Israel aprueba más de 200 casas en colonias de Cisjordania
Netanyahu asegura que la mayor parte son obras de rehabilitación y no de nueva planta
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Después de mantener prácticamente paralizada la expansión de los asentamientos en Cisjordania durante los dos últimos años, Israel ha aprobado la construcción de 229 viviendas para colonos, según ha revelado la organización israelí Paz Ahora, que examina el proceso de ampliación de las colonias judías. El Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu se apresuró a puntualizar este jueves que solo 48 de las casas son de nueva planta, ya que en el resto de los casos se trata de obras de rehabilitación.
Los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, bajo ocupación de Israel desde 1967, son considerados ilegales según el Derecho Internacional. En la actualidad acogen a cerca de 600.000 colonos. El presidente palestino, Mahmud Abbas, ha emprendido esta semana una gira internacional a fin de recabar apoyos para promover, la semana que viene en Nueva York, una resolución de condena de la expansión de las colonias judías por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Paz Ahora sostiene que el Ejecutivo de Netanyahu ha acelerado durante el primer trimestre de 2016 la construcción de alojamientos en los asentamientos, con un total de 674 autorizaciones administrativas de viviendas, frente a las 194 registradas en el mismo periodo del año anterior.
La oficina de prensa del Gobierno aseguró que ni el primer ministro ni el titular de Defensa, Moshe Yaalon, “han aprobado nuevas construcciones”. “Una pequeña proporción de obras de nueva planta se sitúan en la comunidad de Ganei Modiin, que linda con la valla [de separación entre Israel y Palestina] y que formará para de Israel en cualquier futuro acuerdo de [paz]”, precisó.
Estados Unidos y la Unión Europea se oponen a la expansión de los asentamientos porque consideran que pone peligro la solución de los dos Estados y la viabilidad de una Palestina independiente. El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, advirtió de que la “continuada colonización israelí de Palestina es un crimen de guerra según el Derecho Internacional”.
Washington, sin embargo, ha hecho uso de su derecho de veto en el Consejo de Seguridad ante las resoluciones de condena presentadas contra Israel por los asentamientos, la última vez en febrero de 2011. Se trata del único veto ejercido por la Administración del presidente Barack Obama, quien dejará la Casa Blanca el próximo mes de enero, que apadrinó hasta su fracaso hace ahora dos años (precisamente por el contencioso de las colonias) las últimas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Desde entonces Israel se ha enfrentado a la guerra más larga —50 días durante el verano de 2014 en la franja de Gaza— desde la lucha por la independencia del Estado judío (1948-1949), y vive en el último medio año la peor ola de violencia en más de una década, en la que han muerto 28 israelíes y 204 palestinos, de los que dos terceras partes fueron abatidos por las fuerzas de seguridad al ser considerados atacantes.
Tras una relativa calma de tres semanas sin víctimas mortales, un palestino murió este jueves por los disparos de un soldado israelí en Al Arrub, cerca de Hebrón (sur de Cisjordania), al que había atacado antes con un hacha, según fuentes militares. No sin cautelas, Netanyahu había aventurado esta misma semana que la ola de violencia se estaba desvaneciendo.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Después de mantener prácticamente paralizada la expansión de los asentamientos en Cisjordania durante los dos últimos años, Israel ha aprobado la construcción de 229 viviendas para colonos, según ha revelado la organización israelí Paz Ahora, que examina el proceso de ampliación de las colonias judías. El Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu se apresuró a puntualizar este jueves que solo 48 de las casas son de nueva planta, ya que en el resto de los casos se trata de obras de rehabilitación.
Los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, bajo ocupación de Israel desde 1967, son considerados ilegales según el Derecho Internacional. En la actualidad acogen a cerca de 600.000 colonos. El presidente palestino, Mahmud Abbas, ha emprendido esta semana una gira internacional a fin de recabar apoyos para promover, la semana que viene en Nueva York, una resolución de condena de la expansión de las colonias judías por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Paz Ahora sostiene que el Ejecutivo de Netanyahu ha acelerado durante el primer trimestre de 2016 la construcción de alojamientos en los asentamientos, con un total de 674 autorizaciones administrativas de viviendas, frente a las 194 registradas en el mismo periodo del año anterior.
La oficina de prensa del Gobierno aseguró que ni el primer ministro ni el titular de Defensa, Moshe Yaalon, “han aprobado nuevas construcciones”. “Una pequeña proporción de obras de nueva planta se sitúan en la comunidad de Ganei Modiin, que linda con la valla [de separación entre Israel y Palestina] y que formará para de Israel en cualquier futuro acuerdo de [paz]”, precisó.
Estados Unidos y la Unión Europea se oponen a la expansión de los asentamientos porque consideran que pone peligro la solución de los dos Estados y la viabilidad de una Palestina independiente. El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, advirtió de que la “continuada colonización israelí de Palestina es un crimen de guerra según el Derecho Internacional”.
Washington, sin embargo, ha hecho uso de su derecho de veto en el Consejo de Seguridad ante las resoluciones de condena presentadas contra Israel por los asentamientos, la última vez en febrero de 2011. Se trata del único veto ejercido por la Administración del presidente Barack Obama, quien dejará la Casa Blanca el próximo mes de enero, que apadrinó hasta su fracaso hace ahora dos años (precisamente por el contencioso de las colonias) las últimas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Desde entonces Israel se ha enfrentado a la guerra más larga —50 días durante el verano de 2014 en la franja de Gaza— desde la lucha por la independencia del Estado judío (1948-1949), y vive en el último medio año la peor ola de violencia en más de una década, en la que han muerto 28 israelíes y 204 palestinos, de los que dos terceras partes fueron abatidos por las fuerzas de seguridad al ser considerados atacantes.
Tras una relativa calma de tres semanas sin víctimas mortales, un palestino murió este jueves por los disparos de un soldado israelí en Al Arrub, cerca de Hebrón (sur de Cisjordania), al que había atacado antes con un hacha, según fuentes militares. No sin cautelas, Netanyahu había aventurado esta misma semana que la ola de violencia se estaba desvaneciendo.