La oposición argentina lanza una ofensiva contra Macri por la cuenta en Las Bahamas

El presidente asegura que "fue una operación legal" mientras los kirchneristas se movilizan

Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
El asunto de la vinculación de Mauricio Macri al escándalo de los llamados papeles de Panamá, en los que aparece como director de una empresa constituida en la Islas Bahamas, se ha convertido rápidamente en Argentina en artillería para la oposición. La imagen de Macri como un miembro de una de las familias más ricas y poderosas del país ya le provocó problemas en el pasado, tantos que muchos decían que tenía un techo por ese asunto y nunca podría ser presidente. Sin embargo, logró romper esa barrera y ganar al kirchnerismo en noviembre de 2015. Ahora esa sombra regresa en forma de escándalo, aunque el propio Macri ha dicho que "fue una operación legal" y que ese dinero pertencía al conglomerado de las empresas familiares, uno de los mayores de Argentina.


"Fue en el año 1998. La sociedad dejó de operar en 2008 porque no hizo la inversión. Está todo perfecto, no hay nada extraño en esa operación. Fue declarada ante la DGI (la actual AFIP) argentina, porque mi padre lo hizo con recursos genuinos que él tenía en la Argentina", dijo Macri en declaraciones al diario argentino La Voz del Interior.

El presidente celebró que las filtraciones darán "transparencia" al tema. "Hay otros que usan paraísos fiscales para esconder dinero logrado de forma malhabida", dijo, sin dar nombres.

La oposición ha desplegado ya una ofensiva para intentar que este asunto deteriore la imagen de un presidente que tiene buena valoración tras tres meses de mandato pero empieza a sufrir los primeros problemas importantes. Mientras los kirchneristas se lanzaron a por todas y reclamaron explicaciones a través de los mecanismos parlamentarios para obligar a Macri a pronunciarse, otros sectores de la oposición más moderados como el que dirige el peronista disidente Sergio Massa exigen que sea el propio presidente quien explique con detalle todo lo que tiene que ver con esa cuenta. Incluso una aliada de Macri como Lilita Carrió, sentenció en twitter: “Macri debe presentar las pruebas de sus dichos”. Todos piden más explicaciones pero la Casa Rosada, consultada por EL PAÍS, señala que ya se han dado las que correspondían. La ministra de Exteriores, Susana Malcorra, preguntada por el asunto en una rueda de prensa conjunta con su par español, José Manuel García Margallo, confío en que este asunto no afecte a la imagen internacional del presidente, ahora en pleno ascenso. "No creo que impacte de ninguna forma negativa al nuevo espacio que Argentina quiere recuperar en el mundo, es un asunto privado", sentenció.

Hasta las declaraciones de Macri y Malcorra, el Gobierno se había limitado a lanzar un comunicado en el que se aclara que "Macri nunca tuvo, ni tiene, una participación en el capital de esa sociedad". La versión oficial de este comunicado argumenta que la empresa en cuestión, Fleg Trading, "tenía como objeto participar en otras sociedades no financieras como inversora o holding en el Brasil, estuvo vinculada al grupo empresario familiar y de allí que el Señor Macri fuera designado ocasionalmente como director, sin participación accionaria". Y sobre el punto más oscuro y que más puede perjudicar al presidente, el hecho de que nunca hablara de esta empresas en sus declaraciones juradas oficiales como alcalde y presidente, el Gobierno señala que "sólo se deben consignar los activos y nunca ha sido accionista de esa sociedad por lo que no corresponde incluirla".

El Gobierno asegura que está tranquilo y trata de minimizar el asunto, a pesar de que la fotografía de Macri está en las primeras páginas de varios diarios internacionales porque es uno de los pocos presidentes en ejercicio afectados. En Argentina se vive un momento de gran turbulencia política alrededor de los escándalos de corrupción del kirchnerismo, con el primer alto cargo del Gobierno anterior encarcelado desde el sábado por un escándalo con la compra de trenes usados en España. Los kirchneristas están en un momento de gran debilidad y se preparan para acompañar a los juzgados a la expresidenta, que está llamada a declarar como imputada el día 13. Por eso han aprovechado rápidamente la aparición de Macri en los papeles de Panamá para contratacar. Todos esperan el próximo movimiento del presidente pero la crisis no parece aún resuelta.

El asunto es especialmente delicado no solo porque devuelve al primer plano la parte de Macri que más problemas le trae, esto es su papel en el conglomerado de empresas familiares –él siempre prefiere reivindicar su historia como presidente de Boca Juniors que como dirigente empresarial a la sombra de su padre- sino también porque el presidente insiste casi cada día en pedir a los argentinos que devuelvan a su país y al circuito legal los millones que tienen en el exterior o “escondidos bajo el colchón”. Uno de los grandes problemas de Argentina es la enorme economía sumergida y la fuga de capitales de los propios argentinos ricos y no tan ricos. El hecho de que el presidente y su familia aparezcan vinculados a un paraíso fiscal, aunque no se descubriera ninguna ilegalidad, complica este discurso que es uno de los troncales del presidente.

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