Fiebre de negociaciones a última hora en Brasil

Gobierno y oposición se disputan los votos clave para decidir la destitución de Rousseff
Las encuestas prevén una derrota de la presidenta, pero por poco margen

Raquel Seco
São Paulo, El País
Brasil contiene la respiración a pocas horas de la votación de los diputados este domingo, que decidirá el futuro del proceso de destitución de Dilma Rousseff. Día sí y día también, los medios publican marcadores donde adelantan quiénes de los 513 diputados votarán a favor y quiénes votarán en contra de la destitución (impeachment) de la presidenta, del Partido de los Trabajadores (PT). Las encuestas, todas diferentes entre sí, suelen darle una victoria estrecha a la oposición. Pero los resultados son volubles y se desbarajustan por cualquier detalle: este viernes la diputada Clarissa Garotinho, favorable a la destitución, pidió una baja por maternidad y descuadró así los cálculos de Folha de S. Paulo. El periódico llegó a publicar la noticia en primera página de su edición digital, porque la ausencia de Garotinho inclinaba la balanza hacia el lado de Rousseff dado lo incierto y lo ajustada de la votación. Para complicar más aún las cosas: el padre de la diputada, Anthony Garotinho, exgobernador de Río de Janeiro, hace campaña estos días a favor de la presidenta, según medios brasileños.


“Esto parece la bolsa de valores: en un momento el diputado está con nosotros, en otro no”. El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, resumió así el actual frenesí político, durante un acto con movimientos sociales este sábado en Brasilia. En los pasillos del Congreso brasileño, unos y otros intentan rascar los últimos votos para inclinar la balanza. Hay un puñado de diputados (entre 20 y 30) que se muestran indecisos o no responden a las encuestas de los periódicos, y que tienen en sus manos el destino de la presidenta de la República.

En la calle, un 60% de los ciudadanos apoya la destitución de Rousseff, según la última encuesta Datafolha, pero la misma cantidad también quiere la renuncia del actual vicepresidente brasileño, Michel Temer (exaliado de Rousseff, a favor ahora de su destitución), que sería su sustituto. Hay una sola mayoría absoluta: el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, que lidera este proceso como parte de una guerra abierta contra Rousseff, tiene al 95% de los ciudadanos en contra.

A contrarreloj, el PT ha decidido aprovechar a su mejor negociador, Lula da Silva, para intentar salvar a la presidenta del abismo. El expresidente organizó estos días reuniones en Brasilia y ofreció algunos cargos para posibles aliados. Por su parte, el vicepresidente Michel Temer negocia ya en la sombra un futuro Gobierno con nombres del centro derecha y de la derecha para que asuman carteras vitales, como las de Hacienda y Sanidad. Como para quitarle hierro a la segunda destitución presidencial de la democracia de Brasil, varios diputados de la oposición han organizado una porra. Por 100 reales (unos 28 dólares, una cantidad considerable en un país donde el salario mínimo son 250 dólares al mes), los políticos pueden apostar sobre el resultado de la votación de este domingo. Por ahora, el Partido de los Trabajadores no participa.

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