F1: En qué es mejor la calificación 2015 que la de 2016: 5 razones
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Y al fin llegó la cordura. Después de acordar en Bahrein el jueves 7 como el día en el que había que tomar una decisión definitiva sobre la calificación, la FIA y la FOM aceptaron la petición de los equipos y a partir de China la parrilla se decidirá con el sistema del año pasado. Visto los problemas y las críticas que provocó el nuevo formato, explicamos con cinco motivos por qué es un acierto esta vuelta atrás.
1. Más emoción en la Q3.
Sí al momento más intenso del sábado le quitas toda la emoción pierde todo su sentido. La lucha por la pole, el plato fuerte del día, se vio afectada por el nuevo invento. En Australia, en lugar de tener a Mercedes y Ferrari intentado rascar una décima hasta el último segundo, se les vio desfilar por el pit lane mientras al crono aún le quedaban cuatro minutos por restar, una imagen común el resto de sesiones. Volviendo atrás se garantiza acción hasta el final.
2. Tiempo suficiente para un segundo intento.
Una de las cosas más graves que vimos en las dos primeras citas, es que la obligación de hacer un tiempo para intentar no caer cuando empezasen las eliminaciones dejaba muy poco margen para reaccionar a equipos y pilotos. Así, de no conseguir un crono competitivo en tu primera salida, corrías el riesgo de no tener una segunda oportunidad para mejorar, sobre todo en la Q1. Y si la hacías, te quedarían sus gomas nuevas más adelante. Ahora podrán elegir mejor.
3. Un sistema menos caótico.
Al ser todo demasiado precipitado, se generaba una tensión y una confusión que se contagiaba en cada rincón del paddock. Los pilotos no sabían muy bien cuando entrar y cuándo salir, los equipos tampoco acertaban a llamarles en el momento más oportuno, era un dilema elegir el neumático acertado… Es cierto que todo lo nuevo requiere de un proceso de adaptación, pero este no se veía por ninguna parte. El anterior lo dominan al dedillo.
4. La experiencia de 5 años.
Si algo funciona mejor no cambiarlo. Una premisa básica que en la F-1 decidieron saltarse. La calificación era uno de los aspectos más aceptados por protagonistas y espectadores hasta que metieron la mano en ella. Ahora, al retirarla, todo volverá a la normalidad que se instauró en 2010, cuando entró en vigencia este sistema. En 2006 la calificación se dividió en tres sesiones, pero la Q3 se hacia con la carga de combustible de carrera.
5. Mayor comprensión para el espectador.
Volver al 2015 no sólo significará un alivio para equipos y pilotos, también para la afición. Y es que seguir las dos primeras calificaciones del año fue un auténtico horror para los que se sentaban ante el televisor. Eliminaciones incomprensibles, coches entrando y saliendo de boxes sin saber bien por qué, lío de neumáticos difícil de descifrar… Y, además, sin pegar un respingo durante la hora que duraba. A partir de ahora nadie se perderá.
Y al fin llegó la cordura. Después de acordar en Bahrein el jueves 7 como el día en el que había que tomar una decisión definitiva sobre la calificación, la FIA y la FOM aceptaron la petición de los equipos y a partir de China la parrilla se decidirá con el sistema del año pasado. Visto los problemas y las críticas que provocó el nuevo formato, explicamos con cinco motivos por qué es un acierto esta vuelta atrás.
1. Más emoción en la Q3.
Sí al momento más intenso del sábado le quitas toda la emoción pierde todo su sentido. La lucha por la pole, el plato fuerte del día, se vio afectada por el nuevo invento. En Australia, en lugar de tener a Mercedes y Ferrari intentado rascar una décima hasta el último segundo, se les vio desfilar por el pit lane mientras al crono aún le quedaban cuatro minutos por restar, una imagen común el resto de sesiones. Volviendo atrás se garantiza acción hasta el final.
2. Tiempo suficiente para un segundo intento.
Una de las cosas más graves que vimos en las dos primeras citas, es que la obligación de hacer un tiempo para intentar no caer cuando empezasen las eliminaciones dejaba muy poco margen para reaccionar a equipos y pilotos. Así, de no conseguir un crono competitivo en tu primera salida, corrías el riesgo de no tener una segunda oportunidad para mejorar, sobre todo en la Q1. Y si la hacías, te quedarían sus gomas nuevas más adelante. Ahora podrán elegir mejor.
3. Un sistema menos caótico.
Al ser todo demasiado precipitado, se generaba una tensión y una confusión que se contagiaba en cada rincón del paddock. Los pilotos no sabían muy bien cuando entrar y cuándo salir, los equipos tampoco acertaban a llamarles en el momento más oportuno, era un dilema elegir el neumático acertado… Es cierto que todo lo nuevo requiere de un proceso de adaptación, pero este no se veía por ninguna parte. El anterior lo dominan al dedillo.
4. La experiencia de 5 años.
Si algo funciona mejor no cambiarlo. Una premisa básica que en la F-1 decidieron saltarse. La calificación era uno de los aspectos más aceptados por protagonistas y espectadores hasta que metieron la mano en ella. Ahora, al retirarla, todo volverá a la normalidad que se instauró en 2010, cuando entró en vigencia este sistema. En 2006 la calificación se dividió en tres sesiones, pero la Q3 se hacia con la carga de combustible de carrera.
5. Mayor comprensión para el espectador.
Volver al 2015 no sólo significará un alivio para equipos y pilotos, también para la afición. Y es que seguir las dos primeras calificaciones del año fue un auténtico horror para los que se sentaban ante el televisor. Eliminaciones incomprensibles, coches entrando y saliendo de boxes sin saber bien por qué, lío de neumáticos difícil de descifrar… Y, además, sin pegar un respingo durante la hora que duraba. A partir de ahora nadie se perderá.