El Villarreal pasa el rodillo al son de Trigueros y Bakambu

Villarreal, As
Fue sorprendente, por corto, el 2-1 de la ida. Y fue demasiado llamativo, por abultado, el 2-4 de la vuelta. Pero eso ya da igual. La media hace justicia. El Villarreal alcanzó por cuarta vez unas semifinales europeas, tras haberlo hecho antes en la UEFA de 2004, en la Europa League de 2011 y la más sonada, en la Champions de 2006. Con un primer tiempo repleto de agujeros atrás y con una soberbia mordiente arriba, más una segunda parte loca y divertida, el Villarreal arrolló al Sparta y amplió la renta que traía de El Madrigal para mirar de nuevo al sorteo con un temor, que ahora llegue el Sevilla; con un deseo, que toque el Shakhtar; y con un sueño: jugar en Basilea la final que aún le debe la historia.


Bakambu fue una vez más el encargado de aportar soluciones. En la primera que tuvo, marcó y facilitó las cosas, convirtiendo un pase de Trigueros al espacio en una asistencia de bandera. El Sparta, horroroso en la ida, no se rindió y mostró muchas de las cualidades que no había aireado hasta la fecha. Todas, concentradas de medio campo hacia arriba. La defensa suplente, por las bajas y las sanciones, es aún más temeraria que la titular. Hasta siete ocasiones tuvo el cuadro checo para remontar el resultado e igualar la eliminatoria, pero la falta de puntería y Areola evitaron que hubiera emoción. El Villarreal se replegó más de la cuenta. Primero, por comodidad. Más tarde, por descoordinación en la presión. Y cerca del descanso, como plan. Dejar salir para matar. Primero lo hizo Castillejo (43’), tras un centro de Denis mal despejado por Marecek. Tres minutos después, lo consiguió Bruno cabeceando un córner con ayuda de un defensa.

El segundo tiempo no sirvió más que para mejorar algunas estadísticas y rebajar tanta tensión. El Villarreal, en la pelea por ser cuarto en Liga, lleva ya 48 partidos a cuestas y un 2016 de verdadero estrés. Bakambu, otra vez sin avisar, hizo el cuarto a bocajarro, aumentando sus registros a 22 tantos en lo que va de curso. Mientras el Sparta no hizo cambios porque las numerosas bajas le dejaron en pañales, Marcelino movió después su banquillo para repartir descansos, minutos y premios. A diferencia del curso pasado, cuando el Sevilla aplastó a un Submarino mermado en Europa, hoy entra en el bombo de Nyon fuerte de mente, pletórico de físico y radiante. Viendo cómo la enfermería de una vez se vacía, cómo Jonathan ha sanado y cómo el jefe, Musacchio, aprieta los dientes por sumarse a la fiesta. Con esos retoques, el Villarreal se relajó en exceso y el Sparta se vino arriba. Dockal hizo un precioso tanto en el 65’ y seis minutos más tarde Krejci agitó aún más al personal. Fue una simple anécdota. Para hacer la media entre su patético partido de la ida y su excesivo castigo en la vuelta.

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