protesta por el bloqueo de un referéndum contra el presidente

Maolis Castro
Caracas, El País
La paciencia se ha agotado en la oposición. Siete diputados se han plantado con cadenas este jueves en la sede principal del Consejo Nacional Electoral (CNE), en Caracas, para exigir la entrega del formato de las planillas necesarias para recaudar las firmas que activen un referendo revocatorio contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro. “Nos han pedido una cantidad exorbitante de requisitos, que se han consignado a tiempo. Pero aun así se demoran en este proceso. Si no obtenemos estas planillas antes del 28 de abril, entonces será casi imposible hacer el referéndum este año”, dijo este jueves Juan Requesens, uno de los parlamentarios en protesta.


La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) lleva esperando la entrega de estas planillas desde el pasado 9 de marzo. Pero el CNE, controlado por el chavismo, se ha negado a otorgar este formato que es indispensable para emprender el revocatorio. Según la Constitución de Venezuela, el jefe del Estado puede ser destituido mediante un referendo, pero antes es necesario cumplir con requisitos, entre ellos dos recaudaciones de firmas y huellas dactilares de los votantes.

Es un proceso extenuante que, incluso, puede demorar siete meses o más. Al principio, la oposición debe recoger el 1% de las rubricas del padrón electoral (192.000). Tras ser verificadas por el organismo comicial competente (CNE), la MUD está obligada a conseguir un 20% de las firmas de los votantes, casi 4 millones, para convocar a elecciones en este país. Pero el presidente solo será revocado si un número igual o mayor de las personas que lo eligieron deciden votar en su contra en el referendo.

Maduro afronta una de las peores crisis de popularidad

Maduro, que fue elegido presidente en 2013 con 7.857.532 votos, afronta una de las peores crisis de popularidad. La debacle económica, las acusaciones de violaciones a los derechos humanos y los escándalos de corrupción, han puesto a su gobierno en una cuerda floja. La pérdida de respaldo popular se sintió con contundencia en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, donde la oposición ganó por primera vez en 17 años de hegemonía chavista. Desde entonces el oficialismo se ha aferrado al control del Supremo para derogar decisiones de los congresistas y, ahora, al Consejo Electoral para frenar una posible elección que acorte su mandato.

A la calle

La MUD interpreta las trabas del CNE como una maniobra del Gobierno por perpetuarse en el poder. Henrique Capriles, gobernador del Estado Miranda y excandidato presidencial, ha advertido que el país es una “bomba” con altas posibilidades de estallar: “Sépalo, señora Tibisay Lucena (presidenta del CNE) y su jefe Maduro, este no es el país del 2013, las cosas cambiaron radicalmente, haremos valer la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.

El Gobierno no ha respondido al reclamo de la oposición. Tras forcejeos, los parlamentarios encadenados fueron desalojados por militares. Su protesta en el CNE apenas ha durado cinco horas, pero la oposición ha amenazado con lanzarse a las calles para exigir que se inicie el proceso revocatorio. El diputado Freddy Guevara ha asomado que el próximo martes se hará una movilización multitudinaria hasta la sede del organismo comicial.

No solo hubo manifestaciones en Caracas para exigir el revocatorio. En los Estados Táchira, Trujillo y Yaracuy ocurrieron concentraciones en las oficinas regionales del CNE. Según Requesens, una de estas protestas provocó detenciones tres activistas y un concejal.

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